martes, 20 de marzo de 2012

Del conflicto de intereses del festival fílmico en Toluca al documental "Florería y Edecanes"

Félix Morriña

En un comunicado fechado el viernes 9 de marzo, ITTA, Centro de Producción Audiovisual, que coordina el productor Mauricio D’Aguinaco, se lamenta de los desafortunados eventos que provocaron la ruptura del grupo de trabajo que desarrollaba el proyecto: Festival Internacional Cinematográfico de Toluca (FICT), desde el 14 de enero hasta el día 3 de marzo en sus instalaciones, en colaboración de Ignacio Garnica Merino y Jesús Iván Nolasco Fuentes. El objetivo de esta empresa productora del séptimo arte, asentada en la capital mexiquense, es concretar un verdadero festival de cine, necesario para el desarrollo cultural y turístico del Valle de Toluca, pero ahora se ven enfrascados inútilmente en una pelea por la dirección del encuentro fílmico que se pretende de manera anual.
También se lamentan que los dos antes mencionados hayan realizado el registro de la marca FICT para fines particulares, quedando como titular una amiga personal de Jesús Iván Nolasco Merino (que días después, la tarde del miércoles 14 de marzo, me compartiera en una entrevista el Director Académico de ITTA, Giovanni Gómez Tagle Flores, se trataba de una colega que trabaja en Radio Mexiquense, Alejandra Mercado). Se quejan de no avisar previamente a las partes involucradas en la organización de lo que sería un festival cinematográfico que le diera a Toluca una visión turístico-cultural diferente a la conservadora y se pusiera al nivel de otras ciudades de avanzada, como el Distrito Federal, Morelia y Guadalajara, por mencionar algunas.
“La iniciativa de llevar a cabo un Festival de Cine de Toluca nació de ITTA y en otoño de 2011 se realizó una alianza con el MUMCI y el Patronato Pro Centro Histórico de Toluca, con quienes se acordó como fecha para su realización, la semana del 11 al 18 de agosto del 2012. El sábado 14 de enero de 2012, Giovanni Gómez Tagle y Mario Martínez (miembros fundadores de ITTA) con el apoyo del Patronato Pro Centro Histórico de Toluca, convocaron a los productores audiovisuales de Toluca para conformar una Asociación de Productores Audiovisuales del Estado de México, proponiendo como primer trabajo, en conjunto, realizar un festival de cine en esta ciudad; de los presentes, quienes atendieron a la convocatoria del Festival fueron Ignacio Garnica Merino y Jesús Iván Nolasco Fuentes”, señala el comunicado proporcionado por Gómez Tagle Flores.
Luego de haber hecho una fallida conferencia de prensa Garnica Merino y Nolasco Fuentes, en el que daban por hecho ser los autores intelectuales del proyecto y de no proporcionar la suficiente información para dar a conocer un encuentro cinematográfico de esta envergadura, los organizadores de parte de ITTA ofrecieron su derecho de réplica en conferencia de prensa, indicando que ellos efectuarán el festival con su propia infraestructura y apoyados por la Dirección de Turismo del Ayuntamiento de Toluca, como del MUMCI y las partes antes mencionadas. Luego entonces, tendremos dos festivales fílmicos en las mismas fechas y con estructuras diferentes. Hasta el momento no se han demandado las partes involucradas y lo único que han logrado es confundir a la ciudadanía, que al final del día escogerán a quienes apoyan.
Lo que puedo decir es que al menos la gente de ITTA ha dado la cara, se ha empeñado en no proceder legalmente porque sienten que tienen la sartén por el mango y que al final resultarán ganadores, porque tienen gente seria de muy buen nivel detrás del proyecto, como el nominado al Oscar por Mejor Documental, Carlos Bolado; al ganador del Ariel en 1991 por la Mejor Ambientación de la película Como agua para chocolate, Mauricio D’Aguinaco; al egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, Oscar Blancarte y a los hermanos Raúl y Rafael Cárdenas de ONIRIK Studios, ganadores del Ariel y participantes en el Festival de Cannes y realizadores de las Aventuras del Bicentenario, quienes por cierto ofrecerán una conferencia magistral a las 16 horas el miércoles 21 de marzo en el IUEM. También habrá participación de histriones del séptimo arte en el proyecto.
Como podrán darse cuenta querido lector, los intereses particulares están en este momento por encima del interés social y habrá de esperar en qué termina este escabroso asunto.
            Pasando al tema de la séptima edición de la Gira de Documentales Ambulante 2012, que iniciará formalmente este viernes 23 y concluirá en Toluca el jueves 29 de marzo en la Alianza Francesa, Andador Constitución, Centro RIA Toluca, Cinépolis Galerías Metepec y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX), que fungirán como sedes, puedo decirles que el primer documental que tuve oportunidad de ver fue Florería y Edecanes (México-Estados Unidos, 2010) de Jaiziel Hernández Máynez, el cual no lo recomiendo por ningún motivo, pero dejo a consideración del público si merece o no perder su tiempo.
            Perteneciente a la sección “Pulsos”, que muestra las producciones documentales realizadas recientemente en el país y que busca impulsar y difundir trabajos con voz y visiones propias, Florería y Edecanes logra en sus 40 minutos el enojo masivo porque intentó inútilmente llevar hasta el extremo al minimalismo fílmico, y quizá tal vez, al situacionismo, porque con cámara fija su director Jaiziel Hernández Máynez trata de narrarnos la absurda cotidianidad en la que estamos inmersos los ciudadanos.
            Hasta la sinopsis es elocuente con el pésimo resultado: “Este documental muestra, a través de una propuesta contemplativa, el panorama actual y la vida cotidiana en el noreste de México y el sur de Texas. Por medio de atmósferas y ambientes, plantea la búsqueda de una identidad propia de una región donde tan sólo un río separa dos realidades completamente distintas”.
            Las largas tomas que presentan una realidad de altibajos sociales en esa región del mundo, no atrapan porque no es muy diferente de lo que viven los habitantes de Naucalpan y sus vecinos de Huixquilucan. En esa región del país también hay esos altibajos, también se vive en condiciones infrahumanas e incluso los distópicos transitan por razones varias por la zona de confort, tal y como lo plasma el director Hernández en su proyecto apoyado por la escuela donde estudió: El Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), donde cada vez vemos trabajos con menos fuerza y pocas propuestas, como si el cine nacional estuviera viviendo sus peores momentos creativos.
            Lo único que se salva es la composición fotográfica y el sonido, pero de ahí en adelante no hay nada que valga la pena. Los argumentos y el contexto de cada instantánea son en ocasiones obvias y bobas. Es una lástima que hayan escogido los organizadores ese documental para la conferencia de prensa. Tal parece que el mensaje es: “Dale al chico una cámara y un tripié y verás todo un cineasta en menos de cinco años”. Estamos en contacto.



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