martes, 7 de agosto de 2012

La "Unidad educativa" de Los Mentas, sano divertimento para colegios de punk y rockabilly


Félix Morriña

Pareciera ridículo y difícil de creer, pero no los había escuchado con anterioridad y ahora que me echo un clavado a la alberca informática me entero que existen desde 1998 y la ciudad que los vio nacer es Caracas, Venezuela. Digo lo anterior porque la música que componen, ejercitan, promueven Los Mentas es una de las que más disfruto. Son una bonísima mezcla del punk de los Ramones y La Polla Records con el rockabilly de mediados del siglo pasado, entiéndase Carl Perkins y Elvis La Pelvis Presley, por mencionar sólo algunos, pero si además le agregamos unas letras tan cábulas, propias de los géneros antes mencionados, entonces, estamos hablando de un producto redondo y muy recomendable.
            Es más, la primera vez que los escuché pensé que eran hermanos argentinos, por la estructura musical y la festividad con la que hacían burla a todo lo que les rodea, en especial al status quo. Nunca imaginé toparme con unos venezolanos poca madre con un sentido del humor capaz de derribar cualquier sistema opresor. Lo primero que llegó a mis oídos, hace medio año, fue la rolota llamada “Alegría” que viene en el primer disco de dos del acoplado promocional de Discos Intolerancia, donde incluyen sus producciones recientes: Puerquerama, Sonido San Francisco, Carla Morrison y por supuesto, Los Mentas, entre otras bandas que merecen ser escuchadas por la calidad y propuesta independiente.
            La rola es de lo más divertido que he escuchado en los recientes años, más si deseas que fuera parte de la banda sonora del antro al que uno asiste cotidianamente, o del putero de donde uno no quisiera salir jamás. Llegué a pensar en insistirle al dueño del Bar 2 de Abril, de mi querido Metepec, estado de México, para que la pusiera de fondo cada vez que fuera prudente (los viernes de quincena, por ejemplo), pero dudo que lo permita, porque cada vez se amargan ahí las cosas y la raza que le está cayendo es cada vez non grata, o simplemente ya no cumplen las expectativas de este Servibar y amigo.
Creo que esa raza dejó de estar a la altura del crecimiento cultural del otrora grupo que traía actividades y propuestas para enriquecer los añorados Miércoles Culturales, pero eso no impide que algún día, cuando Los Mentas visiten Metepec, pongamos a cantar al respetable los siguientes y elocuentes versos : “Alegría en el puto bar, canta fuerte compañero/ que aunque nos falte el dinero, somos felices de verdad./ Alegría en el puto bar, de verdad que se disfruta/ con tan bellas prostitutas que hoy adornan el lugar./ ¡Alegría en el puto bar! ¡Alegría en el puto bar!/ He pasado la semana resolviendo mil problemas/ discusiones y quebrantos que alimenta mi pesar./ Hoy es viernes de quincena, se acabaron mil dilemas/ me despojo de este llanto y me arrimo para el bar./ Cuando entonces me dispongo abrir la puerta,/ me emociono de una manera tal,/ un amigo que sonriendo me recibe… ¡Alegría en el puto bar!”.
Todo me parecía completa fiesta con Los Mentas, hasta que los promotores de Discos Intolerancia me acercaron el material donde viene dicha canción, se titula Unidad Educativa (2011) y luego de varias escuchadas he tomado la firme decisión de meterlos dentro del programa de educación básica (especialmente secundaria) de este cada vez pinchurriento país, pero para armonizar los recreos y hacerlos más divertidos y no simples descansos entre clases.
Los Mentas tienen un sentido del humor tan ochenteramente sui generis que la portada del disco es un cuaderno forrado como si fuese el uniforme de la secundaria de una chica sexy con mucho futuro. Tiene el clásico pegote donde habrá que colocar quién es el dueño de dicho material didáctico. La contraportada contiene todos los pegotes-parches con el nombre de las canciones, que van del futbol (“El balón”, cuya letra inicial dice: “El mediocampista se las tira de artista./ En vez de jugar rudo, prefiere las revistas./ Hay viene el arquero, siempre de primero,/ es el favorito de los reporteros”), a intereses de  la colectividad estudiantil (con rolas como “La cooperativa”, “El clavo”, “La música electrónica” y “UELM”), sin olvidar claro, intereses personales con las féminas (claro ejemplo, la rola “La foto”).
Para aquellos que andaban perdidos como este interlocutor, Los Mentas son un cuarteto integrado por Juan Olmedillo (voz y guitarra; saca B en Ciencias); Héctor Lucas Paredes (bajo y coros; no se sabe en qué materia saca A); Richard El Chicha Blanco (batería; saca C en Humanidades) y Carlos Aray (seis cuerdas y coritos; saca A en Ciencias). Han grabado hasta el momento Taguaras Forever (Universal Music, 1999); Hasta que los bares nos separen (Universal Venezuela, 2002, dicen que es toda una joyita por allá); Masacre en el PIN 5!! (grabado de manera independiente con Kit Santa-México, 2005); Sopa, seco y jugo (Radio Pirata Records, 2008); Reserva añeja (Radio Pirata Records, 2009) y el mencionado Unidad educativa (Discos Intolerancia, 2011).
Señoras y señores, tenemos mucho en qué entretenernos con estos cabroncitos venezolanos de Los Mentas. Son seis discos que habrá que conseguirse. Ojalá les guste tanto como a este Servibar y amigo. ¡Salud y tomen su pastilla para el aliento!

fmorrina@yahoo.com.mx
Twitter: @fmorrina

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