martes, 18 de octubre de 2011

El "México azul" de Magos Herrera, un homenaje jazzístico a Agustín Lara

Félix Morriña

No tuvo tiempo de realizar la prueba de sonido, debido a retrasos en la logística personal y de los organizadores de la vigésima edición del Festival Internacional Quimera de Metepec, sin embargo, Magos Herrera no dudó en entregar todo lo que ha aprendido a lo largo de más de tres lustros en la música (su primer disco Cajuina salió al mercado en 1997, el cual por cierto no ha sido reeditado debido a que los derechos los tiene una disquera estadounidense) para complacer a poco más de mil personas que se dieron cita en el parque Juárez, la fría noche del pasado lunes 17 de octubre. Tal vez el gélido clima no permitió que la plaza principal del municipio estuviera a tope como se esperaba para ver a una de las principales exponentes del ritmo sincopado en este país.
A Magos Herrera le bastó hora y media de recital para dar a conocer el contenido de su reciente producción discográfica México azul (2010), motivo de la gira que la trajo de nueva cuenta por tierras mexiquenses y que visitará Hermosillo, Sonora, en los siguientes días, para luego regresar a Estados Unidos para darle continuidad a la promoción del séptimo disco y para tomar un pequeño descanso en Nueva York, ciudad de residencia de la cantante mexicana. Ella decidió partir de la Ciudad de México hace más de un lustro por razones extra musicales y para desarrollar mucho más su trabajo creativo.
            Pese al bajo sonido registrado en su presentación del lunes, los músicos que le acompañan hicieron su mejor parte para que el respetable, en su mayoría adultos y jóvenes treintañeros, no se fueran con una sensación de que faltaba algo en la música jazz de Magos Herrera, quien está obsesionada con los compositores mexicanos de la talla de Álvaro Carrillo, Pedro Flores y del Flaco de Oro Agustín Lara, el leit motiv de México azul. En esta ocasión estuvieron en el escenario al lado de ella, el guitarrista neoyorquino Nir Felder, el contrabajista Ricky Rodríguez, las coristas Jennifer e Ingrid Beaujean y su pareja sentimental, el baterista Alex Kautz, con quienes interpretó “Luz de luna”, “Ángelitos negros”, “Azul”, “Tres palabras”, “Noche criolla” y “Lamento jarocho” (tema que hiciera famoso Toña La Negra), además de temas de sus anteriores discos.
            Luego de la presentación, Magos Herrera acostumbra interactuar con sus seguidores para hablar del recital, del contenido de sus discos y autografiarlos, por lo que los representantes de los medios de comunicación suelen impacientarse para arrancarle declaraciones respecto a su trabajo creativo. Cerca de la media noche, luego de quitarse el elegante vestido que protegió su lánguida figura durante el concierto, Magos Herrera se enfunda en cómodos pantalones de mezclilla y una playera con una leyenda que deja ver el apoyo que brinda a las mujeres víctimas de la violencia de género en el mundo a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde fue invitada para hacer campaña por los países donde se presenta.
            “Estoy representando una campaña de la ONU como secretario en defensa de las mujeres y niñas víctimas de la violencia de todo tipo, desde la familiar como interpersonal. Yo no tengo un  discurso de género, sin embargo, mi trabajo es apoyar por donde quiera que me presente en concierto o en conferencias para evitar esa violencia. Este cargo honorario lo estaré haciendo hasta el 2015. Estuve recientemente en un congreso en Panamá y me di cuenta que este tipo de violencia está en todas partes del mundo, no sólo en México, donde los índices y las estadísticas manifiestan altos grados de violencia. Nuestro papel debe ser el de evitar y erradicar este tipo de situaciones”, explicó de manera concreta la cantante.
            Al preguntarle sobre los músicos que le ayudaron en la grabación de México azul, la creadora de discos como Orquídeas susurrantes (2000), País Maravilla (2002), Todo puede inspirar (2005), Soliluna (2006) y Distancia (2009), dijo que fue un honor haber trabajado con el contrabajista John Patitucci, el trompetista Tim Hogans, el guitarrista Adam Rogers y el pianista Luis Perdomo, además de sus más cercanos colaboradores. La manera en la que se dio para que lograran un producto redondo y persuasivo dentro del jazz internacional fue gracias a que Patitucci escuchó detenidamente los discos de Magos Herrera y aceptó inmiscuirse en este proyecto que tuvimos la oportunidad de apreciar la velada del lunes 17 de octubre.
            Sobre si es la primera vez que se graba la música de Agustín Lara en versión jazz o de cuántas versiones se conocen, tanto en México como en el extranjero, de un proyecto de este tipo, los ojos de Magos Herrera alcanzaron su máximo de apertura para responder: “La verdad es que conozco muy poco de este material en este contexto… En el extranjero se conoce muy poco de la obra de los compositores mexicanos. Siendo sincera no sé si existen otras versiones además de la mía sobre Agustín Lara. Me siento afortunada de ser una mujer que da a conocer este tipo de versiones de uno de nuestros más grandes artistas del siglo pasado. Me gustaría saber si hay alguien más haciéndolo. Yo sólo quiero facilitarles el trabajo a todos los interesados. Ojalá que el contenido de México azul llegue a esas dimensiones”.
            Las sesiones fotográficas para ornamentar México azul fueron en la Mezcalería, un restaurante bar-casa de cultura mexicana en Nueva York, una sede en la Ciudad Crisol del Mundo del Café Central de Oaxaca, un sitio único que representa el sentir de esa parte de nuestra historia gastronómica nacional que Magos Herrera resalta en la ciudad que escogió para vivir y componer. Sólo me queda invitarles a degustar el contenido de este producto netamente jazzístico de una de las máximas representantes de México en el mundo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario