domingo, 31 de julio de 2011

Alberto Cortez y Frank Sinatra, vuelven a sorprender con nuevos productos discográficos

Félix Morriña

Debo confesar que me ha costado mucho asimilar a lo largo de dos décadas la obra del cantautor argentino, asentado en México desde hace muchos años, Alberto Cortez. Todavía recuerdo que sus pensamientos, su poesía era utilizada como motivación matutina para el personal que laborábamos en los centros comerciales allá por los años ochenta, al grado de que pasó de ser motivacional para convertirse en un martirio. Muchos terminábamos ignorándolo para evitar las discusiones con el gerente de la tienda departamental que lo ponía en los altavoces a volumen alto. Siempre pedíamos por escrito anónimo que lo quitaran porque nos llegó hartar.
            Pasaron los años, los viejos abuelos contaban historias altruistas de Alberto Cortez como si se tratase de un guía espiritual. Eso también nos molestaba a los jóvenes que deseábamos escuchar otro tipo de música y otro tipo de pasatiempos, como conquistar féminas. Luego lo ligaron con otro argentino idealista llamado Facundo Cabral y entonces, las cosas cambiaron para mí. Tuve la oportunidad de cubrir algunos conciertos de la gira “Lo Cortez no quita lo Cabral” y entonces descubrí el sentido de la obra de ambos y cambió mi percepción, por lo que siempre argumento que los discos de estos dos grandes de la música argentina y en general de Hispanoamérica, es música para personas con un criterio mayor, música para cuarentones o más, vamos, música madura.
            Para este momento de mi vida y después del cobarde asesinato de Facundo Cabral en Guatemala, el pasado 9 de julio, por el crimen organizado, escuchar el contenido de la edición especial en disco compacto y DVD de “Alberto Cortez Sinfónico” en el Auditorio Nacional, me hace sentir culpable de no haber puesto mucha más atención a sus discos, a su trayectoria que abarca medio siglo. Pero nunca es tarde para aprender lo mejor de los grandes. Así que los lectores acostumbrados a leer mis reseñas, crónicas, comentarios sobre rock y sus derivados u otro tipo de música vanguardista se verán sorprendidos de esta recomendación. Algunos estarán en la misma situación que yo, otros sacarán del clóset los desvencijados  vinilos de Alberto Cortez o Facundo Cabral y el resto sencillamente dirán abiertamente que les gustan sus obras.
            De entrada, cuando uno ve en el DVD cantar a Alberto Cortez  ‘Cuando un amigo se va’, no hay manera de evitar un nudo en la garganta y pensar en Facundo Cabral. Y sin duda, recuerdo a mi madre, a mis tías, a la familia aplaudir cuando cantaba en algún programa de televisión en blanco y negro, hace más de tres lustros, los temas ‘Castillos en el aire’, ‘No soy de aquí’, ‘Camina siempre adelante’, ‘Mi árbol y yo’, ‘Que suerte he tenido de nacer’, ‘El vino’, ‘Los ejes de mi carreta’, ‘Un cigarrillo, la lluvia y tú’. En definitiva, Alberto Cortez ha estado ahí en mi vida, sólo que ahora se hace presente con sentido.
            Recién dijo que todo lo que se recaude de las ventas de “Alberto Cortez sinfónico” será destinado a las labores altruistas de la Fundación Hermes Music, de la cual forma parte. La edición especial de este producto contiene algunos videos promocionales de lo que ha hecho esta fundación por los más desamparados en México. El disco compacto de igual manera es una obra que fortalece al DVD. Sobre cómo se dieron las cosas para que grabara con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Jalapa, Alberto Cortez señaló:
            “Es natural que todos los que nos dedicamos a cantar nos subyugue la idea de hacerlo alguna vez acompañado por una orquesta gigantesca, es decir, por una orquesta sinfónica. Grabar además un disco con esa orquesta es algo así como el documento demostrativo de que alguna vez lo logramos, pero grabar un disco con una sinfónica, por la cantidad de músico que la integran, eleva los presupuestos a cifras no siempre rentables para la compañía productora. La lucha en el mercado discográfico no sólo se centra en convencer al consumidor de lo atractivo de ese producto, que solamente se consigue con una buena y carísima publicidad, sino también luchar a pecho descubierto con esa lacra infame que hemos dado en llamar piratería”.
            Alberto Cortez tiene la sospecha de que la piratería tiene elementos infiltrados en las compañías disqueras, porque de otra manera no se explica que cuando artistas de reconocido éxito, graban un nuevo disco y los piratas los tienen a la venta a precios irrisorios antes del lanzamiento oficial del mismo. Cortez exhorta a sus seguidores a que adquieran su disco original, porque el dinero que se recaude será destinado a buenas causas. Suplica a todos apoyen las actividades de la fundación. Yo haré lo propio.
            Pasando a la siguiente recomendación, acaba de salir un nuevo disco de Frank Sinatra que nos muestra sus mejores momentos en Las Vegas, ese espacio, ese escenario que convirtió al crooner en una figura mítica en una época en la que la ciudad estaba en creciente ascenso. En “Best Of Vegas” se recogen 14 conciertos (el disco contiene 17 tracks, por la obertura y los monólogos de Frank) efectuados en el Sands, Caesars Palace y el Golden Nugget en Las Vegas entre 1961 y 1987.
            Imagínense a Frank Sinatra cantar ‘Lady Is A Tramp’ en The Sands en 1961; ‘I’ve Got You Under My Skin’ en ese mismo lugar, pero en 1966; ‘All Or Nothing At All’ en el Caesars Palace en 1982; ‘Pennies From Heaven’ en The Golden Nugget en 1987. Es más, escuchar ‘Theme From New York, New York’ en el Caesars Palace en 1982, te hacen pensar que Sinatra tenía pacto con el Diablo porque nunca se nota decadencia en su voz, ni el mínimo cambio de un escenario a otro.
            Uno escucha el disco “Best Of Vegas” como si fuera un solo concierto y son momentos muy diferentes un corte del otro, pero la genialidad que representa Frank Sinatra permite seducirte de esa manera. Y si a eso le agregamos que en cada concierto trabajó con orquestas diferentes, entonces no queda más que aplaudir como foca todo el tiempo. Sinatra trabajó con la Orquesta de Antonio Morelli, la de Count Basie y Bill Miller, además de tener la compañía de Tony Mottola, Vincent Falcone, Jim Hughart e Irv Cottler. Una vez más, la figura musical emblemática de la Unión Americana nos vuelve a conquistar al ritmo de los chasquidos de sus dedos. Ojalá saquen en breve este disco en formato DVD. Gracias.



