martes, 25 de septiembre de 2012

Derechos y obligaciones de los practicantes de la libertad de expresión


*Desde la postura de la investigadora y catedrática universitaria Perla Gómez Gallardo

Félix Morriña

¿Sabía usted que en materia civil, el daño moral, según los Códigos Civiles de México lo definen como la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, efectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás? Se presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la integridad física o síquica de las personas. Se considera que hecho ilícito es toda conducta humana culpable, por intención o negligencia. También existe la Reparación Moral que va acompañada cuando hay daño material. Se invita al lector a conocer sus derechos y obligaciones, y en este caso, los dirigidos a los practicantes de la libertad de expresión, tema que a todos compete saber.
            De esta manera, los poco más de 50 asistentes a la Cámara de Diputados del Estado de México, al mediodía del pasado martes 25 de septiembre, leyeron previamente en un tríptico las bases del marco normativo de la conferencia magistral Responsabilidad civil y penal por abuso de la libertad de expresión en México, impartida por la catedrática de posgrado en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Perla Gómez Gallardo, donde dio a conocer además que en materia penal, ¿cuáles son los delitos contra el honor? “Los códigos penales del país establecen principalmente los siguientes: Difamación, calumnia e injuria. Son aquellos actos que afectan la reputación y la consideración que de una persona tienen los demás. En materia federal se derogaron los delitos contra el honor, no obstante mientras los delitos existan en la República siguen vigentes”.
            La ponente Gómez Gallardo puso sobre la mesa de análisis y discusión varios temas nodales respecto de las libertades en la que se debe desenvolver el periodista, pero antes delimitó ese concepto que para muchos no estaba completamente definido: “Periodista es aquel que desempeña de manera habitual esa ocupación, ya sea remunerada o no, porque no todos los que practican el periodismo cobran por sus servicios, por lo que muchas veces tiene el periodista que emplearse en otras disciplinas. El periodista no tiene que acreditar que lo es, porque se enfrentaría a una doble afrenta ante las autoridades una vez que no pueda mostrar sus credenciales. Debe defenderse”.
            Como muchos saben, la materia prima, la esencia de todo periodista es la credibilidad. Una vez que ésta se pierde, como sucede con la reputación, es muy, pero muy difícil recuperarla. Todo periodista debe cuidar de su credibilidad y reputación, por lo que deberá cuidar mucho de no invadir la intimidad de las personas públicas para dar a conocer trivialidades con el fin de vender sus materiales, que en ese momento dejan de ser periodísticos para despertar el morbo de la población, que eso sí es mera acción mercantil, cuyos resultados son materia de análisis jurídico normativo.
            En cuanto al ejercicio pleno del periodismo, Perla Gómez Gallardo dijo que todo practicante debe hacerlo en completa libertad, por lo que debe haber leyes temporales en cada una de las 32 entidades federativas que deban ser modificadas conforme los tiempos y espacios lo determinen, y no con leyes que no ayudan a desempeñar el principal rol de informar a la sociedad, porque entonces quedan a merced de las autoridades del sector público. Del sector privado, dijo es más difícil investigar, porque tienen el derecho a cuidar de sus datos individuales, pero se puede hacer siempre y cuando se tenga veracidad, credibilidad de lo que se está informando.
“Para atacar, investigar a fondo publicando las anomalías del sector público, si no se tienen las herramientas suficientes y los papeles en regla y en completo orden de la empresa a la que se trabaja (finanzas sanas, pago puntual de impuestos, auditorías, pago de servicios, pago de las cuotas de servicios salubres del trabajador, entre otras tantos gastos), se está a merced de las leyes que aplican los servidores públicos y entonces tienden a desaparecerlos por razones extra periodísticas”, acotó la también abogada defensora en casos emblemáticos de libertad de expresión, no sin antes enfatizar que no hay que tener miedo a ejercer la profesión pese a este tipo de actos.
            La también coordinadora de la Cátedra Interamericana de Derecho de la Información de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de Trust de las Américas, agregó que el gremio periodístico es considerado como uno de los tantos grupos vulnerables en México y varias partes del mundo, debido a razones diversas, entre ellas, y tal vez la principal, los bajísimos ingresos por su ardua labor cotidiana, además de los riesgos a los que son sometidos, o a los que fueron asignados, o en su caso, aceptados, todo en pro de la responsabilidad social y ética a la que se deben.
            Uno de los puntos principales que dejó a la recién conformada 58 Legislatura mexiquense, la autora de las obras Libertad de expresión, protección y responsabilidades; Moral pública y libertad de expresión (coautoría con el fallecido ex rector de la UNAM, Jorge Carpizo McGregor y Ernesto Villanueva) y Manual para periodistas, fue que se debe legislar para que el Estado pague indemnizaciones a las familias de periodistas fallecidos en zonas de peligro, o por haber sido víctimas del crimen organizado u otras omisiones en las que no haya podido resolver después de cierto tiempo que se haya planteado en la iniciativa de ley, como también dejó en claro que en este país ya existe la transparencia y acceso a la información, pero no existe la rendición de cuentas, y es ahí donde el Estado mexicano debe progresar para lograr medianamente una democracia a mediano y largo plazo.
            Por otro lado, a decir de la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex), la Editorial Bosque de Letras y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el libro Acercamiento a la Libertad de Expresión. Diez visiones multidisciplinarias (2010) es el primer libro en Latinoamérica en realizar un ejercicio reflexivo desde los aportes de la filosofía, la economía, la sociología, el institucionalismo, el sicoanálisis, el litigio, los aspectos judicial y organizacional, así como la crónica, en un mosaico de análisis de la libertad de expresión, por lo que la coordinadora de este libro, la profesora e investigadora titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel Cuajimalpa, Perla Gómez Gallardo, recomienda ampliamente su lectura para ahondar mucho más en el complejo tema de los derechos y obligaciones de los practicantes de la libertad de expresión. El libro en cuestión tiene el prólogo de Luis Raúl González Pérez, abogado general de la UNAM.
            “El derecho de libre expresión cuando nadie contradice al gobierno, la libertad de prensa cuando nadie está dispuesto a formular las preguntas importantes, el derecho de reunión cuando no hay protesta, el sufragio universal cuando vota menos de la mitad del electorado, la separación de la Iglesia y el Estado cuando no se repara regularmente el muro que los separa. Por falta de uso, pueden llegar a convertirse en poco más que objetos votivos, pura palabrería patriótica. Los derechos y las libertades o se usan o se pierden”, expresó el escritor y divulgador científico Carl Sagan para redondear el tema que el pasado martes convocó al gremio periodístico del Valle de Toluca con miras a visualizar mejoras para todos sus integrantes.

