miércoles, 4 de enero de 2012

La belleza está en el ojo del espectador: Nat Geo

Félix Morriña

Adquirí un libro agenda fotográfica 2012 de la empresa Fotográfica Navarro (Rendija) en la Librería Gandhi minutos antes de iniciar este año, y luego de quedar ampliamente complacido con las imágenes de algunos amigos, colegas y profesionales de la lente, como Pedro Valtierra, Maritza Demon, Federico Gama, Lizeth Arauz y Ulises Castellanos, entre otros de gran trayectoria en el fotoperiodismo y la fotografía artística, no me queda de otra que exhortar a los que todavía no cuentan con una agenda a que compren (a bajo costo, pese a la gran calidad de impresión) el libro en cuestión o en su caso las otras propuestas visuales que oferta la librería con los días del año y del calendario nacional.
            Luego de esta proposición, hay otra recomendación para iniciar este año y tiene que ver precisamente con la fotografía, pero en este caso una foto muy diferente de la que estamos hablando. Se trata de 10 placas de igual número de fotógrafos de la empresa internacional National Geographic (Nat Geo), quienes en distintas partes del mundo en diferentes situaciones y órdenes de trabajo, obtienen tomas que dejan al espectador anodadado, atónito e incluso perplejo cuando se entera de las dificultades técnicas y sociopolíticas para lograr esa imagen, luego publicada en la prestigiosa revista.
            Nat Geo Top 10 Photos Of 2010 presenta en una hora al editor en jefe de la poderosísima empresa, Chris Jones, así como a voces especializadas, lo que para ellos fueron las 10 placas más importantes del mencionado año. Enfatiza Jones la gran labor de sus editores, colaboradores, planta de maestros de la lente y demás personal para escoger tan sólo esa diminuta cantidad entre un universo impresionante de miles y miles de fotografías que poseen anualmente, pero especifica en el documental el motivo por el cual fueron estas seleccionadas.
            Los 10 fotógrafos son Wesley C. Skiles, Fritz Hoffmann, Mark Leong, David Littschwager, Lynn Johnson, Randy Olson, Stephanie Sinclair, Paolo Pellegrini, Kenneth Garrell y Lynsey Addario. Las fotografías escogidas por este interlocutor para acompañar esta columna fueron tres, la primera que escogí fue la de dos mujeres afganas en pleno desierto, una de ellas dando a luz y la otra viendo al orizonte. Esas mujeres van camino a un hospital, pero no logran llegar y el único testigo y ayudante es la naturaleza, hasta que aparece la fotógrafa.
La placa es de Lynsey Addario, quien es especialista en asuntos bélicos en esa parte del mundo. Ha tomado muchas imágenes sin que haya sido agredida, porque ha sabido persuadir a los grupos en conflicto. En una zona donde es más fácil matar a un fotoperiodista, Addario salva el pellejo gracias a mostrar fotos sobre asuntos humanitarios, más que bélicos, como este caso, en el que la oportunidad se le ofrece en pleno desierto donde ella llevaba semanas transitando en busca de una imagen hasta que su olfato la guía hasta esas mujeres desvalidas.
La segunda es la que da portada al documental de Nat Geo y son dos niñas a las orillas del mítico Río Jordán-Mar Muerto. Una de ellas nada bocarriba con la placidez que da estar vivo en una de las zonas más conflictivas política, social, económica y culturalmente. La otra infanta observa con calma, mientras que en el fondo la luz del atardecer refleja un rojo pocas veces visto. El fotógrafo Paolo Pellegrini dijo que es una de las más bellas imágenes que haya registrado en su vida.
La tercera imagen que escogí fue en honor al fotógrafo Wesley C. Skiles, quien murió meses después de haber obtenido una de las más difíciles placas acuáticas de la historia de la fotografía: En los hoyos de agua de las Bahamas, cuya corriente confluye hacia el mar y si una de ellas te alcanza mueres inevitablemente. La foto tiene la cualidad de no poder ser impresa en papel periódico, porque pierde fidelidad, pero esos azules, esos oscuros corrillos marinos, te dejan mudo mientras los ves. La foto de Skiles es de cuando terminó el proyecto en el que invirtió meses.
Las otras siete placas son dignas de apreciarse por separado y cada una de ellas tiene un contexto social, artístico-estético plausible. La de los entrenamientos infantiles de kun-fu en China es de Hoffmann, un alemán amante de esa cultura al grado de hablar perfectamente chino mandarín; la del tráfico internacional de bilis de oso negro en Vietnam es de Leong, quien pudo ser descubierto por la delincuencia organizada internacional y ser ultimado, pero sus habilidades lo mantienen con vida y la del arrecife de coral en las islas polinesias es del meticuloso Littschwager, un experto en diminutos bichos de la vida marina.
Una de las más impactantes fotos es la de una indígena mujer negra etíope con un plato de barro en la boca, quien bebe apresuradamente una cerveza de miel en un bar de hombres. La toma es de Randy Olson. La poligamia estadounidense es un asunto que trató sin prejuicios la fotógrafa Stephanie Sinclair, quien vivió aceptada por meses con este tipo de familias asentadas en Arizona. Por su parte el fotógrafo Garrell se dedicó por lustros a conseguir las imágenes de las momias del Cairo, hasta lograr la de una mujer “hermosa” de alcurnia conservada por miles de años. Simplemente se enamoró.
Hay una foto peculiar en esta delimitada selección, la de Lynn Johnson. Trata sobre unas madres mujeres negras cargando agua en el desierto. Ellas tuvieron que caminar por horas o días para conseguir el vital líquido, hasta que de repente se dan cuenta que su regreso será aún más cruel, pero no les queda de otra. Las mujeres no se inmutan por la presencia de la fotógrafa, quien apenas puede con su vida al cargar unos cuantos filtros y telefotos, además de un par de cámaras. Ella calificó a las mujeres como las más fuertes que haya visto en su vida.
Como verán, este documental de Nat Geo debe ser apreciado desde su perspectiva, porque recuerde que “la belleza está en el ojo del espectador”. El editor en jefe Chris Jones agregó que “dime lo que ves, dime lo que sientes”. Usted tiene la palabra. Hasta la próxima entrega.


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