viernes, 29 de julio de 2011

“El barón rojo”, un filme alemán para recordar a un ídolo de la I Guerra Mundial

Félix Morriña

Este es un filme para los amantes de la aviación, para los seguidores de la historia de la Primera Guerra Mundial, para los que disfrutan de las películas belicosas con alto grado preciosista, donde la sangre es parte de la parafernalia estética. “El barón rojo” es una cinta de acción para un buen fin de semana lluvioso en el que no es necesario salir de casa y disfrutar placenteramente de buenas actuaciones, excelente fotografía y una ambientación envidiable.
            Escrita y dirigida por Nikolai Müllerschön, “El barón rojo” es un homenaje al piloto alemán Manfred von Richthofen, el más grande, célebre y temido líder aéreo de la Primera Guerra Mundial. En esta película editada en DVD se puede apreciar al joven aristócrata germano luchando contra británicos, franceses, australianos y canadienses. En esta película de 106 minutos queda sentada su historia amorosa, sus relaciones con su equipo de trabajo, conocido como “El circo rojo” o el Primer Escuadrón de Cazas Alemán; también está su conocimiento acerca de la literatura de su nación y la de sus enemigos, gracias a la educación que poseía a diferencia de muchos de su época.
            En “El barón rojo”, el cineasta puso empeño en recrear cada una de las facetas de Richthofen, al grado de plantear que para este grupo de jóvenes veinteañeros estar en guerra era un deporte, un juego en el que el honor y las reglas se cumplirían a cabalidad. Es más, para muchos que no saben la historia, este filme les puede mostrar la parte noble de estar en batalla, el honor de vivir como de morir en acción, pero sobre todo, hay caballerosidad, es decir, los enemigos se conocían a profundidad, convivían en tierra y se mataban en el aire, a diferencia de las tropas que pelean a campo traviesa.
            Cuando “El barón rojo” tiene que estar de visita en varias trincheras, descubre el horror de la guerra, se descubre vulnerable, sabe que en cualquier momento puede morir como cualquier soldado. Su amorosa enfermera le abre los ojos cuando le hace ver que ninguna batalla, que ninguna guerra lleva el sello de dignidad que él presume y que toda esa virtud belicosa no existe más allá del Sol.
            Como muchos saben, pertenecer a la Fuerza Aérea de cualquier país es pertenecer a un cuerpo de élite, a un nivel que pocos, muy pocos tienen acceso, por lo que desde que se inventó el mito de “El barón rojo”, todos los pilotos se asumen como los únicos hijos de Dios en batalla. Morir cayendo desde el cielo, es el más grande privilegio para un piloto aviador militar.
            “El barón rojo” es un filme romántico de acción bien recreada, gracias a los paisajes de la hermosa Praga. La buena actuación del actor británico Joseph Fiennes, quien personifica al oficial canadiense Roy Brown, a quien se le adjudica haberle ganado la última batalla a Manfred von Richthofen, le da el tono de caballerosidad a la película del productor, guionista y director alemán, creador de las series para televisión “Mutter aus heiterem Himmel” y “Muere el profesor Verbrechen des Capellari”.
            La actuación del joven Matthias Schweighöfer como el protagonista de “El barón rojo”, nos permite pensar que es buen momento para ver más filmes germanos por su alta calidad, porque estamos demasiado contaminados por el cine gringo y es preciso alimentarnos con otras cinematografías. El resto es bastante bueno, al grado de la exquisitez. No queda más que recomendar este filme ya.


jueves, 28 de julio de 2011

“The Big Bang”, el filme de Tony Krantz y un “kit pack” de música bailable

Félix Morriña

¿Se imagina buscar a una persona que existe, pero que nadie ha visto? ¿Podría pensar por un momento que una exótica bailarina mantiene contacto epistolar por años con un reo boxeador  ruso y que al final éste sale de prisión para buscar a su eterno y único amor? Luego de una extensiva búsqueda, un detective encuentra lo que busca, pero resulta que el autor de las epístolas no es más que un científico oculto travesti, encargado de concretar el proyecto de un excéntrico veterano millonario que desea llevar a cabo el proyecto-sueño de la ciencia en pleno siglo XX: Recrear el Big Bang.
            En pocas palabras, la película de Tony Krantz atrapa desde el principio, gracias al reparto: Delroy Lindo, William Fichtner, Thomas Krestschmann, Sienna Guillory, Autumn Reeser, Snoop Dog (el papi del hip hop, haciéndola de pornógrafo), Sam Elliott y el protagonista Antonio Banderas, pero se va cayendo conforme pasan los 90 minutos que dura el filme. Desafortunadamente el guión de Erik Jendresen carece de la suficiente fuerza para mantener las metáforas, las ideas sobre el tema en el que gira la película recién salida en formato DVD.
            El tema del obstinado amor de un gigante recluso boxeador  ruso por una exótica bailarina, combinado con la teoría del origen de la vida (Big Bang), fusionado a la idea del átomo-molécula de Dios que genera el amor por la existencia, resulta una barrabasada. Lo que podía convertirse en una buena película termina por ser un bodrio de mal gusto para un fin de semana con cruda en plena tormenta veraniega. Se puede soportar en un momento de extrema debilidad y tolerancia inaudita.
            Y si a eso le agregamos que el título en español en el formato DVD es nada más y nada menos que “5 segundos antes del fin del mundo”, uno termina por aventarlo por la ventana. Un dato más que provoca enoja masivo, el slogan es el siguiente: “Un diamante y una mujer, paradigmas de la destrucción”. Válgame Dios. Con esa información en portada, jamás lograrían vender un DVD los promotores del filme en México.
Tratándose de Antonio Banderas, tal vez alguna ilusa o gay de closet podrían caer, pero espero que cambien de inmediato esa presentación, porque hay otras cosas que valen la pena, como la música original para esta película del ex guitarrista de la magistral banda inglesa de los años ochenta,  The Smiths, Johnny Marr. Fuera de eso, se salva la fotografía de Shelly Johnson, pero nada más.
En definitiva, el director de “Otis” (2008) y “Sublime” (2007), debería repensar mucho más sus proyectos y no sólo poner los ojos en la taquilla. Usted sabe si se arriesga con este producto.
Pasando a cosas más agradables, recién salió al mercado un CD-DVD titulado “Just Dance Classics”, en el cual usted podrá encontrar 21 temas creados en la década de los años 90 y principios del siglo XXI, compuestos para las pistas de baile. Así que si tienen reventón en puerta, bien le ayudarían a no estar cambiando de IPod o de discos compactos a cada rato. Si a eso le agregamos que el DVD contiene todos los videos de los exponentes, entonces, tiene asegurado el éxito en su reunión con las féminas que acudan a su cita.
Entre los exponentes están Suzanne Vega, Chumbawamba, Sophie Ellis, Cathy Dennis, Tom Jones, Rhianna, The Bloodhound Gang, Nelly Furtado y Safri Duo, entre otros, que te pondrán a tono acompañado de un buen trago. Disfrútelo sin medida. Estamos en contacto.


“Mis vuelos”, la segunda propuesta sonora de Nur Slim

Félix Morriña

La escucha uno de entrada y lo primero que hace es fruncir el ceño, porque esa voz plañidera provoca en este interlocutor una sensación de nausea, pero una vez que la escuchas con mayor atención y siguiendo las letras de su segundo disco “Mis vuelos” la calma regresa a este corpus. Luego de repetir el disco una y otra vez, piensa que este producto de la cantautora Nur Slim puede ser el regalo perfecto para una niña entrando a la adolescencia por el arte de la portada y por el contenido.
            La guitarrista mexicana Nur Slim estudió en la Escuela Superior de Música en el área de jazz del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Ha sido ganadora de la beca “Artes por todas partes” del gobierno del Distrito Federal por tres años consecutivos. Nur Slim sacó su primer disco bajo la producción de Aarón Cruz. Para sobrevivir ha tenido que trabajar de directora musical de María José en las giras “Amante de lo ajeno”, “Reventour estrella” y “Amante de los buenos”. Así es la vida, pero hace contactos para continuar produciendo.
            Para la reseñadora Guadalupe Galván la música de Nur no se acomoda a ningún género, porque es una “mezcla de muchos sonidos, muchas tardes, mucha música rodando en habitaciones vacías y habitaciones repletas de gente. Eso ya lo sabe quien ha seguido a Nur en estos cuatro años que han pasado desde que sacó su primer disco. Ahora llega con nuevas canciones que son pequeños paisajes, nuevos arreglos y sonidos creados por el octeto que hace música con ella”.
Su banda está integrada por un guitarrista, un contrabajista, un cellista, un trombonista, un bataco, un saxofonista y un piano. “¿Dónde estaba Nur con su corazón golpeado por los encuentros y desencuentros, herramientas con las que borda sus canciones? Buscaba entre sus alas preferidas. Los dónde son los desvelos, el oporto, los reencuentros, las canciones que siguen transformándose con ella”, argumenta quien la presenta a través de un texto que aparece en su disco “Mis vuelos”.
Hay cierto eclecticismo en el segundo disco de esta joven cantautora educada en el jazz, pero no termina por convencerme pese a que la estructura del disco es buena, limpia y hasta seductora. Quizá sea la voz y los temas. Uno está más acostumbrado al azote, al abismo, al dolor, a la jodidez, a lo infrahumano y con su delicadeza no me siento a gusto, pero no por ello la dejo de recomendar. Pongo a su consideración “Mis vuelos”.
El disco está armado con 10 temas, repito estructurados para infantes, aunque a mi hija Nina Belén tampoco le gustó. Se divierte más con Pixies que con Nur Slim, pese a que no habla aún inglés, pero la música me dice lo que su sentir demuestra a sus cinco años. ‘Posibilidades’, ‘Esquinas’, ‘Georgetto’, ‘Trazos’, ‘Mis vuelos’, ‘De mi otro lado’, ‘Otros tiempos’, ‘Por si acaso’, ‘Irremediable’ y ‘Palabras y más versos’, es el contenido de la propuesta de esta mujercita.
Algunos amigos que estuvieron durante la presentación del disco en un restaurante de la Condesa hace un mes me dijeron que hiciera a un lado mis prejuicios musicales y que me atreviera a verla en vivo y en directo, porque es muy diferente a lo que uno escucha en el disco. Tendré que esperar a una nueva oportunidad para ver si cambio de opinión, mientras se los dejo a su consideración. Estamos en contacto. Gracias.


lunes, 25 de julio de 2011

“Give’em Hell, Malone”, excitante filme serie B “noir” para estimular excesos

Félix Morriña

¿Alguna vez les ha excitado la violencia fílmica estilizada con formato de los años 70, pero inspirada en los 50, debido a la escenografía, la fotografía, el sonido, las acertadas actuaciones y una banda sonora efectiva? ¿Qué similitudes hay entre los directores Quentin Tarantino (“Pulp Fiction”), Guy Ritchie (“Snatch: Cerdos y diamantes”), Frank Miller-Robert Rodríguez (“Sin City”) y David Lynch (“Salvaje de corazón”) con Russell Mulcahy (“Give’em Hell, Malone”)? La respuesta a ambas preguntas es sencilla: Su escrupulosa fijación por los excesos, la violencia por la violencia, las historietas, las cintas serie B y todo lo que tenga que ver con el concepto “noir”, al grado de ver la vida de esa manera.
            Llegó a mis manos en formato DVD hace una semana, a dos años de su estreno en la Unión Americana y de su presencia en México no tenía ni idea, pero sin más recomiendo esta película del director de “Razorback” (1984), “Los inmortales” (1986), “Ricochet” (1991), “La sombra” (1994), “Highlander II: The Quickening” (1991) y “Resident Evil: Extintion” (2007), entre otras películas de mediano calibre.
Tal vez recuerden mucho más al veterano australiano Russell Mulcahy (1953) como videasta de temas como “Hungry Like The Wolf”, “The Reflex” y “The Wild Boys” de la banda Duran Duran, como de algunos temas de Elton John: “Elton’s Song”, “Fascist Faces”, “The Fox” y “Heart In The Right Place”, como del maravilloso pop de Spandau Ballet con la rola “True”, o bien “Total Eclipse Of The Heart” de Bonnie Tyler y tal vez “Vienna”, “The Thin Wall” y “The Voice” de Ultravox, hasta llegar a los videoclips de Kim Carnes, en especial “Bette Davis Eyes”. ¡Upssss! Y se me olvidaron algunos de The Rolling Stones, Billy Joel, Queen, Fleetwood Mac, Culture Club, Rod Stewart, Def Leppard, Boy George, Supertramp, The Motels, Talk Talk, ACDC, XTC y The Human League, entre muchos otros.
Por esta simple razón de que Russell Mulcahy es un videasta connotado y reconocido por sus propios detractores, la banda sonora de “Give’em Hell, Malone” es una joyita que deberán conseguir a la par de la película, misma que puedo decirles tuvo la impecable virtud de un ojo clínico para los efectos especiales, para detenerse en cámara lenta durante las tomas donde más impacto visual surtirían efecto en el espectador, justo cuando las balas entran en cuerpos, convertidos en carne de cañón, sin que cauce malestar estomacal o sicológico en el respetable.
La historia se centra en un alcohólico investigador privado, convertido en respetable duro asesino a sueldo, difícil de matar que debe recuperar un maletín, cuyo contenido descubre luego de su primer enfrentamiento con un grupo de delincuentes trajeados. Lo que ve dentro de ese maletín lo remonta a su familia, misteriosamente “asesinada” años atrás, con lo cual descubre que lo quieren matar. En ese momento no sabe quién es la verdadera persona que lo ha contratado, para ello se va mezclando con todo tipo de criminales que en algún momento ha trabajado con ellos, o bien, ha tenido que perseguir.
Conforme pasa la trama, “Malone” (interpretado magistralmente por Thomas Jane, ése que hiciera el papel protagónico en “Punisher”), se va involucrando con una sexy mujer, otrora prostituta (encarnado en la bella española Elsa Pataky), quien le ayuda para llegar al magnate de la ciudad (caracterizado por French Stewart), pero en el camino aparece un negro gigantón puño de acero (el genial Ving Rhames), una oriental mujer cuchillo navaja circense (Chris Yen) y un alucinante piromaniaco que ha sufrido las quemaduras en carne propia (este es el mejor personaje que le he conocido al master Doug Hutchinson, sí ese canijo actor de la serie “Lost” de 51 años que se ha casado con su novia de 16 años). Este thriller crimen-suspenso merece la atención de los amantes del género a la brevedad.
Entre lo más destacable de la película están dos escenas, la primera en una feria itinerante con todo y caballitos, rueda de la fortuna y demás parafernalia donde hay un enfrentamiento entre espejos, lo cual es muy aprovechado por el cineasta Mulcahy. La segunda se lleva a cabo en un teatro, que recuerda por momentos al Teatro Negro de Praga con una sutil mezcla de Teatro Kabuki, donde el fuego, público asistente asesinado (todos los que han muerto durante el filme), espadas y un cantante ultimado colocado como si fuera a cantar su mejor pieza, hacen que uno vuelva a repetir una y otra vez la escena en el reproductor de DVD’s.
No queda más que exhortarlos a adquirir este filme, porque debe estar en su videoteca favorita sin lugar a dudas. ¡Que la disfruten!



martes, 19 de julio de 2011

“Las grabaciones del Sr. González” o la historia de un “Botello”en continua resistencia

Félix Morriña

¿Alguien recuerda al “Sr. Cabeza” de las series de cartones de Jis y Trino publicados en La Jornada? Sí, esos que aparecían al lado de la “Tetona Mendoza”, los “Zombies de Zahuayo”, “El Peyote Asesino” y tantos más que marcaron historia y que ahora los pueden conseguir en tomos de pasta dura, muy dura por los excesos ahí presentados. Bueno, resulta que cuando me lo encontraba en las constantes borracheras a Rafael “El Sr. González”, le terminaba diciendo “Sr. Cabeza”, porque siempre decía que se parecía tanto al personaje. Él me lo permitía sencillamente porque era muy tolerante y porque también le gustaban esos cartones de Jis y Trino.
            Luego me lo topaba en los conciertos de cualquiera de los que posteriormente terminaron tocando con él, es decir, Fratta, Alex Otaola, Armando Vega Gil y por supuesto Botellita de Jerez, la banda con la que muchos lo identificamos. Por cierto, como flash informativo, “Los Botellos” estarán de nueva cuenta en El Baúl de Toluca, el próximo sábado 23 de julio, para que de una vez por todas las autoridades de la capital mexiquense entiendan que para resistencia está la comunidad estudiantil comprometida, los colectivos independientes, la prensa cultural y los entes que degustan placeres sonoros que atrofian los sentidos de la alcaldesa priísta, María Elena Barrera Tapia. La cita es a las 16 horas, porque tocarán varias bandas. El costo del boleto es de poco más de 200 varos. Lleguen temprano.
            Y ya que estamos hablando de resistencia, uno de sus más aguerridos representantes es nada más y nada menos que “El Sr. González”, uno de esos seres que venció, literalmente, al cáncer, al grado de que su visión del mundo cambió radicalmente y ahora da la cara, se personifica como todo un guerrero sobre la escena. Pero aún más que eso, sabiendo que la escena musical mexicana (o de habla hispana en general) es cada vez más difícil de sobrellevar, decide sacar al mercado toda su discografía en un solo paquete, entiéndase un DVD de audio y un CD mp3 con la discografía completa, el cual incluye letras, créditos y comentarios. En pocas palabras, la información enciclopédica y sonora de su obra.
            “Las grabaciones del Sr. González/ 1998-2011” es un producto difícil de piratear, es el sueño de todo artista, de todo ente creativo, porque está basado precisamente en contraatacar ese mercado, pero con un sello y estilo únicos. Rafa hizo de una vez por todas lo que muchos no se habían atrevido, ofrecer su obra a bajo costo en un formato atractivo para todos, sin distinción generacional. Este disco es el carro completo, como se dice en política. No hay pretextos para no acercarse a su obra y adquirirla a 220 pesos, para que pueda seguir sobreviviendo.
            En “Las grabaciones del Sr. González/ 1998-2011” podrán encontrar la mayoría de la sonoridad del rock hecho en la lengua de Cervantes. Hay funk, pop, rock, música experimental, pero sobre todo están “todos” los músicos de la escena nacional, sin exagerar. Claro, ¿quien no iba a participar en un producto como este, tratándose de un tipo tolerante, buen amigo, excelente percusionista, buen compositor y productor de varias bandas aztecas? Este disco hará que los piratas de buen calibre y mano artesanal, evolucionen, porque un paquete de este tipo es muy atractivo para los bolsillos y productivo para los oídos.
            Cabe recordar que “El Sr. González” formó en 1987 el grupo Baraja junto a sus hermanos, un año más tarde fue parte de Botellita de Jerez por nueve años. Con ellos grabó “Niña de mis ojos”, “Busca amor”, “Forjando  patria” (uno de los mejores para este interlocutor), “Superespecial desenchufado” y “El último Guacarock”. “El Sr. González” ha compuesto música original para el grupo de danza contemporánea “M d mar” de Myrna de la Garza. Rafa, como le dicen los más allegados, ha colaborado como percusionista al lado de Café Tacuba, La Milagrosa (la banda de acompañamiento de Julieta Venegas), Claudia Martínez, Tex Tex, Kenny y Los Eléctricos y por supuesto del excelente bajista Fratta, entre otros.
            En el DVD de audio hay un menú que te permite escuchar cada uno de los seis discos, en donde puedes ver las portadas de “El Sr. González y Los Cuates de la Chamba” (1986), “La vida es el viaje” (2000, uno de los más difíciles de conseguir y del que más piden los seguidores de Rafa), “Rompecabezas” (2004), “Retrato hablado” (2007), “Verdades o mentiras/ El Grao” (2007) y “Un mundo frágil” (2011), este último recién sacado al mercado y que no pretende ser sustituido por la caja-paquete, la cual se consigue en cualquier tienda de prestigio, en Fonarte Latino o en el Tianguis Cultural de El Chopo.
            Finalmente, “El Sr. González” dijo sobre su producto lo siguiente: “En el paquete puedes ver también las letras y los créditos de producción de cada canción y su reproducción está al son de los 16 bits, con igual calidad a los de un CD de marca. Yo busqué la manera de presentar toda mi discografía en un solo producto, y ésta fue la solución que hallé. Ojalá lo disfruten tanto como yo”. Así sea. Hasta la próxima.


