jueves, 2 de agosto de 2012

"Morgana, una leyenda de terror", filme sustentado en leyendas históricas mexicanas


Félix Morriña

Para el realizador mexicano Ramón Obón (Cien gritos de terror, 1964), rodar un filme de terror sustentado en leyendas histórico mexicanas en pleno siglo XXI, donde la realidad cotidiana nacional con crimen organizado, narcocracia y “guerra” de parte del Gobierno Federal supera cualquier relato cinematográfico de ficción, es necesario para mantener vigente nuestras tradiciones, nuestros usos y costumbres, como también rememorar el cine nacional de suspenso con todas nuestras características y creencias fantasmales, como sucede con su reciente y segunda película como director: Morgana, una leyenda de terror (Videocine, 2011).
            “El terror es atemporal, está con nosotros cotidianamente, porque todos hemos sentido miedo en algún momento de nuestras vidas. También hemos cargado con nuestros propios fantasmas, es decir, no existe una persona que no haya sentido miedo y que no tenga terror de enfrentar a sus fantasmas. El terror, como el miedo, está muy con nosotros los mexicanos; en cuanto al séptimo arte es un género que es muy noble y flexible, sobre todo en el caso de la película Morgana, una leyenda de terror me suena como una concepción del terror muy a lo nuestro, a nuestra propia idiosincrasia”, acotó el reconocido guionista de películas de luchadores y de suspenso, terror y horror gótico desde los años 50, entre los que se destacan La sombra vengadora (con la dirección de Rafael Baledón de 1954), La cabeza de Pancho Villa (Chano Ureta, 1957) y El jinete sin cabeza (Chano Ureta, 1957).
Para el escritor de  El vampiro (Fernando Méndez, 1957), Misterios de ultratumba (Fernando Méndez, 1958), Pacto diabólico (Jaime Salvador, 1968) y Santo vs Las lobas (Rubén Galindo, 1972), entre más de una decena de guiones más y colaboraciones especiales, no estamos dados los mexicanos al cine escatológico, brutal, al estilo hollywoodense en cuanto a este género, sino a todo lo que realmente somos, con todo y nuestras tradiciones sobrenaturales, con todo y fantasmas. El cineasta explicó que nuestro cine cometió errores en los años 70, porque se siguieron modas y no seguimos nuestras propios usos y costumbres para llevarlas a la pantalla grande, con lo cual hubiéramos fortalecido nuestra identidad y se hubiera mejorado la calidad de las producciones.  
            Al preguntársele cómo abordó la historia de la película, Ramón Obón dijo que no recuerda con exactitud, porque fue hace muchos años cuando andaba por algún lugar de la provincia mexicana, en una región donde decían existía un lago cubierto constantemente de neblina. “Ahí, alguien, en el pequeño hotel donde me hospedaba, me contó algo de la historia mientras bebía un trago y dejaba que afuera golpeara la lluvia azotada por una tormenta eléctrica. Tiempo después me encontré la amarillenta nota de un periódico que daba cuenta de esos sucesos ocurridos a finales del siglo XIX y que culminaran con el suicidio de una muchacha. Decían que estaba loca, que había buscado la muerte allá en el lago, para lavar la vergüenza que manchaba a su familia y pro la cual ella estaba condenada a purgar su pecado, por una desgarrada ausencia que la llevó a la locura”.
            Según el cineasta la nota era escueta. Había una foto antigua de la mujer, era joven, de expresión trágica, con rostro lavado y vestida de negro. Sostenía entre sus brazos una vieja muñeca de porcelana, misma que en una réplica es empleada en la película para sostener el ritmo narrativo, consistente en la historia de una mujer similar de 21 años que se volvió loca una vez que su conservadora familia le arrebató a su hijo que mancharía el honor de la familia. Su penar llega hasta nuestros días a través de la muñeca de porcelana, misma que fue comprada en una tienda de antigüedades y regalada de un padre viudo a su pequeña hija, quien tiene revelaciones oníricas y todos piensan que está deschavetada.
            La protagonista, agobiada por sus sueños recurrentes que no describen cuál es el lazo conductor con esa mujer fantasmal de rasgos terroríficos que la tratan de llevar al suicidio, tiene que resolver el dilema con la ayuda de sus amigos, un viejo jardinero que conoce la trágica historia y una vetusta y amargada tía. Cerca de la residencia, donde se fue a vivir la protagonista cuando quedó huérfana, está una vieja y abandonada casona donde están las respuestas a todas las incógnitas.
Morgana, una leyenda de terror fue rodada en Valle de Bravo y Avándaro, estado de México, así como en una vieja casona de la colonia San Rafael de la ciudad capital nacional, como de los bosques de Tlalpan, El Ajusco y Coyoacán. Tuvo un costo de 25 millones de pesos. Ramón Obón agregó varios elementos fílmicos de películas de horror gótico de finales de los años 60 (como Hasta el viento tiene miedo de Carlos Enrique Taboada de 1968 y recreada en el 2007 por Gustavo Moheno, cuya producción ejecutiva corrió a cargo de Gonzalo Elvira Álvarez, el también productor de Morgana, una leyenda de terror).
Tanto Ramón Obón como parte del elenco que participa en su película (las atractivas actrices Siouzana Melikian, Alejandra Adame y Alejandra Toussaint, y el actor Eugenio Becker), incluyendo al productor ejecutivo Gonzalo Elvira Álvarez, estuvieron en un complejo cinematográfico de Metepec, estado de México, para la alfombra roja y la premier de esta película que se estrenará este viernes 3 de agosto en cartelera comercial. Durante la proyección del filme, hubo momentos de muchas risas y hasta carcajadas en momentos donde se supone debe el espectador estar aterrorizado. ¡Como siempre, usted tiene la última palabra!

Twitter: @fmorrina

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