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La cultura metalera de Megadeth, Kiss y Mötley Crüe en México


Félix Morriña

Muchos de los asistentes a los dos conciertos que ofreció, la semana pasada, la banda metalera estadounidense Megadeth en el Pepsi Center del World Trade Center de la Ciudad de México, no han podido recuperarse por completo de las memorables casi dos horas que tocó por día el grupo, liderado por el rubio cantante y guitarrista Dave Mustaine, cuando ya están preparándose para el concierto masivo en el Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez del próximo sábado 29 de septiembre cuando suban al escenario Kiss y Mötley Crüe, en lo que se ha dado en llamar el mejor Tour del metal estadounidense.
            Sin duda, la cultura metalera en México sigue tan vigente como hace más de 30 años, pese a los altibajos que sufrió a lo largo de su existencia, por razones diversas, entre ellas las modas musicales que han transitado, las crisis idiosincráticas que afectan las culturas en varias partes del mundo, el nuevo (des) orden mundial y las crisis financieras que han terminado por minar el futuro de las disqueras transnacionales; sin embargo, el metal se ha mantenido en el gusto de millones de habitantes en este país, por lo que este tipo de encuentros masivos se venden y compran como pan caliente.
Este interlocutor le tocó cubrir el segundo concierto de Megadeth, la noche del pasado jueves 20 de septiembre, cuando Dave Mustaine salió con una camisa casual negra, al igual que sus muñequeras para secar el sudor y su pantalón de mezclilla (el día anterior salió con una camisa casual blanca), para interpretar “Trust”, tema con el que acostumbra la banda abrir sus conciertos, pero sobre todo el que da pauta a la iniciación del espectáculo es el baterista Shawn Drover con sus notables redobles. La raza ya sabía lo que le esperaba.
Para esta rola, Dave Mustaine se dio el lujo de cantar en español parte del coro que reza: “Me duele todo el cuerpo por los errores…”, a lo que el público, en su mayoría amantes de la cultura metalera desde los años 70 que llevó a sus primogénitos para que den continuidad a esas generaciones, cantaron a todo pulmón. Habrá colegas o seguidores que se quejarán de que el guitarrista Chris Broderick (encargado de las seis cuerdas desde el 2008) no es el ideal para grabar y hacer giras con Megadeth, toda vez que extrañan a Glen Drover, otrora icono del cuarteto californiano. Lo que sí no dudan es en la complicidad entre Mustaine y el bajista fundador del grupo Dave Ellefson, con quien mantiene sanas relaciones arriba y abajo del escenario.
Todos presenciamos a Dave Mustaine contento, hasta feliz consigo mismo, tal parece que dejó en el pasado su tormentosa pelea emocional y creativa con los miembros fundadores de Metallica. Tal parece que Mustaine encontró el camino de la sana convivencia y canta y toca como si fuese una diva joven, un rockstar en su mejor momento, un ser controlado, fresco, pero sobre todo sobrio y cordial con su fiel público. Eso gustó a todos y el público se le entregó a plenitud.
 Para los fieles seguidores de Megadeth, el hecho de que la agrupación haya tocado algunas rolas del disco Cryptic Writings (1997), completo el álbum Countdown To Extinction (1992), con el cual celebran 20 años de su salida al mercado, y parte del nuevo Thirteen (2011), además de algunos de sus éxitos que han marcado su trayectoria, especialmente los incluidos en Rust In Peace (1990), fue un hecho plausible, pero hubo queja al no tocar más tiempo y más éxitos. Aquí cabe aclarar que toda banda que se merezca verdadero respeto no toca como si fuera una rocola, no es complaciente y Megadeth hizo valer esa condición.
Las siete pantallas utilizadas para este concierto, tres de fondo en las que pasaban las imágenes terroríficas de la guerra, la portada del disco Cryptic Writings e imágenes de soporte que emplea el grupo en esta gira; más las dos ubicadas al costado de la banda y dos más en medio del foro del Pepsi Center, en la que mostraban la mayor parte del tiempo las brillantes ejecuciones de Mustaine y su tremenda y envidiable colección de guitarras metaleras, dejaron a la audiencia presente completamente satisfechos, salvo por lo comentado de que querían más rolas de antaño.
Pese a ello, escucharon “She-Wolf”, “A Tout Le Monde”, “Thirtheen”, “Whose Life (Is It Anyways)”, “Public Enemy N. 1”, “Skin O’ My Teeth”, “Symphony Of Destruction”, “Arquitecture Of Agression”, “Foreclosure Of A Dream”, “Sweating Bullets”, “This Was My Life”, “Countdown To Extinction”, “High Speed”, “Dirt Psychotron”, “Captive”, “Honour”, “Ashes In Your Mouth”, “Peace Sells” y “Holy Wars”, entre otras. Para este interlocutor, no hay queja.
Finalmente, nos queda un fin de semana ampliamente metalero con Kiss y Mötley Crüe en el Foro Sol el sábado que entra, en el que seguro estoy Kiss rememorará el contenido de la edición especial de su álbum de 1977 Destroyer, el cual fue el cuarto de su discografía y que está a la venta una edición memorable, con todo y los primigenios efectos de la primera rola del álbum, “Detroit Rock City”, pero bien flanqueado por los temas “God Of Thunder”, “Great Expectations”, “Flaming Youth”, “Sweet Pain”, “Beth” y “Rock And Roll Party”, entre otras que suman 10 rolas en total. Desde este momento disfruto plenamente el cuadernillo que incluye esa edición con todos los pormenores de su grabación y las fotos que me recuerdan los mejores momentos del metal que escuchábamos en México a finales de los años 70.
¡Ahí nos vemos!


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jueves, 20 de septiembre de 2012

El Lunario de Puerto Candelaria


Félix Morriña

No son la tradicional cumbia colombiana que conocemos en México de allá de los años 70-80, son una rara mezcla de música balcánica con dosis discretas de ska y mucha cumbia contemporánea, entre otras sonoridades latinoamericanas asentadas en Medellín, su ciudad referente. Son combativos como marcan los cánones actuales de la Colombia post Álvaro Uribe y del actual dirigente Juan Manuel Santos. Son un sexteto que trae en la sangre el fervor del cambio, unos cabrones amables, unos parcelos dueños de una confianza que te lleva de la mano a la fiesta, pero sin dejar atrás los problemas cotidianos. Son de eso tipos que te hacen pensar porque aman la cultura y recuerdan al sueño bolivariano, pero adaptándolo a la realidad actual. Son Puerto Candelaria.
            Tuvimos la oportunidad de entrevistar a dos de los seis huercos de la banda (como diría el memorable maestro Piporro), al director, arreglista, acordeonista, tecladista y principal compositor Juancho Valencia y al bajista y principal cantante, Eduardo González, en las instalaciones de la independiente Discos Intolerancia, en la colonia Condesa de la capital del país, como preámbulo a la actuación del grupo el próximo jueves 4 de octubre en el Lunario del Auditorio Nacional. La banda invitada es Troker.
            “Puerto Candelaria queda en la imaginación de los músicos de Puerto Candelaria, donde se pescan truchas cumbieras, porros eléctricos, con muchas dosis y letras de humor, mucho veneno también. El grupo es un pescado envenenado, como pez vietnamita, no como pez globo. Puerto Candelaria es un pueblo de la costa tropical colombiana, muy caluroso, húmedo, caótico, donde hay muchos animales, donde hay mucha cultura, mucha comida, como también mucha pereza, porque el trópico no te deja pensar, sólo deja reproducirse a más no poder, porque ahí están las mujeres más hermosas de la nación. En Puerto Candelaria las mujeres son muy peligrosas, por eso el costeño, el rivereño, el puerto candelario trata de concentrarse un poco, de estudiar para que las mujeres no los desvíen a uno por el camino del mal”, señaló a carcajada abierta la voz cantante Eduardo González al preguntarle sobre quiénes son y qué hacen en la vida.
            Con cuatro discos en su haber (Kolombian Jazz, Llegó la banda, Vuelta canela y Cumbia rebelde, éste último motivo de su reciente visita a México en plan promocional para regresar a gira nacional en septiembre), Puerto Candelaria cuenta con una artillería pesada en cuanto a sonoridad, es una cumbia estratégica, con un sonido bailable en cualquier escenario del mundo, con unas letras que bien pueden apreciar los amantes de la música inglesa, es decir, del rock, tal y como lo hiciera en su momento la maravillosa banda The Clash, que tanto amó y se influenció con los movimientos sociopolíticos de la América Latina.
            “Es una música para mover las nalgas, pero también para mover las neuronas. Es la combinación de una nueva Colombia, ésa que entiende el potencial de la fiesta y la alegría y utiliza eso como herramienta para transmitir sus ideas. En Puerto Candelaria esa mezcla es muy efectiva y puede lograr contaminar a muchos seres en el mundo, es más hay una encuesta reciente, no sé quién la haga, pero la cito por su importancia, sobre los países más felices del mundo y Colombia figura en primer lugar. Imagínate que Colombia es el país más feliz del mundo pese a lo que vivimos allá. Yo todavía no entiendo por qué (se oyen múltiples carcajadas y el clásico sonido de una esnifeada). ¿Será cierto?”, comentó con entusiasmo el líder de la agrupación, el morocho Juancho Valencia.
            Al preguntarles sobre la situación sociológica de su nación, Valencia exclamó: “Nosotros venimos de una ciudad que se llama Medellín, una ciudad que por excelencia es el punto más álgido de los conflictos armados, más allá del estigma de la guerra agreste vivida en los años 80, de la cual nosotros somos sobrevivientes, porque no somos ciudadanos, sino sobrevivientes (de nuevo tremendas carcajadas) y aquí está ese resultado. Somos optimistas, nosotros decimos ‘Optimismo frente al abismo’. Sin duda tuvimos mucho miedo y Puerto Candelaria es el reflejo del optimismo, gracias a que las autoridades invirtieron millones de dólares en la cultura y eso nos ha salvado del miedo y de los conflictos. La cultura ha sido nuestro remedio y veneno ante la guerra. Ojalá que México pase por lo mismo, para llegar a la felicidad que tenemos en Colombia”.
            El cuarto disco Puerto Candelaria, cumbia rebelde, fue grabado el año pasado, con un sonido internacional, con sonido balcánico, guerrero, una cumbia balcánica, con sonidos brasileños y de pueblos cercanos a Colombia. Es un disco muy orgánico a decir de los dos integrantes consultados. Contiene 10 rolas, de entre las que se destacan “Upa beat”, “Cumbia estelar”, “Se cae”, “Balkánica”, “La tusa”, “Cumbia rebelde”, “El desorden”, “La fiera” y “Como yo soy tan raro”. El disco incluye los videos “Cumbia rebelde” y “Upa beat- Locomotora live”, ampliamente recomendables.
            Luego de ver el video de la rola “La fiera” en internet, en donde Puerto Candelaria narra en este videoclip lo difícil que es complacer y divertir a los niños, es una rola homenaje a la infancia, donde ellos deciden practicar lo que la imaginación de un grupo de infantes desea, convirtiéndose en algo divertido, aunque eso signifique que los músicos sean tratados como guiñapos e inocentes víctimas de los menores a lo largo de casi cinco minutos.
Al final del video aparece una leyenda que nos rompe las pelotas y que es una pesada realidad en esa hermana nación sudamericana: “En Colombia no hay certeza sobre la cifra de niños que combaten en una guerra absurda de adultos… No son pocos”, sea cual sea ésta. Los créditos del video anuncian a los integrantes con sobrenombre, como una invitación para los melómanos seguidores a que los identifiquen como parte de un jueguito: Puerto Candelaria está integrado por Sargento Remolacha;  El caballero del bajo, Josela, El Loco; Cristo, Barromán; Casso, El sabio y Diggy, El niño. Usted sabrá de qué se trata una vez que haya visto el video. Luego se le invita a que vea “Cumbia rebelde”, un video en directo para que sepa a qué atenerse para cuando los vea en vivo en el otoño mexicano.
De esta manera, sólo nos restir a verles en el Lunario el jueves próximo 4 de octubre a las 21 horas. Ojalá alguien quiera traerlos a Toluca, donde los esperamos con los brazos abiertos. ¡Salud, hermanos!

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martes, 18 de septiembre de 2012

Rachmaninov, Liszt, Chopin y Beethoven visto desde la óptica de la pianista Valentina Lisitsa


Félix Morriña

El pasado mes de julio, la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM albergó a la pianista ucraniana Valentina Lisitsa, quien interpretó un programa con obras de Scriabin, Rachmaninov, Lysenko, Balakirev y Liszt, provocando que la audiencia aplaudiera de pie por varios minutos, debido a la magistral técnica con la que tocó cada una de las piezas de los grandes compositores de repertorio pianístico, según comentaron a este interlocutor compañeros que asistieron. Muchos de los presentes preguntaban si este recital iba a ser grabado para después reproducirlo en un disco compacto, pero las autoridades culturales de la Máxima Casa de Estudios del país no tenían conocimiento de ello.
Luego de ese recital, la disquera de repertorio clásico, Decca, sacó al mercado Valentina Lisitsa Live At The Royal Albert Hall (2012), en el que usted amable lector podrá percatarse de las habilidades y potencial de esta mujer nacida en 1973, que decidió partir de su país para asentarse en territorio estadounidense en 1991, para desarrollar su carrera, misma que inició formalmente en 1995 en el Lincoln Center de Nueva York, bajo la dirección de Gerard Schwartz. Desde entonces, Valentina Lisitsa ha tenido una productiva agenda internacional, tanto como solista, como acompañando a varias orquestas, entre ellas, la Orquesta Nacional de Francia con Charles Dutoit y su esposo, el también pianista Alexei Kuznetsoff.
El disco Valentina Lisitsa Live At The Royal Albert Hall contiene 18 piezas magistralmente grabadas durante el recital ofrecido en ese mítico lugar en junio de este mismo año, por lo que si usted no pudo presenciar el efectuado en nuestra mejor sala de conciertos del país (la Sala Nezahualcóyotl) tendrá la oportunidad de hacerlo vía esta grabación en la que esta rubia mujer hace gala y balance de virtuosismo y poesía musical vía su piano vienés Bösendorfer, el cual le da una finísima sonoridad a sus ejecuciones.
En este producto redondo usted podrá escuchar a Rachmaninov (“Preludio in G Minor, Op 23 N. 5”, “Preludio in G Major, Op 32 N, 5” y “Preludio in G Sharp Minor, Op 32 N. 12”, entre otros), Beethoven (“Fur Elise” y “Moonlight”), Liszt (“La Campanella”, “Un Sospiro” y “Liebestraum”), Chopin (“Nocturne in E Flat Major”, “Nocturne in C Menor” y “Nocturne in D Flat Major”) y Scriabin (“2 Poems” y “Mosquito”). Si usted es un exigente melómano, especialista en música clásica interpretada por las nuevas generaciones de pianistas que logran transmitir ese maduro sentimiento de los compositores antes mencionados, entonces, deberá adquirir este material y ponerlo dentro de su fonoteca personal.
Muchos melómanos jóvenes ubican a Valentina Lisitsa a través del canal de videos por internet You Tube, el cual ella considera un espacio verdaderamente democrático por la forma en que se difunden sus siete discos grabados hasta el momento (entre el que se destaca el Primer concierto de Shostakovich con la Sinfónica de Ekaterinburgo y Sara Caldwell y la Sonata para violonchelo de Rachmaninov con William De Rosa), además de que ella creció conociendo a muchos de los grandes exponentes internacionales a través de este medio de comunicación masiva.
“You Tube es un canal de comunicación ampliamente democrático que llega a todos. Recuerdo que mi familia era muy pobre para poder comprar un tocadiscos en Ucrania. Nos llevó un tiempo conseguirlo. Yo estaba en la oscuridad sonora total en cuanto a saber cómo tocaba la gente 50 años atrás. Escuchaba algo por la radio, pero sólo lo que seleccionaban otras personas. Ahora, casi cualquiera que consiga una conexión a internet puede ver y estudiar no sólo a sus pares, sino saber qué se hacía en el pasado. Por ejemplo, una persona joven que quiere competir en un concurso, puede ver y compararse él mismo con cómo toca la gente en todas partes del mundo. También se puede escuchar grabaciones históricas que a veces están agotadas en disco compacto o en discos de vinil. Es una maravilla ese medio de comunicación”, señaló Valentina Lisitsa durante una entrevista sobre las bondades del internet.
Lisitsa agregó que internet no es diferente de los discos compactos y nadie se opone a grabarlos desde su computadora. Mencionó que en realidad la gente quiere grabar todo lo que pueda para divulgarlo, pero básicamente todos lo que está a su alcance, desde discos compactos, hasta DVD’s, videos e internet. You Tube, es un medio maravilloso, como los libros de turismo, pero hay detalles que uno debe contemplar.
“Uno compra libros de turismo cuando quiere ir, digamos, a Italia. Lo compras, ves fotos y ellas te hacen querer ir. Luego llegas a Italia y quizá algunos lugares no son bonitos como en las fotos y de paso te roban la billetera, pero la experiencia es maravillosa e irremplazable. Así que básicamente a los discos compactos e internet la gente los usa para atraerte hacia las actuaciones en vivo. Porque los conciertos, las interpretaciones, son algo que no dura más allá de una extensión y no puedes reproducirlo, y de eso se trata la música, de mantener en la memoria esas sensaciones que se registran en un concierto en vivo”, explicó escuetamente la rubia pianista ucraniana, que pronto volverá a México para deleitar a su exigente audiencia, mientras disfrute de Valentina Lisitsa Live At The Royal Albert Hall. Hasta la próxima.

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jueves, 13 de septiembre de 2012

"Nunca es demasiado tarde", homenaje de Michael Schroeder a los veteranos del séptimo arte


Félix Morriña


A Luis Recillas Enecoiz, Pedro Salvador Ale
y Hermann List Eguiluz, por sus múltiples enseñanzas

La verdadera comunidad intelectual estadounidense no es para nada complaciente. Es muy crítica, antisolemne y sobre todo constructiva, como lo constata el filme independiente de Michael Schroeder, Man In The Chair (titulada acertadamente en México como Nunca es demasiado tarde), en donde plantea que los Estados Unidos es el principal país del mundo donde se maltrata más a las personas de la tercera edad, pertenezcan éstas a cualquier clase social o hayan desempeñado cualquier tipo de labores, sin importar que en su momento hayan sido estrellas o trabajadores del séptimo arte u obreros de la cadena reproductiva.
En la Unión Americana, lo que importa es lo que sirve en la inmediatez, lo del consumo rápido, lo que deja; por tanto, lo viejo es pasado, inútil y desechable. En la cinta de Schroeder se manifiesta abiertamente esa gran falla del sistema sociopolítico estadounidense de una manera en la que además se hace un sentido homenaje al cine dentro del cine, porque durante la trama de Man In The Chair hay un rodaje de documental sobre el maltrato hacia los ancianos, dirigido por un jovenzuelo estudiante de cine (personificado por el actor Michael Angarano).
En la película se hace hincapié a que Estados Unido abandona a sus ancianos de una manera estúpida, cuando en países en vías de desarrollo, como México y Sudáfrica (con todo y sus altibajos sobre el tema), son considerados un ejemplo a seguir por su experiencia y son considerados baluartes de la sociedad. El título en español, Nunca es demasiado tarde, hace referencia precisamente a reescribir la historia de estos viejos sabios, máxime si todos son ancianos que sirvieron al séptimo arte.
La película es una oda al cine en blanco y negro, es un homenaje a todos los trabajadores de la industria cinematográfica, que son tan importantes el que vende los boletos en taquilla, como el director y los actores estrella; por lo que ver a ancianos maestros actuar para un documental que narra los abusos a los que han sido expuestos, la hace una verdadera obra maestra. Plausible el trabajo de Michael Schroeder al conseguir a todo el elenco que representa cada uno su propia historia en la pantalla grande, aunque usted amable lector puede conseguir este filme en formato DVD en cualquier tienda distribuidora que se respete. Es más, la independiente Outsider Pictures no se enojaría si la baja por Internet.
            El personaje central de la película, es el amargado, alcohólico y cretino Glenn Flash Madden (caracterizado por el veterano y genial actor canadiense, ganador del Oscar, varios premios Emmy, Globo de Oro y premio Tony, Christopher Plummer), quien pone sobre la mesa esta situación, porque la vive en carne propia a los 86 años de edad en un asilo para retirados del cine hollywoodense. Madden es el único sobreviviente de los trabajadores de la producción de la película El ciudadano Kane del maestrazo Orson Wells.
En esta película, Madden se desempeñaba como el técnico electricista del rodaje de la mítica obra de Wells. El apodo de Flash se lo puso el propio Wells al cometer un pequeño error técnico con una lámpara. La dura belleza con la que trabaja esta escena Schroeder le hará sentir que ha valido la pena desenmascarar el trabajo en el cine, que va mucho más allá del glamour y que todo es un gran mito en Hollywood. No todo lo que brilla es oro. Tener éxito en ese negocio cinematográfico cuesta hasta la vida.
            Durante la trama de Nunca es demasiado tarde se plantea que en los años del cine en blanco y negro, todo trabajador del séptimo arte debía tener un gran bagaje de la cultura universal, la industria fílmica no permitía que nadie fuera un simple ciudadano, aunque desempeñara trabajos menores, porque debía entender a cabalidad al director de cine, el Man In The Chair, el director, el hombre de las decisiones importantes. Ahora, cualquier mequetrefe se cree cineasta con tan sólo manejar una camarita de cine en video y sus habilidades tecnológicas, sin tener conocimiento mínimo de nada. Por eso es grande esta película del 2007 de Michael Schroeder.
            Hay tanto de qué hablar y aprender sobre la película que mejor los invito a conseguirla y tirarse un rato al drama al verla, porque tarde o temprano seremos tan viejos como los personajes de Man In The Chair si esta vida vertiginosa nos lo permite. Yo me quedo con varias secuencias, entre ellas, la de Flash Madden liberando de manera ilegal una camada de perros callejeros durante una noche en un parque, porque no soportaba la idea de que al día siguiente los mataran porque no tenían dueño que les cuidara.
Otra secuencia, la más bukowskiana que he disfrutado y vivido en mi existencia, la de estar hasta la madre de borracho en un cine y joder a la audiencia por considerarla pendeja e ignorante. Pero no ha sido cualquier sala de cine, sino la vieja Cineteca Nacional. También la de aprenderse los diálogos de algunas películas bebiendo whisky a medio día, sin importar a qué hora debía entregar mis notas periodísticas a los medios nacionales en los que entonces trabajaba.
Gracias Glenn Flash Madden (o debiera decir, muchas gracias maestro Christopher Plummer) por recordarme esos episodios dantescos, pero que reafirmaron mi idiosincrasia, mi proceder en la vida y valer mis convicciones, tal y como tú lo hiciste para este filme. ¡Nunca es demasiado tarde, salud!

