martes, 30 de julio de 2013

Las sombras de Bauhaus, 35 años después en el Teatro Metropólitan


Félix Morriña

Corría el año de 1998 cuando el Cine Ópera de la capital mexicana albergaba por vez primera a la legendaria agrupación británica Bauhaus. ¡No lo podíamos creer Yaya, en serio! Se nos estaba cumpliendo, a mi banda Los Malhechos en ese septiembre, un añorado sueño para todos aquellos que crecimos con los álbumes “In The Flat Field” (1980), el maravilloso y contundente “Mask” (1981), “The Sky’s Gone Out” (1982) y “Burning From The Inside” (1983). Aparte los compilatorios que tanto nos costaba adquirir en el Tianguis Cultural del Chopo los sábados, entre ellos, “Swing The Heartache: The BBC Sessions” (1989) y “Crackle-The Best Of Bauhuas” (1998). Es más, todavía los conservo en casete en versión pirata, es decir, con una copia en grises de la portada original. ¡Fue una noche inolvidable! ¡Memorable!
Yaya, éramos unos veinteañeros que vestíamos todo el tiempo de negro porque nos creíamos góticos, punks y darkies. Nos pintábamos, que no maquillábamos, los párpados, las pestañas, la boca, las uñas, ¡ufff!, así nos veríamos que la gente se abría, se bajaba de la banqueta porque a finales de los años 90, la gente se seguía comportando ajena a los movimientos socioculturales latentes en el orbe. Fue una forma de persuadir y convencer a la gente de que no éramos putos, gays, seres del tercer sexo, locas y demás adjetivos calificativos propios de la época. No éramos raritos, ni ambiguos pero parecíamos. ¿O sí?
El concierto ha quedado registrado en la memoria colectiva, en los presentes que saturamos y provocamos que fuera el último concierto a efectuarse en el gigantesco cine de la colonia San Rafael, porque casi se nos caía encima por tanto brinco y tanta euforia; así como también quedó editado en los medios de comunicación masiva nacionales; pero nos hubiese gustado ver al cantante Peter Murphy, al guitarrista, saxofonista y corista Daniel Ash; al baterista Kevin Haskins y al bajista David Jay, durante la gira del emblemático disco “Mask” para cantar con todo lo que hay dentro de jóvenes depresivos, inadaptados y desilusionados por la situación prevaleciente en la nación mexica, tal y como lo decía constantemente Adán Atayde, mi compañero de batalla en ese encuentro con la historia.
Imagínate Yaya a este interlocutor y compañía berrear a los cuatro vientos en el Teatro Metropólitan, el próximo jueves 8 de agosto, un día después de haber caído al mundo tu diminuto ser celestial, ‘The Passion Of Lovers’, ‘Hollow Hills’, ‘Kick In The Eye’, ‘In Fear Of Fear’, ‘Mask’, ‘Stigmata Martyr’, ‘A God In An Alcove’, ‘She’s In Parties’, ‘Who Killed Mr. Moonlight’, ‘Lagartija Nick’, ‘Sanity Assassin’, el genial cover ‘Ziggy Stardust’ del Delgado Duque Blanco David Bowie; ‘In The Night’, ‘Terror Couple Kill Colonel’ y por supuesto ‘Bela Lugosi’s Dead’ y ‘Crowds’, justo cuando Peter Murphy celebre, sin sus compañeros de viaje por sus diferencias existenciales, 35 años de Bauhaus.
¡Yaya, debemos festejar tu renacimiento durante el concierto en el recinto de Independencia 90, de mi enigmático Centro Histórico de la Ciudad de México! Esa noche te recordaré los detalles de lo que pasó la velada del 30 de noviembre del 2005, cuando Bauhaus se presentó por segunda ocasión en México. Esta vez lo hizo en el Palacio de los Deportes. Esa noche Los Malhechos y este “servibar y amigo” bailamos frenéticamente hasta caer pasmados y en trance epiléptico, tal y como lo hacía Ian Curtis de Joy Division en sus recitales. Esa noche dediqué cada una de las rolas a mi primogénita que estaba a horas de nacer y sentía el apoyo de Nanni para no saturarme de sentimientos encontrados. Para el 2 de diciembre, Bauhaus seguía sonando en el altavoz, mientras Nina anunciaba su nacimiento para pasadas las 20 horas. ¡Fue delirante recibirla con la música de Bauhaus sonando aún en mi cabeza!
