Félix Morriña
Nació
como una excelente idea entre los organizadores, continuó como un festival altruista
y terminó con pocas aportaciones, tanto económicas, como sociales. Hubo poca
convocatoria entre los seguidores del rock hecho en la lengua de Cervantes. El festival
Rock a tu beneficio, ideado por los
promotores Abril del Mar González Zetina, Christian Michel Enríquez y Alejandro
López Cárdenas, se llevó a cabo la tade noche del pasado sábado 18 de agosto con
un cartel idóneo para la causa, pero los jóvenes no se dieron cita en la
cantidad que se esperaba, debido a razones varias, entre ellas, decían algunos
jóvenes consultados, el costo del boleto (250 pesos) y la falta de transporte
público seguro por la noche en la zona del Recinto Ferial de Metepec, sede del
encuentro.
Este tipo de encuentros masivos
altruistas en México no se han podido concretar al 100 por ciento porque muchos
dudan de que realmente las aportaciones lleguen a los más necesitados. Muchos
concuerdan que sólo sirven para generar relaciones públicas entre los
empresarios y el poder político en turno, además de ayudarse mutuamente para
negociar el pago de impuestos de sus respectivos negocios y la parte de
asistencia social que deben cubrir las autoridades públicas gubernamentales,
usando como pretexto algún fin humanitario, como en este caso el Hospital para
el Niño, la Cruz Roja de Metepec y el Instituto Materno Infantil, entre otras
instancias del municipio.
Con lo mal que les fue con la
recaudación del festival Rock a tu
beneficio, los organizadores darán la cara el próximo jueves (o quizá
antes) para dar los resultados de este encuentro en el que participaron las
agrupaciones La Castañeda, Víctimas del Doctor Cerebro, Los Daniels, QBO, Tex
Tex, Puerquerama, Sonido San Francisco y Los Abominables, entre un largo cartel
que hizo que la raza asistente (poco más de tres mil personas, cuando esperaban
15 mil) estuviera de las 14 horas a las 02:30 de la madrugada del domingo 19 de
agosto. Como en todo festival organizado de manera independiente y con poco
apoyo institucional en México, hay situaciones que se salen del plan inicial,
provocando atrasos, malas atenciones y falta de infraestructura para hacer de
estos encuentros un producto sustentable.
No quiero con esto excusar a los
organizadores, porque les falta experiencia y capacidad. Ha habido otros
intentos que han salido mucho mejor en otras entidades del país y con el mismo
objetivo, pero siendo analíticos, esta vez fue un completo desastre, porque ni
la audiencia salió ganando, toda vez que hubo fallas técnicas y los grupos
terminaron sorteando varias circunstancias sobre el escenario, pero sus ganas
de participar y su camadería hicieron que no se cayera la noche por completo.
Por
cierto, las carpas armadas como camerinos no contaban con iluminación y
afortunadamente no se perdió instrumento alguno (o no se han registrado aún las
quejas). Los transportes se hacían bolas para trasladar a las bandas a sus
zonas de origen y lo único que sobresalió fueron las atenciones del grupo de
jóvenes que asistieron a los grupos para darles de comer. Los encargados del audio
y la iluminación debieron echarle todas las ganas, pero no lograron convencer a
los exigentes escuchas y a los propios grupos. La seguridad fue excesiva para
los que terminaron llegando. Prácticamente a cada policía le tocaba de a cinco
chavos por cabeza, pero sirvió para proteger la integridad del respetable.
La
raza que se dio cita participó en la medida de cómo se fueron entregando las
agrupaciones, destacando Los Daniels, quienes se llevaron la noche, porque de
entre los tres mil asistentes la mayoría eran veinteañeros seguidores de ese
grupo. Le secundaron Las Víctimas del Doctor Cerebro y el proyecto alterno del
cantante Abulón, Los Abominables. Tex Tex supo compenetrar a la audiencia,
darle forma al festival, mientras que los grupos de casa: Puerquerama (que
subieron al escenario a las tres de la tarde) y Sonido San Francisco (que
tocaron a las nueve de la noche) mostraron el músculo de que acá ya tienen a
sus fieles seguidores muy participativos.
A
la única que le tocaron las “sobras”, por razones de atrasos más no de calidad,
fue la reconocida y memorable banda La Castañeda, porque cuando ellos subieron
al escenario poco antes de las dos de la madrugada, la raza ya se había ido y
sólo estábamos algunos periodistas, 300 fieles seguidores, el staff técnico, 100
policías que se quedaron hacer guardia y la fría noche. Pese a ello, los
integrantes de La Castañeda se entregaron como si hubieran sido las tres de la
tarde, pero la mala logística hizo que una banda como ellos, con la gran trayectoria
que tienen sobre sus espaldas, no tuviera a la totalidad del público que fue al
Rock a tu beneficio.
Sin
tomar como una completa falta de respeto esta experiencia, porque son demasiado
humildes, La Castañeda dijo que seguirá apoyando a esta organización altruista,
todo con el fin de que los niños que fueron a visitar en los albergues y en el
hospital antes de este concierto, tengan algo a favor para poder sobrellevar
sus enfermedades. Ojalá que para la próxima, logren sus objetivos y de paso
logren persuadir a los jóvenes para que vayan a los conciertos masivos. ¡Hasta
la próxima!
Twitter:
@fmorrina
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