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lunes, 10 de septiembre de 2012

Scorpions, Poison y Def Leppard, tres grandes en la Arena Ciudad de México


Félix Morriña

Primero fue Scorpions, la noche del pasado jueves 6 de septiembre en la Arena Ciudad de México, dentro de su gira mundial Final Sting, con la que ahora sí le dicen adiós a los escenarios de manera definitiva. No hace mucho, la agrupación alemana estuvo en México, en el Palacio de los Deportes para “despedirse” de su público mexicano, ese que lo ha visto todas las veces que ha venido, incluyendo una memorable presentación en el Auditorio Nacional, donde el sistema de audio hizo notar que el cantante Klaus Meine sigue teniendo una potente voz como en sus mejores años en la década de los 80.
            En lo que ahora sí parece ser el último concierto en México del guitarrista Rudolf Schenker, el seis cuerdas Matthias Jabs, el baterista James Kottak y el bajista Pawel Maciwoda y el mencionado cantante chaparrito Klaus Meine, ante poco más de 15 mil personas (70 por ciento de la capacidad del recinto de la delegación Azcapotzalco, considerado entre los 10 mejores del mundo), la banda cantó por espacio de dos horas exactas  con todo y encoré (empezó a las 22:30 horas y concluyó a las 24:30). La banda telonera fue la española Avalanch, misma que no gustó del todo, pero sirvió para que el respetable se diera tiempo de adquirir los respectivos souvenirs, consumir cerveza al por mayor y recorrer los espacios que brinda la Arena Ciudad de México.
            El quinteto germano hizo una buena selección de su repertorio musical que abarcó más de cuatro décadas de grabaciones con todos los altibajos que vive una agrupación veterana como ellos, que han visto pasar muchos cambios generacionales, cambios de sistemas políticos, desapariciones de naciones (como Yugoslavia, la caída de la URSS y la unificación de las Alemanias) y la llegada de nuevas tecnologías, ésas que el propio grupo a utilizado a la perfección, toda vez que en la Arena Ciudad de México pueden los asistentes disfrutar hasta cuando van al baño, porque en los servicios hay pantallas de televisión donde puedes ver los mínimos detalles del concierto.
            Imagínense tres de pantallas gigantes al centro de la Arena Ciudad de México en la que puedes ver hasta el calzado de cada uno de los músicos, puedes hasta delimitar las notas que tocan, incluso ver las pisadas de los técnicos que auxilian a las bandas. No se pierde ningún detalle en un espacio ideado para los conciertos masivos, es más, el sistema de audio es tan impecable que te hacen sentir que tú eres el que está tocando las rolas de Scorpions. La Arena Ciudad de México, ubicado en la avenida Granjas 800 de la colonia Santa Bárbara de la delegación Azcapotzalco, al norte del Distrito Federal, por el Metro Ferrería y la estación Fortuna del Tren Suburbano) es un espacio que además albergar conciertos, funciona también como espacio deportivo y circense, es decir, es un espacio multidisciplinario.
“Send Me An Angel”, “The Zoo”, “Make It Real”, “Loving You Sunday Morning”, “Wind Of Change”, “Holiday”, “Raised On Rock”, “Kottak Attack” (un solo del baterista, el cual fue impecable), “Black Out” (en la que Rudolf Schenker personificó con todo y mascara con los lentes de tenedor al personaje de la portada del disco del mismo nombre),  “Big City” (en la que todo el tiempo Meine cantó-gritó “Buenas noches, Mexico City”), “Still Loving You”, “No One Like You” y “Rock You Like a Hurracane” fueron algunas de las rolas que hicieron cantar a los presentes hasta quedar afónicos. Fue un concierto a la altura de las expectativas.
