lunes, 10 de septiembre de 2012

Scorpions, Poison y Def Leppard, tres grandes en la Arena Ciudad de México


Félix Morriña

Primero fue Scorpions, la noche del pasado jueves 6 de septiembre en la Arena Ciudad de México, dentro de su gira mundial Final Sting, con la que ahora sí le dicen adiós a los escenarios de manera definitiva. No hace mucho, la agrupación alemana estuvo en México, en el Palacio de los Deportes para “despedirse” de su público mexicano, ese que lo ha visto todas las veces que ha venido, incluyendo una memorable presentación en el Auditorio Nacional, donde el sistema de audio hizo notar que el cantante Klaus Meine sigue teniendo una potente voz como en sus mejores años en la década de los 80.
            En lo que ahora sí parece ser el último concierto en México del guitarrista Rudolf Schenker, el seis cuerdas Matthias Jabs, el baterista James Kottak y el bajista Pawel Maciwoda y el mencionado cantante chaparrito Klaus Meine, ante poco más de 15 mil personas (70 por ciento de la capacidad del recinto de la delegación Azcapotzalco, considerado entre los 10 mejores del mundo), la banda cantó por espacio de dos horas exactas  con todo y encoré (empezó a las 22:30 horas y concluyó a las 24:30). La banda telonera fue la española Avalanch, misma que no gustó del todo, pero sirvió para que el respetable se diera tiempo de adquirir los respectivos souvenirs, consumir cerveza al por mayor y recorrer los espacios que brinda la Arena Ciudad de México.
            El quinteto germano hizo una buena selección de su repertorio musical que abarcó más de cuatro décadas de grabaciones con todos los altibajos que vive una agrupación veterana como ellos, que han visto pasar muchos cambios generacionales, cambios de sistemas políticos, desapariciones de naciones (como Yugoslavia, la caída de la URSS y la unificación de las Alemanias) y la llegada de nuevas tecnologías, ésas que el propio grupo a utilizado a la perfección, toda vez que en la Arena Ciudad de México pueden los asistentes disfrutar hasta cuando van al baño, porque en los servicios hay pantallas de televisión donde puedes ver los mínimos detalles del concierto.
            Imagínense tres de pantallas gigantes al centro de la Arena Ciudad de México en la que puedes ver hasta el calzado de cada uno de los músicos, puedes hasta delimitar las notas que tocan, incluso ver las pisadas de los técnicos que auxilian a las bandas. No se pierde ningún detalle en un espacio ideado para los conciertos masivos, es más, el sistema de audio es tan impecable que te hacen sentir que tú eres el que está tocando las rolas de Scorpions. La Arena Ciudad de México, ubicado en la avenida Granjas 800 de la colonia Santa Bárbara de la delegación Azcapotzalco, al norte del Distrito Federal, por el Metro Ferrería y la estación Fortuna del Tren Suburbano) es un espacio que además albergar conciertos, funciona también como espacio deportivo y circense, es decir, es un espacio multidisciplinario.
“Send Me An Angel”, “The Zoo”, “Make It Real”, “Loving You Sunday Morning”, “Wind Of Change”, “Holiday”, “Raised On Rock”, “Kottak Attack” (un solo del baterista, el cual fue impecable), “Black Out” (en la que Rudolf Schenker personificó con todo y mascara con los lentes de tenedor al personaje de la portada del disco del mismo nombre),  “Big City” (en la que todo el tiempo Meine cantó-gritó “Buenas noches, Mexico City”), “Still Loving You”, “No One Like You” y “Rock You Like a Hurracane” fueron algunas de las rolas que hicieron cantar a los presentes hasta quedar afónicos. Fue un concierto a la altura de las expectativas.
Para el sábado 8 de septiembre, la Arena Ciudad de México albergaría a los estadounidenses de Poison, quienes fueron los teloneros de la banda inglesa Def Leppard, dentro de lo que se hizo llamar Rock Of Ages, un homenaje a los jóvenes de los años 80 y principios de los 90, amantes del hard rock que entonces estaba en boga. Desde temprana hora (cinco de la tarde), poco más de 20 mil personas se fueron arremolinando en las inmediaciones de la avenida Granjas, de la populosa colonia Santa Bárbara, para adquirir alguna prenda o artículo de ornamento en los puestos del Tianguis del Chopo y anexas, con lo cual ponía de nervios a los policías encargados de controlar los accesos al lujoso inmueble de la familia Salinas Pliego.