domingo, 17 de julio de 2011

Dee Dee Ramone: La comedia negra del rocanrol

Félix Morriña

Después de haber proyectado una videoentrevista hecha por Benjamín Gutiérrez a este interlocutor la tarde noche del pasado miércoles 13 de julio en el Bar 2 de Abril, donde hablé de mi experiencia de dos décadas dentro del periodismo cultural y de haber platicado a medio centenar de invitados anécdotas con personajes de la talla de Dee Dee Ramone, Stratovarius, Chavela Vargas, Los Piojos, Lou Reed, Mercedes Sosa, Peter Grenaway, Pina Bausch y muchísimos personajes más, me propuse transcribir la entrevista que sostuve con Dee Dee Ramone, la cual fue publicada el miércoles 21 de junio del 2000 en Milenio Diario (la edición nacional, por supuesto), porque resultó la más atractiva para el público que asistió a las actividades organizadas por el colectivo Movimiento Cultural en Resistencia, Rebeldía y Revolución. Que la disfruten:
            Cadavérico, casi un fantasma de su propio pasado tormentoso, el otrora rock star Dee Dee Ramone consume una taza de café con la característica ansiedad de un politoxicómano en recuperación durante una entrevista que se convirtió en un largo monólogo la tarde del martes 20 de junio del 2000. Dice que su siquiatra le ha recomendado que se dedique a tocar su música para enfermos terminales en clínicas y que deje de viajar en exceso porque le afecta mucho a su organismo.
            “Mi médico me dice que ya es hora de que deje todo esto y me dedique a mis cosas personales, comentó el compositor, pero ¿qué hace un músico?, sino tocar hasta que se muera, ¿no? Además, una persona como yo, que no tiene familia, ni hijos, ni le interesa a nadie, salvo a mi esposa Bárbara, de nacionalidad argentina, con quien comparto la música, no le queda más remedio que seguir en este negocio”.
            Muchos recordarán el concierto de The Ramones en el ex Balneario Olímpico de Pantitlán hace poco más de un lustro, cuando hicieron temblar a las autoridades estatales y municipales de la zona al ver la gran cantidad de “outsiders”, “loosers”, “deelers”, entiéndase vagos, perdedores, traficantes y toda la fauna de los barrios bajos de la megalópolis defeña, que arribaron al lugar con el definido plan de no pagar boleto y dar el malévolo portazo.
            De aquella experiencia, Dee Dee Ramone recuerda que está realmente fastidiado de que lo relacionen con cualquier acto violento en el terreno de la música que interpreta. “Claro, han hecho una metáfora de mi nombre relacionándola con la violencia. Ya sé que siempre la hubo en los conciertos de The Ramones, pero espero que a estas alturas la gente no vea en los carteles donde aparezca eso, ya que estoy tratando de olvidar”.
            Sus múltiples tatuajes de calaveras, cartas de la baraja, leopardos, gatos, coronas, armas de calibre corto y chicas desnudas en los brazos, lo hacen ver más decadente, a la vez que refleja la verdadera esencia del punk rock anarquista de los años setenta, reflejo de una generación que deseó la consumación rápida y que sin embargo se quedó para demostrarle a los nuevos valores punketos que ese no es el camino a seguir.
            “Me gusta, de alguna manera, el rollo que traen The Offspring, Green Day y todos aquellos que retoman al punk como base musical. Ahora, es obvio que ninguno de ellos tiene la fuerza y la virtud histórica de haber pertenecido a la época y por ello trascender. Sin embargo, hacen buenos trabajos que molestarán a los virtuosos y críticos soberbios que no aceptaron, ni aceptarán al género que cambió la estética musical hace casi 30 años”, acotó el bajista, quien fuera conocido por su afición a las drogas duras.
            Al preguntársele qué es lo que ofrece Dee Dee Ramone, cuyo verdadero nombre es Douglas Colvin, lírica y musicalmente hablando, afirma: “Después de 15 años en activo con The Ramones y más de 26 en el negocio de la música, he dejado constancia en cinco discos como solista y dos libros: el autobiográfico ‘Poison Heart. Surviving The Ramones’ y la novela ‘Chelsea Horror Hotel’, que habla de las aventuras vividas en el famoso hotel donde se hospedaban las estrellas del rock de los años sesenta y setenta. El tomo que narra mi historial dentro de la banda más reconocida del punk en Estados Unidos tardó casi diez años en escribirse. El siquiatra me recomienda que también lo deje porque no es fácil estar rememorando episodios duros. Prácticamente quiere matarme, pero yo tengo mis propios compromisos”.
            Respecto a la banda que lo acompaña, Dee Dee Ramone asegura que de no comportarse como él espera la desintegraría en breve: “No soporto que me estropeen mi trabajo, ni me gusta que no sean como yo quiero. Es más, casi no me hacen caso y eso es intolerable, me enfurece. Mi chava Bárbara es muy guapa, pero le falta mucho para ser excelente instrumentista; Chazz, el baterista, es contundente pero fracasa a la hora de expresar mi sentimiento y Marky, es el tipo más estúpido que haya conocido en mi vida y por eso lo admiro, aunque me haga encabronar”.
            Dee Dee espera que esta breve gira por el interior del país le hará “perder unos cinco o seis mil dólares, pero me he divertido lo suficiente para que no me duela. Mi mujer está contenta con lo realizado y yo vivo más de la fama de mi anterior banda, de los libros y un poco de la aventura que significa The Remains, el pinche grupo que me acompaña”.
            “El concierto del jueves en el Centro de Convenciones de Ecatepec y en el Hard Rock Live de Polanco el viernes, continuó, serán buenos porque no importará qué tan comprometidos estemos con ustedes, ni al revés. Sencillamente, trataremos de divertirnos como en los viejos tiempos”.


martes, 5 de julio de 2011

Periodismo y políticas culturales en el Bar 2 de Abril de Metepec

Félix Morriña

El próximo miércoles 13 de julio a las 18 horas tengo en la agenda una presentación en el Bar 2 de Abril de Metepec, dentro de las actividades independientes del Movimiento Cultural en Resistencia, Rebeldía y Revolución que dirigen los promotores Jesús Espino Rodríguez y Esteban Farfán, junto con un equipo de colaboradores, amigos todos. Para esa ocasión tengo pensado hablar de mi experiencia dentro del periodismo cultural, el cual abarca dos décadas.
La intención, además de contar anécdotas sobre cómo he desarrollado esta profesión, cómo he tenido la oportunidad de cubrir durante 20 años todo tipo de manifestación artística, festivales nacionales, internacionales e infinidad de conciertos de todo tipo, es señalar la falta de interés de las autoridades culturales universitarias y la inefable clase política mexiquense encargada de potenciar y desarrollar una cultura que determine, no sólo identidad, sino que permita que la sociedad, nuestro entorno inmediato, un crecimiento artístico, una evolución creativa con remuneración y al mismo tiempo desarrolle conciencia social.
Si bien, no sólo corresponde a las autoridades culturales promover, persuadir y concretar proyectos productivos en materia artística, la sociedad civil por sí sola debe asumir esta responsabilidad, por eso es plausible lo que están haciendo estos colegas promotores de las manifestaciones culturales, que van desde lo popular hasta las bellas artes, y todo aquel que desee aportar algo a este Movimiento Cultural independiente. Lo que sí debemos recalcar es la solicitud y el reclamo para que exista el apoyo para desarrollar no sólo este colectivo, sino que haya otros, que a la postre se sumen para crear proyectos viables sustentados con la inversión de la iniciativa privada y de los tres niveles de gobierno.
Tanto Metepec, como otros municipios del Valle de Toluca, tienen colectivos culturales a la espera de conectarse para preparar un movimiento masivo, el cual tiene la intención de fraguar fuentes de empleo y por ende de ingresos, que permitan desarrollar sus propios medios de comunicación y sus proyectos artístico culturales, que serán presentados a las autoridades encargadas de administrar los recursos y los requerimientos para llevar a cabo las presentaciones.
Con esto, debo señalar que se potenciarán los festivales ya existentes, lo que se exige a las autoridades es que haya una programación mayor de actividades de este tipo todo el tiempo, ya sea entre semana y potenciarlos los sábados y domingos. El objetivo es que haya una oferta cultural que poco a poco vaya mejorando en sus contenidos y que la gente tenga ese servicio y se le cubra su demanda de esparcimiento y enriquecimiento académico respecto a la cultura.
Hay que aprovechar el acercamiento que se tiene con la capital del país para traer colectivos de allá, como del resto de los municipios mexiquenses. Imagínense una oferta cultural hermanada con los colectivos de Neza, del Faro de Oriente, del Circo Volador y de las Cafebrerías Péndulo, con la gente de El Baúl, del Bar 2 de Abril, del Centro Cinematográfico Metepec, con los artesanos alfareros de Metepec, del Museo Modelo de Ciencias e Industria (MUMCI) de Toluca, de los colectivos del Alto Lerma, que se reúnen en el Centro Regional Cultural de Ocoyoacac, y con tantos más que deseen agregarse, incluyendo a los que son empleados artísticos del Instituto Mexiquense de Cultura (IMC).
Hay que tomar las calles para ejercer un derecho ciudadano a través de la cultura. Hay que desarrollar políticas culturales para que las autoridades de todos los niveles apoyen, porque de lo contrario seguiremos dispersos, sin fuerza, sin motivación, sin empleo, sin ingresos y las autoridades gastando los recursos destinados a promover la cultura. Llenemos las plazas, los kioscos, los espacios culturales. Hay que invertir en la cultura, sin dejar el gozo, los placeres mundanos. Seamos sibaritas con cultura, para mejorar nuestro pueblo, nuestra sociedad. ¿Suena utópico?, la verdad no, sólo hay que juntarnos, conciliar y manejar lo que se tiene de manera abierta y equitativa.
Tenemos pueblos con entes creativos y artísticos, aprovechémoslo. Tomemos lo que nos corresponde y apoyémonos para fortalecer un verdadero movimiento masivo cultural independiente. Intentémoslo ya. Mientras, nos vemos los miércoles en el Bar 2 de Abril de Metepec a las 18 horas.