Para el sábado 8 de septiembre, la Arena Ciudad de México albergaría a los estadounidenses de Poison, quienes fueron los teloneros de la banda inglesa Def Leppard, dentro de lo que se hizo llamar Rock Of Ages, un homenaje a los jóvenes de los años 80 y principios de los 90, amantes del hard rock que entonces estaba en boga. Desde temprana hora (cinco de la tarde), poco más de 20 mil personas se fueron arremolinando en las inmediaciones de la avenida Granjas, de la populosa colonia Santa Bárbara, para adquirir alguna prenda o artículo de ornamento en los puestos del Tianguis del Chopo y anexas, con lo cual ponía de nervios a los policías encargados de controlar los accesos al lujoso inmueble de la familia Salinas Pliego.
La Arena Ciudad de México, junto con el edificio de la Universidad Tec Milenio que está al lado, contrastan con el rastro, las vías del tren y la zona industrial de Vallejo, pero sobre todo, se piensa que el tránsito vehicular se volvería un desastre por la gran cantidad de vehículos que arriban al foro, pero de pronto, los accesos son tan rápidos y efectivos que desaparecen en minutos. Todo estaba listo para que a las 20:10 horas la gente empezara a disfrutar de dos grandes bandas de hard rock.
Los seguidores del cantante, modelo y presentador de programas de chichifo, Bret Michaels; el excéntrico guitarrista CC DeVille; el bajista Bobby Dall y el baterista Rikki Rockett, aplaudieron a rabiar las 10 interpretaciones que tocó Poison a lo largo de una hora, entre las rolas que más destacaron fueron “Your Mama Don’t Dance”, “Fallen Angel”, “Moby Dick”, “Talk Dirty To Me”, “Nothin’ But A Good Time” y por supuesto la pieza que los colocó en la cima del mundo “Every Rose Has Its Thorn”, con lo cual los casi 20 mil asistentes se deleitaron la noche del sábado pasado.
Lo que más llamó la atención es la gran cantidad de exuberantes féminas que se dieron cita, porque resulta paradójico que sólo en los conciertos masivos de este tipo de música se aparezcan y el resto de los días de la semana nunca uno las vea. “¿Dónde se meten?”, gritaban algunos machos con vaso en mano en busca de hembra. Parecía que estábamos en alguna ciudad de la Unión Americana y no en la barriobajera Azcapotzalco.
Para cuando subieron al escenario el flemático cantante Joe Elliott, el musculoso y bien bronceado guitarrista Phil Collen (bastante bien para tener 55 años); el bajista Rick Savage; el baterista de un solo brazo, Rick Allen (que bien pudo estar tocando en la inauguración de los Juegos Paralímpicos de su tierra natal, Inglaterra) y el seis cuerdas Vivian Campbell, integrantes de Def Leppard, el público ya estaba hasta el full y entregado sin problema alguno, sin que dijeran que el sonido resultó por momentos muy saturado, pero al fin y al cabo le perdonarían todo a una agrupación con ésta.
Def Leppard superó sin tanto esfuerzo aquel conciertazo ofrecido hace muchos años en el Auditorio Nacional, pero esta vez los hizo lucir mucho más la infraestructura de la Arena Ciudad de México. Cada uno de los miembros de la banda se entregó como si se tratase de una competencia entre Poison y ellos, pero como si fueran unos jovencitos, cuando todos son ya cincuentones. Toda la parafernalia escénica existente en el mundo estaba al servicio del quinteto, quien hizo un recorrido por los álbumes On Through The Night (1980), High ‘N’ Dry (1981), Pyromania (1983), Hysteria (1987), Adrenalize (1992) y Euphoria (1999), entre otros.
¿Quién no recuerda “Rocket”, “Foolin’”, “Animal”, la sentidísima “Love Bites”, “Let’s Get Rocked”, la popera “Two Steps Behind”, “Women”, el veteran himno hard rock de “Bringin’ On The Heartbreak”, la bailable “Hysteria”, “Armageddon It”, la seductora “Pour Some Sugar On Me” y la dedicada a Marilyn Monroe “Photograph”? Pues todas esas fueron interpretadas magistralmente la noche del sábado 8 de septiembre, con lo que quedará registrado en la memoria de la nutrida concurrencia que se dio cita en la Arena Ciudad de México.
No puede haber queja después de haber presenciado dos conciertazos en el mes patrio, sólo nos resta esperar a que sea sábado 22 de septiembre para presenciar a otros maestros de la escena internacional en este mismo espacio, The Smashing Pumpkins. Por allá nos vemos.