La Arena Ciudad de México, junto con el edificio de la Universidad Tec Milenio que está al lado, contrastan con el rastro, las vías del tren y la zona industrial de Vallejo, pero sobre todo, se piensa que el tránsito vehicular se volvería un desastre por la gran cantidad de vehículos que arriban al foro, pero de pronto, los accesos son tan rápidos y efectivos que desaparecen en minutos. Todo estaba listo para que a las 20:10 horas la gente empezara a disfrutar de dos grandes bandas de hard rock.
Los seguidores del cantante, modelo y presentador de programas de chichifo, Bret Michaels; el excéntrico guitarrista CC DeVille; el bajista Bobby Dall y el baterista Rikki Rockett, aplaudieron a rabiar las 10 interpretaciones que tocó Poison a lo largo de una hora, entre las rolas que más destacaron fueron “Your Mama Don’t Dance”, “Fallen Angel”, “Moby Dick”, “Talk Dirty To Me”, “Nothin’ But A Good Time” y por supuesto la pieza que los colocó en la cima del mundo “Every Rose Has Its Thorn”, con lo cual los casi 20 mil asistentes se deleitaron la noche del sábado pasado.
Lo que más llamó la atención es la gran cantidad de exuberantes féminas que se dieron cita, porque resulta paradójico que sólo en los conciertos masivos de este tipo de música se aparezcan y el resto de los días de la semana nunca uno las vea. “¿Dónde se meten?”, gritaban algunos machos con vaso en mano en busca de hembra. Parecía que estábamos en alguna ciudad de la Unión Americana y no en la barriobajera Azcapotzalco.
Para cuando subieron al escenario el flemático cantante Joe Elliott, el musculoso y bien bronceado guitarrista Phil Collen (bastante bien para tener 55 años); el bajista Rick Savage; el baterista de un solo brazo, Rick Allen (que bien pudo estar tocando en la inauguración de los Juegos Paralímpicos de su tierra natal, Inglaterra) y el seis cuerdas Vivian Campbell, integrantes de Def Leppard, el público ya estaba hasta el full y entregado sin problema alguno, sin que dijeran que el sonido resultó por momentos muy saturado, pero al fin y al cabo le perdonarían todo a una agrupación con ésta.
Def Leppard superó sin tanto esfuerzo aquel conciertazo ofrecido hace muchos años en el Auditorio Nacional, pero esta vez los hizo lucir mucho más la infraestructura de la Arena Ciudad de México. Cada uno de los miembros de la banda se entregó como si se tratase de una competencia entre Poison y ellos, pero como si fueran unos jovencitos, cuando todos son ya cincuentones. Toda la parafernalia escénica existente en el mundo estaba al servicio del quinteto, quien hizo un recorrido por los álbumes On Through The Night (1980), High ‘N’ Dry (1981), Pyromania (1983), Hysteria (1987), Adrenalize (1992) y Euphoria (1999), entre otros.
¿Quién no recuerda “Rocket”, “Foolin’”, “Animal”, la sentidísima “Love Bites”, “Let’s Get Rocked”, la popera “Two Steps Behind”, “Women”, el veteran himno hard rock de “Bringin’ On The Heartbreak”, la bailable “Hysteria”, “Armageddon It”, la seductora “Pour Some Sugar On Me” y la dedicada a Marilyn Monroe “Photograph”? Pues todas esas fueron interpretadas magistralmente la noche del sábado 8 de septiembre, con lo que quedará registrado en la memoria de la nutrida concurrencia que se dio cita en la Arena Ciudad de México.
No puede haber queja después de haber presenciado dos conciertazos en el mes patrio, sólo nos resta esperar a que sea sábado 22 de septiembre para presenciar a otros maestros de la escena internacional en este mismo espacio, The Smashing Pumpkins. Por allá nos vemos.

fmorrinayahoo.com.mx
Twitter: fmorrina

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