*Desde la postura de la investigadora y catedrática
universitaria Perla Gómez Gallardo
Félix Morriña
¿Sabía usted que
en materia civil, el daño moral, según los Códigos Civiles de México lo definen
como la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, efectos,
creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos
físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás? Se
presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la
libertad o la integridad física o síquica de las personas. Se considera que
hecho ilícito es toda conducta humana culpable, por intención o negligencia.
También existe la Reparación Moral que va acompañada cuando hay daño material.
Se invita al lector a conocer sus derechos y obligaciones, y en este caso, los
dirigidos a los practicantes de la libertad de expresión, tema que a todos
compete saber.
De esta manera, los poco más de 50 asistentes
a la Cámara de Diputados del Estado de México, al mediodía del pasado martes 25
de septiembre, leyeron previamente en un tríptico las bases del marco normativo
de la conferencia magistral Responsabilidad
civil y penal por abuso de la libertad de expresión en México, impartida
por la catedrática de posgrado en Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), Perla Gómez Gallardo, donde dio a conocer además que en materia
penal, ¿cuáles son los delitos contra el honor? “Los códigos penales del país
establecen principalmente los siguientes: Difamación, calumnia e injuria. Son
aquellos actos que afectan la reputación y la consideración que de una persona
tienen los demás. En materia federal se derogaron los delitos contra el honor,
no obstante mientras los delitos existan en la República siguen vigentes”.
La ponente Gómez Gallardo puso sobre
la mesa de análisis y discusión varios temas nodales respecto de las libertades
en la que se debe desenvolver el periodista, pero antes delimitó ese concepto
que para muchos no estaba completamente definido: “Periodista es aquel que
desempeña de manera habitual esa ocupación, ya sea remunerada o no, porque no
todos los que practican el periodismo cobran por sus servicios, por lo que muchas
veces tiene el periodista que emplearse en otras disciplinas. El periodista no
tiene que acreditar que lo es, porque se enfrentaría a una doble afrenta ante
las autoridades una vez que no pueda mostrar sus credenciales. Debe defenderse”.
Como muchos saben, la materia prima,
la esencia de todo periodista es la credibilidad. Una vez que ésta se pierde,
como sucede con la reputación, es muy, pero muy difícil recuperarla. Todo
periodista debe cuidar de su credibilidad y reputación, por lo que deberá
cuidar mucho de no invadir la intimidad de las personas públicas para dar a
conocer trivialidades con el fin de vender sus materiales, que en ese momento
dejan de ser periodísticos para despertar el morbo de la población, que eso sí
es mera acción mercantil, cuyos resultados son materia de análisis jurídico
normativo.
En cuanto al ejercicio pleno del
periodismo, Perla Gómez Gallardo dijo que todo practicante debe hacerlo en
completa libertad, por lo que debe haber leyes temporales en cada una de las 32
entidades federativas que deban ser modificadas conforme los tiempos y espacios
lo determinen, y no con leyes que no ayudan a desempeñar el principal rol de
informar a la sociedad, porque entonces quedan a merced de las autoridades del
sector público. Del sector privado, dijo es más difícil investigar, porque tienen
el derecho a cuidar de sus datos individuales, pero se puede hacer siempre y
cuando se tenga veracidad, credibilidad de lo que se está informando.
“Para
atacar, investigar a fondo publicando las anomalías del sector público, si no
se tienen las herramientas suficientes y los papeles en regla y en completo
orden de la empresa a la que se trabaja (finanzas sanas, pago puntual de impuestos,
auditorías, pago de servicios, pago de las cuotas de servicios salubres del
trabajador, entre otras tantos gastos), se está a merced de las leyes que
aplican los servidores públicos y entonces tienden a desaparecerlos por razones
extra periodísticas”, acotó la también abogada defensora en casos emblemáticos
de libertad de expresión, no sin antes enfatizar que no hay que tener miedo a
ejercer la profesión pese a este tipo de actos.
La también coordinadora de la
Cátedra Interamericana de Derecho de la Información de la Organización de Estados
Americanos (OEA) y de Trust de las Américas, agregó que el gremio periodístico
es considerado como uno de los tantos grupos vulnerables en México y varias
partes del mundo, debido a razones diversas, entre ellas, y tal vez la
principal, los bajísimos ingresos por su ardua labor cotidiana, además de los
riesgos a los que son sometidos, o a los que fueron asignados, o en su caso,
aceptados, todo en pro de la responsabilidad social y ética a la que se deben.
Uno de los puntos principales que
dejó a la recién conformada 58 Legislatura mexiquense, la autora de las obras Libertad de expresión, protección y
responsabilidades; Moral pública y
libertad de expresión (coautoría con el fallecido ex rector de la UNAM,
Jorge Carpizo McGregor y Ernesto Villanueva) y Manual para periodistas, fue que se debe legislar para que el Estado
pague indemnizaciones a las familias de periodistas fallecidos en zonas de
peligro, o por haber sido víctimas del crimen organizado u otras omisiones en
las que no haya podido resolver después de cierto tiempo que se haya planteado
en la iniciativa de ley, como también dejó en claro que en este país ya existe
la transparencia y acceso a la información, pero no existe la rendición de
cuentas, y es ahí donde el Estado mexicano debe progresar para lograr
medianamente una democracia a mediano y largo plazo.
Por otro lado, a decir de la Fundación
para la Libertad de Expresión (Fundalex), la Editorial Bosque de Letras y la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el libro Acercamiento a la Libertad de Expresión. Diez visiones
multidisciplinarias (2010) es el primer libro en Latinoamérica en realizar
un ejercicio reflexivo desde los aportes de la filosofía, la economía, la
sociología, el institucionalismo, el sicoanálisis, el litigio, los aspectos
judicial y organizacional, así como la crónica, en un mosaico de análisis de la
libertad de expresión, por lo que la coordinadora de este libro, la profesora e
investigadora titular C de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), plantel
Cuajimalpa, Perla Gómez Gallardo, recomienda ampliamente su lectura para
ahondar mucho más en el complejo tema de los derechos y obligaciones de los
practicantes de la libertad de expresión. El libro en cuestión tiene el prólogo
de Luis Raúl González Pérez, abogado general de la UNAM.
“El derecho de libre expresión
cuando nadie contradice al gobierno, la libertad de prensa cuando nadie está
dispuesto a formular las preguntas importantes, el derecho de reunión cuando no
hay protesta, el sufragio universal cuando vota menos de la mitad del
electorado, la separación de la Iglesia y el Estado cuando no se repara
regularmente el muro que los separa. Por falta de uso, pueden llegar a convertirse
en poco más que objetos votivos, pura palabrería patriótica. Los derechos y las
libertades o se usan o se pierden”, expresó el escritor y divulgador científico
Carl Sagan para redondear el tema que el pasado martes convocó al gremio
periodístico del Valle de Toluca con miras a visualizar mejoras para todos sus
integrantes.
fmorrina@yahoo.com.mx
Twitter: @fmorrina