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jueves, 6 de septiembre de 2012

"Chevolution", documental sobre la fotografía más reproducida del mundo


Félix Morriña

Todo mundo conoce la fotografía de Ernesto Che Guevara Serna con su melena, su boina, su estrella, su barba y la mirada perdida, triste y contrariada, pero muy pocos conocen bien su historia política, pocos saben quién es el autor de esa imagen que desde hace muchos años es producto mercantil altamente rentable. Muy pocos saben lo que significa esa imagen en términos sociológicos, pocos saben que es un icono dentro de la cultura internacional de los movimientos sociales y, muy pocos saben, el contexto en el que fue tomada por un fotógrafo profesional de modas durante un mitin funeral en 1960.
            Esa imagen que todo mundo conoce fue tomada por el reconocido forógrafo cubano Alberto Korda, justo cuando se asomara por unos instantes en el estrado Ernesto Che Guevara en el funeral masivo para rendir memoria a las víctimas de dos explosiones en el atentado al barco La Coubre del puerto de La Habana, Cuba, el 5 de marzo de 1960. Se tiene conocimiento que esas explosiones provocadas son consideradas los primeros actos terroristas de la joven Cuba y que cambiara el rumbo del héroe guerrillero sin propónérselo.
            De entrada, no muchos pueden asumir que el autor de esa imagen fuera un fotógrafo muy asiduo a la vida sedentaria de la Cuba del dictador Fulgencio Batista y que por su estudio pasara toda la vida sibarita de la isla caribeña, al grado de que actrices, deportistas, políticos e intelectuales de la época posaran para su lente sin prejuicio y pudor alguno. Al paso de los años, Korda fue contratado por Fidel Castro para que fuera uno de sus fotógrafos oficiales para que registrara los mejores momentos de la Revolución Cubana, junto a otros grandes de la lente, sólo que a él tocó fortuna de tomar esas placas que lo llevarían a la historia. Estuvo en el lugar y en el momento exacto.
            Paradójicamente, Korda, cuyo verdadero nombre es Alberto Díaz Gutiérrez, no se hizo rico, ni millonario con esa fotografía del Che, es más, fue hasta en la década de los años 90 cuando se da a conocer oficialmente que fue Korda el autor de dicha imagen, porque antes un editor italiano se había apropiado de la titularidad, aún sabiendo el origen de la fotografía. De hecho, hubo varios que se sintían los autores de la famosa imagen, que con el paso de los años se ha convertido en la foto más reproducida en la historia de la fotografía moderna, al grado de ser utilizada con fines que el propio Che Guevara reprocharía.
            Hay fotógrafos que conocieron muy bien a Korda y al propio Che Guevara, que dirían que ninguno de los dos sabía que habían creado e incluso se sintirían traicionados por el uso mercantil que le han dado artistas, músicos, intelectuales y sociedad civil en general; otro sin embargo, dirían que, tanto Korda como el Che, estarían divirtiéndose con el suceso, porque tenían un sentido del humor negro que permitirían mofarse de sí mismos. El resto se ha dado a la tarea de registrar los distintos fenómenos que se han sucitado desde que la fotografía fue expuesta en la publicación del París Match.
            Entre esas personalidades del séptimo arte que se dio a la tarea de dar a conocer ese fenómeno de masas, está la curadora y documentalista Trisha Ziff, quien rodó en México, Cuba y otros escenarios, Chevolution (Fortissimofilms, 2008), un intenso trabajo de 86 minutos en el que describe todo el proceso de la historia de la fotografía más reproducida del mundo, con la ayuda de todos los actores, fotógrafos, familiares y amigos que estuvieron involucrados en la vida del Che y de Alberto Korda.
            Chevolution es un documental que debe ser visto no sólo por los interesados, sino es una obligacón histórica para todos, máxime si en algún momento de nuestras vidas mal empleaste (¡justificadamente o no!) una playera, una taza, un cenicero, unos cigarros, una chela o cualquier cosa con la imagen del Che. Trisha Ziff se basó en declaraciones de la hija de Korda, como también del actor mexicano Gael García Bernal (quien personificó al Che en Diarios en motocicleta), hasta el excelso guitarrista de Rage Against The Machine, Tom Morello, que defendió a capa y espada el haber usado la imagen del Che para la portada del disco sencillo Bombtrack (1993); hasta Antonio Banderas, sin olvidar por cierto, al editor Luis López, con quien Trisha filmó este documental, el cual ya puede conseguir en DVD.
            Sin duda se trata de un producto fílmico de excelente esctructura histórica. ¡Disfrútenlo!

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martes, 4 de septiembre de 2012

"La muerte de un poeta", la visión literaria y amorosa de Federico García Lorca, según Paul Morrison


Félix Morriña

Lo fusilaron un 19 de agosto de 1936. Se llevó entre sus piernas, el amor del maestro artista Salvador Dalí y de un joven de 19 años, nombrado Rafael Rodríguez Rapún, quien dícese se llevó, a su vez, los sonetos de amor oscuros. Todos sabían la historia, pero nadie la confirma, ni habla de ello, si sus versos yacen presente oportuno. Lo importante es que si eso le llama la atención querido lector, usted deberá ver también Lorca, muerte de un poeta, la miniserie española de 1987 dirigida por Juan Antonio Bardem. Ese “docudrama” utiliza materiales fidedignos sobre el activismo político de nuestro amado Federico García Lorca, gustoso del paredón que le vio nacer y morir.
            No es fácil poner en labios de otro tal escritura, mucho menos si la idiosincrasia es nula. Para cuando se analice el proceder de Lorca en la España de Franco, nosotros estaremos viendo un nuevo régimen político social, tan novelesco que ni siquiera los versos de alguien como Lorca salven. La cinta de Paul Morrison, La muerte de un poeta (1999, editada recién en DVD para disfrutarse abiertamente) nos sitúa en los avatares amorosos de Salvador Dalí (encarnado en el atractivo Robert Pattinson) y Federico García Lorca (caracterizado genuinamente en Javier Beltrán), auspiciados incómodamente por el siempre machista Luis Buñuel (enraizado en Matthew McNulty).
            Buñuel, siempre arisco, jamás habló abiertamente de lo sucedido, pero respetó lo que dijo antes de morir Dalí sobre lo vivido. Todos sabíamos que eso era parte de la vida en crecimiento y nunca la traición verbal llegaría a ser lamentable. El filme data de ello, al grado de ser materia documental de certidumbres y abismos. La muerte de un poeta desde su nombre refiere, una y otra vez, al discreto encanto de lo ajeno, de lo sublime, de lo oscuro para entonces. La película es una oda a la belleza, al grado de que los “ordinarios” dejemos la bandera de la hipocresía.
            Ver a Dalí en los años 20 del siglo pasado con unas botitas negras con alitas, peinado a la Siouxsie and The Banshees, con todo y redondez por la nunca nuca, pintando cubismo ante los ojos de su protector literario, no es cosa fácil. De los tres (Dalí-Lorca-Buñuel) no era fácil entender la existencia (pese a tener como referencia a Bowie-Reed-Pop a los 30 años de vida en México, lo cual delimitó mi existencia), porque había textos, intertextos y sabiduría del corpus más que otros en libros. La poesía era arrolladora, directa y sabia, como la de Neruda, con todo y exageraciones descriptivas.
            La película tiene sus caídas, tiene sus exageraciones, tiene sus bemoles, pero bien sirve para los nóveles aprendices, pero jamás para homosexuales asumidos; para ellos, tiene todas las carencias físicas y morales. No es asunto mío delimitarlas en este espacio, porque las desconozco todas, pero sí diré las que me constan: Producto redondo, literario, mordaz, sagaz y genuino. La mejor escena de Dalí en brazos de Lorca, y viceversa, es en la laguna con luz de luna, lo demás, es gol de media cancha, lo cual casi nunca sucede.
            Seguro habrá otros que mejoren las jugadas, como lo hacen cotidianamente Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, a mi me toca recomendar literatura de alto nivel y esta fue mi oportunidad. Veánla. ¡Gracias!

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