Félix Morriña
Con
tan sólo 29 años, este joven talentoso nacido en Montenegro en 1983 ha dado
mucho de qué hablar en las grandes esferas del mundo de la guitarra clásica.
Recién fue llamado este mes para sustituir al pianista Kit de Armstrong en la
programación del Carnigie Hall de Nueva York en la presente temporada de
conciertos. Milos Karadaglic es visto ahora como uno de los más grandes
virtuosos de la guitarra clásica y él no siente que debe asumirse todavía como
tal, porque sabe que falta mucho camino por recorrer.
Milos comenzó a tocar la guitarra a
la edad de ocho años. El éxito llegó muy rápido para él, por eso trata de
sobrellevar el éxito y los excesos propios del estrellato. A los 16 años fue
becado para estudiar en la Royal Academy of Music, donde se gradúa con honores.
Actualmente forma parte del exquisito repertorio de la prestigiada Deutsche
Grammophon. Tiene programadas presentaciones en el Wigmore Hall de Londres y en
el Festival de Lucerna.
Milos Karadaglic tiene en su haber
tres discos grabados, el primero titulado “Mediterráneo” (2011), el segundo “La
guitarra” (2011) y el tercero “Latino” (2012), éste último llegó hace unos días
a mis manos para reseñarlo. Inevitablemente dejo de hacer cualquier cosa al
escuchar de manera impecable los acordes de ‘Por una cabeza’ de Carlos Gardel.
Cientos de imágenes fílmicas se arremolinan, rememoro los pasos de tango del
actor Al Pacino personificando al amargado coronel Frank Slade en “Perfume de
mujer” de Martin Brest. O bien, imagino al arrogante Sean Penn en el papel de
un magnate y político estadounidense en la cinta “Todos los hombres del rey” de
Steven Zaillian, en la que estando en un centro nocturno ve bailar a una mujer
en patines este bello tango. Lo mismo me pasa cuando escucho en este disco ‘La
comparsita’ de Gerardo Matos Rodríguez.
Tanto ‘Libertango’, como ‘Oblivion’
de Astor Piazzolla son de una magistral belleza sonora que no puede uno más que
escuchar una y otra vez hasta el cansancio este disco, muy latino, como su
título. De Heitor Villa-Lobos están grabadas ‘Prelude N. 1’ y ‘Mazurka-Chóro’;
de Jorge Morel está ‘Danza brasilera’ y de Roland Dyens el ‘Tango en Skaï’.
También destacan ‘Milonga’ de Jorge Cardoso; ‘Un sueño en la floresta’ y ‘Una
limosna por el amor de Dios’ de Agustín Barrios Mangoré; ‘Un día de noviembre’
de Leo Brouwer; ‘Quizás, quizás, quizás’ de Osvaldo Farrés y ‘Batucada’ de Isaías
Sávio.
Mención aparte merecen las
composiciones del maestro mexicano Manuel M. Ponce con sus ‘Scherzino mexicano’
y ‘Chanson. Andante from Sonata III’, porque más allá de que sean interpretadas
con una genialidad pocas veces escuchada, el simple hecho de haberlas tomado en
cuenta por este montenegrino nos recuerda del altísimo nivel que poseía el
compositor zacatecano y que debemos rendirle pleitesía las veces que sean
necesarias.
“Soñaba con el Royal Albert Hall de
Londres cuando era niño. Soñaba que un día tocaría allí, que vendría a Londres.
Fue muy difícil para mi familia y para mí. Pero todo tenía sentido, porque
pensaba que algún día tocaría en el Royal Albert Hall. Tienes que tener mucha
energía dentro de ti para poder transmitir esa electricidad a cada una de las
personas del teatro. Si piensas en el Royal Albert Hall, tres mil personas o
más, es como si fueras un átomo en el centro y estuvieras sujetándolo todo
desde ese núcleo de toda la sala”, explicó en una entrevista el joven
guitarrista para la cadena “Euronews” sobre el gran sueño que representa tocar
en tan mítico lugar.
Milos Karadaglic quiere que la
guitarra clásica vuelva a ser popular. Todos lo consideran el embajador del
instrumento, por lo que se ve obligado a “ensayar todos los días para buscar
diferentes colores y efectos. Cuando tocas una frase y la repites, y repites, y
repites, entonces llegas a esa nota, es anota que tiene color especial. Te golpea
donde tiene que hacerlo, y encuentro la gran belleza de la guitarra. Puedes
crear todo un arcoíris de diferentes sonidos con la guitarra, desde el más
brillante hasta el más oscuro y al más colorido. Puedes hacer una sinfonía”.
Al preguntársele sobre el tema ‘Koyunbaba’,
compuesto por el compositor italiano Carlo Domeniconi, Milos Karadaglic
enfatizó que fue una especie de refugio musical para él. “Para mí fue muy
emocionante tocar el tema de Domeniconi porque me recuerda a aquellos primeros
meses en Londres cuando estaba tan triste y todo era muy duro. Sentí que cuando
lo tocaba estaba experimentando esas emociones de nuevo y apartándolas porque
empezaba un nuevo capítulo. Es increíble
cuando deseas algo y todo encaja. Muchas cosas que he vivido son como un dejá
vu, porque en mi cabeza ya había visto todo esto”, concluyó la promesa
montenegrina y futuro monstruo de la guitarra clásica.
Por mi parte es todo por ahora. ¡Hasta
la próxima!
fmorrina@yahoo.com.mx
Twitter:
@fmorrina
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