domingo, 3 de julio de 2011

La agencia Cuartoscuro celebra 25 años de fotografiar a México

Félix Morriña

La tarde del pasado miércoles 29 de junio, la agencia fotográfica Cuartoscuro celebró su 25 aniversario con un convivio en el Centro Cultural Tlatelolco, en donde se premiaron a los participantes del concurso “¡Tianguis y mercados… sabores y colores!”. Se entregó la Cámara de Plata a Víctor Monroy de la Rosa por su trayectoria en la docencia. Se entregó el Premio Cuartoscuro 2011 y se inauguraron dos exposiciones fotográficas, así como también hubo ponencias en donde narraron las peripecias los fotoreporteros y artistas de la lente a lo largo de cinco lustros de existencia de una de las más importantes agencias fotográficas de México y América Latina.
            Fundada en 1986 por el fotógrafo zacatecano Pedro Valtierra, Cuartoscuro nació como consecuencia de una búsqueda constante por generar espacios de expresión creativa y periodística, donde las principales herramientas de trabajo fueran el entusiasmo, el compromiso social y la libertad de expresión. Valtierra fue alumno directo del periodista Manuel Becerra Acosta, quien le dijo que México tenía talentos para registrar la vida cotidiana mejor o superior al trabajo realizado por las agencias fotográficas internacionales. Así nació Cuartoscuro.
A lo largo de cinco lustros, han pasado infinidad de talentos por Cuartoscuro y muchos de ellos, sino es que la mayoría estuvieron durante el festejo, por lo que fue una brillante oportunidad de abordar a su fundador Pedro Valtierra Ruvalcaba, pero también a cualquiera de esa familia que se ha dedicado a este bello oficio de informar a través de las imágenes y de fortalecer a la información de los reporteros que día a día le dan a conocer los más importantes sucesos en el ámbito local, nacional e internacional.
“Desde que empezó a rondarnos en la mente la idea de una agencia, nuestros objetivos eran claros: Tener recursos financieros que nos permitieran ser independientes para poder realizar las tareas periodísticas con absoluta libertad, sin compromisos con ningún tipo de poder y atender las necesidades de información gráfica de los medios”, expresó Pedro Valtierra Ruvalcaba en el reciente número de la revista que lleva el nombre de la agencia fotográfica y en la que están las imágenes de las exposiciones que fueron presentadas en el festejo del Centro Cultural Universitario Tlatelolco.
“Nos inspiraba la gran agencia Magnum, toda proporción guardada… pero, se valía soñar en grande ¿o no? Nuestro deseo era viajar por el mundo en busca de los mejores reportajes e historias para nuestros clientes y que muchos periódicos o revistas nos los compraran a buen precio, si se podía en dólares (aún no existían los euros). Pensábamos vender fotos y conservar los negativos para editar en el futuro uno que otro libro, organizar exposiciones en museos y galerías o en donde se pudiera, con tal de llevar la fotografía de prensa a otros espacios pues, contrariamente a lo que algunos conservadores pensaban, sabíamos que la trascendencia de la foto no termina al ser publicada”, agregó el autor del libro “Zacatecas”, editado por su agencia en 1999.
Valtierra recuerda que iban a hacer fotoperiodismo e intentar darle un trato diferente a la imagen, hacer que se le respetara, y a generar nuevas alternativas para obtener ingresos, como vender fotos en las galerías y al público en general, como se hacía en el llamado “primer mundo”. “Tomamos los ejemplos cercamos e inmediatos, como la agencia de los Hermanos Mayo, el trabajo de Agustín Casasola o del propio maestro Héctor García, quien había sostenido durante varios años su agencia Photo Press. Esos eran nuestros objetivos y sueños desde 1984. Sin exagerar, puedo asegurar que muchas veces terminamos a golpes por las discusiones, impulsadas un tanto por el ron que estaba de moda o por el tequila que, aunque a precio accesible, era considerado una bebida nada elegante, a pesar de que sus crudas no eran tan crueles”.
Para el director de Cuartoscuro, los cimientos de la agencia y sus primeros años fueron realmente difíciles, por lo que recuerda que “había ganas y entusiasmo, pero también muchos sueños, pues cuando nos conformamos como la agencia ‘imagenlatina’ el 11 de marzo de 1984 en un estrecho departamento en la calle Vito Alessio Robles en la colonia Florida, el mismo día de mi renuncia al ‘unomasuno’, no había recursos para rollos originales, para latas de película de 100 pies, para químicos, ni para otras necesidades propias de nuestro oficio. Tampoco para la comida”.
“Había invitado a tres fotógrafos a que se sumaran al proyecto. Primero, a Luis Humberto González, quien había aprendido con los Hermanos Mayo y trabajaba para el periódico ‘El Día’, con quien me reunía desde un año antes en el café El Gran Premio o en la cantina La Castellana a intercambiar ideas; luego invitamos a Marco Antonio Cruz, fotógrafo del periódico ‘Oposición’ del Partido Comunista que, aunque sin experiencia en el diarismo, tenía un gran sentido de la composición; al poco tiempo, compartió nuestros puntos de vista el brasileño Jesús Carlos, quien tenía experiencia en retratar movimientos obreros. Incluso ahora recuerdo sus fotos del líder Lula, muchos años antes de ser presidente. Fuimos él y yo quienes aportamos las ideas para el nombre: ‘imagenlatina’, en minúsculas y unidas las palabras, como el ‘unomasuno’, pues queríamos darle continuidad a las ideas de ese periódico”.
Para que esta aventura funcionara, Pedro Valtierra pidió la solidaridad del gran amigo y camarada Arturo Fuentes (¿”Chato”, hace cuántas botellas que no nos vemos hermanito?); de su hermano Eloy Valtierra y del gran veterano de la fotografía Rubén Pax (cómo no recordarlo en los Festivales Internacionales Cervantinos desde los años 90).
“Todos ellos, nos apoyaron con este proyecto y su presentación como agencia ‘imagenlatina’ en el Museo de Culturas Populares, con el apoyo de amigos y amigas como Alfonso Morales y Eblen Macari, quien alegró la fiesta. Arturo y Eloy fueron los ‘barman’ que, con una pata de elefante y soda de cola, hicieron bailar al público asistente, entre ellos al joven reportero de la sección cultural del periódico ‘Excélsior’, Rafael Luviano, quien entre trago y trago nos hizo una entrevista que publicó tres días después. A pesar de los sueños, ideas, fiestas, gritos, ningún medio nos contrató desde marzo hasta junio de ese año”, concretó el buen Pedro Valtierra Ruvalcaba, uno de los iconos del fotoperiodismo nacional, que el pasado miércoles levantamos nuevamente los vasos con mezcal zacatecano para brindar por un cuarto de siglo de Cuartoscuro.
Cumplí con la publicación, tal y como lo hizo en su momento el colega Rafael Luviano, días después. Estamos en paz. Hasta la próxima. Así sea.