Por otro lado, debo confesarte Yaya que en una ocasión con las extremas crisis existenciales propias de un enfermizo ser como yo, decidí matarme teniendo como fondo la sentidísima rola ‘Crowds’. La desolación con la que la canta a piano Peter Murphy me hizo pedirle la mano de la Soledad a la muerte. Me la dio tendiéndome una sutil trampa para que no me dejara llevar por el whisky, el valium y la cocaína en dosis mortales. Desde entonces sigo viviendo un sueño vertido pesadilla por momentos, y en muchas ocasiones una dulce tragicomedia mexicana, tan surrealista como un ensueño del que nunca he despertado. Recuerdo entonces estar en la sala de la casa de mis progenitores con el altavoz a todo lo que da, cantando con vehemencia:
“What do you want of me/ What do you long from me/ A Slim Pixie, thin and forlorn/ A count, white and drawn/ What do you make of me/ What can you take from me/ Pallid landscapes off my frown/ Let me rip you up and down./ For you I came to forsake/ Lay wide despise and hate/ I sing of you in my demented songs/ For you and your stimulations/ Take what you can of me/ rip what you can off me/ And this I’ll say to you/ And hope that it gets through./  You worthless bitch/ You fickle shit/ You would spit on me/ You would make me spit/ And when the Judas hour arrives/ And like the Jesus Jew you epitomize/ I’ll still be here as strong as you/ And I’ll walk away in spite of you/… And I’ll walk away/ Walk away… Walk away (repeat)”.
“¿Qué quieres de mí?/ Lo que haces lejos de mi/ Un duendecillo delgado y triste/ Un recuento, blanco y dibujado/ ¿Qué piensa usted de mí?/ ¿Qué puede tener de mí?/ Paisajes pálidos de mi ceño/ Permítame que copie arriba y hacia abajo./ Para que llegue a abandonar/ Coloqué todo el desprecio y el odio/ Yo canto mis canciones con demencia/ Para usted y sus estímulos/ Tome lo que usted pueda de mí/ Lo que de mí se pueda/ Y esto que voy a decir a usted/ Y esperamos qué se consigue a través de…/ Eres una puta sin valor/ Mierda voluble/ Se le escupen en mi/ Usted me hace escupir/ Y cuando el aullido de Judas surge…/ Y al igual que los judíos que personifican a Jesús/ Yo todavía estaré aquí tan fuerte como…/ Y voy a pie, a pesar de que…/ Y caminaré lejos/ Lejos… lejos (se repite)”.
Yaya, para fortuna de mis seres queridos y amados, sigo aquí al igual que los integrantes de Bauhaus, salvo que ellos ya no se llevan bien y sólo se reunieron para hacer una pequeña gira para el último disco del grupo, el excelso “Go Away White” (2008), el cual salió 25 años de distancia del anterior “Burning From The Inside” (1983). Cabe recordar que el resto de los integrantes de Bauhaus formaron en su momento Love and Rockets, una banda chingonérrima que también pisó suelo mexicano y lo hicieron en el mencionado Cine Ópera, si las neuronas no me traicionan.
Por eso y más Yaya, no podemos faltar a la cita con Peter Murphy cantando las rolas de su banda base Bauhaus. Esa noche podrás descubrir el lado oscuro de la Morriña y la felicidad que proporciona la longevidad musical de un grupo que me acompaña todas las noches en mis pesadillas y paseos dantescos en épocas de rehabilitación etílica. Bauhaus me salva, Peter Murphy es mi sagrado amuleto musical ¡Salud Dios Baco!


Twitter: @fmorrina
Facebook: Félix Morriña


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