martes, 4 de octubre de 2011

Cumple "Nevermind" dos décadas sin Nirvana, pero con mucha historia "grunge"


Félix Morriña



La verdad el grunge llegó a mi vida en medio de mucha confusión y desatino. Los adolescentes, a diferencia de nosotros los entonces veinteañeros que habíamos heredado todo el sonido San Francisco, el rock clásico, el rock pop, el heavy metal, el art rock, el rock progresivo, el jazz, el latin jazz, el pun, funk y tantos géneros musicales más, ya tenían un sonido propio, generacional, con el cual podían hacerte pasar excelentes horas de desasosiego, confort y anécdotas propias, sí, sus propias historias llenas de aventuras desamorosas, pero con mucha cocaína, alcohol, mariguana, colegio y aligerado sometimiento familiar.

Había llegado la última década del siglo XX y con ello el arribo de los conciertos internacionales a México, gracias al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari que dio la apertura a los jóvenes sedientos de buena música. En esa época todo cambió, para algunos bien, para otros mal. En esa época de Nirvana, Stone Temple Pilots, Pearl Jam, Temple Of The Dog, Soundgarden, Alice In Chain, Hole y tantos más que ahora no recuerdo, los adolescentes como a nosotros, la clase trabajadora y la clase media ilustrada, sabíamos que se nos avecinaba un lustro depresivo, tanto internacional como a nivel nacional con la devaluación de 1994.

Era el cambio de presidente, se iba Carlos Salinas de Gortari  y llegaba Ernesto Zedillo Ponce de León. El grunge sería la banda sonora de los sentimientos de todos los mexicanos y de gran parte de los jóvenes del orbe. Ellos, los chicos de apenas 15 años que nos veían como los más grandes tutores y los tipos a seguir, no les brindamos todo lo que necesitaban. No fuimos lo suficientemente capaces de darles la oportunidad de avanzar mucho más rápido en la historia de la música que concluiría con el agitado siglo XX para entrar sin pasaporte a la nueva centuria. Sin embargo, logramos unirnos, unificarnos y sufrir como gozar al grunge conforme pasaban los años hasta que éste se desvaneció.

            Por esa razón es tan emotivo festejar la salida al mercado de la edición de lujo del disco Nevermind de Nirvana. Este material salió como álbum doble y significó el cambió en la historia musical de los años 90, por la forma de sentir, de amar y de ver la vida. Esa edición cumplió 20 años de existencia el recién terminado mes de septiembre del 2011. El disco contiene la versión original con los 12 cortes, más nueve tracks que fueron en su momento los lados B, los sencillos del material ahora reseñado. El segundo disco contiene ocho versiones de grabación en los Smart Studios y ocho temas seccionados como The Boombox Rehearsals (versiones raras y primeras tomas) y dos temas grabados en la sesiones en la BBC.

            Sin duda, este festejo no queda en este disco especial, porque se ha sabido que habrá ediciones muy trabajadas con DVD incluido y materiales nunca antes escuchados. Tuve también la oportunidad de ojear algunas revistas nacionales y extranjeras que abordan el tema de Nevermind de Nirvana, tanto por la portada del disco con el bebé tratando de pescar el señuelo del dólar, como sinónimo del futuro y del sueño americano. Nada más alejado de eso, pero que significó en algún momento esperanza o simplemente una ironía de parte del trío que conformaban Nirvana.

            La edición argentina de la revista especializada en rock Rolling Stones del mes de septiembre habla ampliamente de la edición de lujo del disco en cuestión y rememora que en abril de 1990, Kurt Cobain, Krist Novoselic y Chad Channing llegaron a los Smart Studios del productor Butch Vig (tiempo después integrante de la potente banda Garbage), en Madison, Wisconsin. Habían manejado caso tres mil kilómetros desde Seattle, sin parar. “Llegaron en una van, y probablemente llevaban tres o cuatro días sin bañarse”, cuenta Vig. Ese día Nirvana empezó a darle forma a las canciones que luego terminarían en Nervermind, el disco que hace 20 años hizo que el grunge fuera mucho más que música, y se convirtiera en una actitud y una forma de vestir.

            El disco que ahora yace en mis manos contiene ocho de los demos grabados en esos días. El material ya está a la venta desde finales de septiembre, mes con el que Nirvana festeja, sin existir como banda, las dos décadas de la salida al mercado del considerado mejor disco del grunge, ese sonido, esa mezcla del punk rock con el heavy metal y otras derivaciones del rock de la entonces naciente década de los años 90.

Bien vale la pena sumergirse junto con el bebé que nunca creció, cual icono infantil de los dibujos animados colocado en el inconsciente colectivo, para festejar que han pasado ya 20 años de cantar “Smells Like Teen Spirit”, “In Bloom”, “Come As You Are”, “Breed”, “Lithium”, “Poly”, “Territorial Pissings”, “Drain You”, “Lounge Act”, “On A Plain” y “Something In The Way”. Gracias.





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