El maniqueísmo sonoro de la banda neoyorquina Interpol

Félix Morriña

Hace una semana se llevó a cabo el concierto de la banda neoyorquina Interpol en el Palacio de los Deportes, donde por espacio de hora y media tocó exactamente 20 canciones divididas en tres sets, el primero con 15 rolas, sólo interrumpidas con algunas intervenciones del cantante y guitarrista Paul Banks en muy buen español para dirigirse a los más de 15 mil asistentes al Domo de Cobre. Las otras cinco rolas fueron interpretadas en dos partes más para hacer dos despedidas bien planificadas y sin sorpresas.
            Cabe recordar que Interpol vino el año pasado al Corona Fest en donde fue una de las bandas que mejor repertorio ejecutaron y que llamaron la atención de miles de seguidores. En aquella ocasión, el grupo debió tocar su set por espacio de una hora y 15 minutos, pero Paul Banks y compañía, es decir, el baterista Sam Fogarino, el seis cuerdas y corista Daniel Kessler y el bajista Brad Truax se dejaron llevar por sus fanáticos, tocando media hora más entorpeciendo la presentación de Pixies en las pistas del Foro Sol de la Ciudad de México.
            Pese a ello, el grupo tuvo esta vez a bien ofrecer un concierto mucho más sobrio que el del Corona Fest, quizá con la intención de evitar verse maniqueístas, pero sin lograrlo, porque el contenido de su poca discografía (“Turn On The Bright lights” del 2002; “Antics” del 2004; “Our Love To Admire” sacado al mercado en el 2007 e “Interpol” 2010), aún los hace ver como una banda que puede dar el salto definitivo y no como ellos desean verse, como unos rockstars.
            Insisto en que el concierto de Interpol del último martes del mes de junio fue sobrio y consistió en sencillamente una fecha más de su actual gira. En esta ocasión, la banda sólo se dedicó a tocar y evitar a toda costa la parafernalia escénica muy utilizada en los masivos. Con tan sólo dos pantallas, 20 rolas, iluminación ad hoc, sonido opacado y hueco por la acústica del Palacio de los Deportes y una buena interacción con el público fueron suficientes para que Interpol se pasara una velada sin contratiempos.
La raza llevaba celulares para registrar algún video y algunas rolas, bebieron cervezas, compraron recuerdos (playeras, vasos, ceniceros, algunos videos piratas y oficiales) y se la pasaron bien en plena temporada de lluvias. Quizá fue un concierto más para muchos, para otros consideramos que falta compromiso de parte de una banda como Interpol, que si bien hizo lo propio, aún no termina por apretar, por convencer para dar ese salto para permanecer en el subconsciente.
La voz de Paul Banks, si bien es el eje motriz de Interpol, la música de estos neoyorquinos sigue siendo para mi muy maniqueísta, por eso estoy completamente de acuerdo con ellos en que no deben compararlos con bandas como Bauhaus y Joy Division, quienes apasionaban al escucha, sometían a sus seguidores con tanta fuerza que jamás olvidabas una presentación. A Interpol hay que obligarlo a mejorar. Yo sé que lo harán. Ojalá sea pronto, porque ese vacío dejado en mi subconsciente debe desaparecer. Hasta la próxima.