martes, 25 de junio de 2013

“El día siguiente” del Delgado Duque Blanco, David Bowie

Félix Morriña

Supe de su existencia desde el primer momento en el que se dio a conocer el sencillo ‘Where are we now?’ el día en el que tú, Delgado Duque Blanco, cumplías 66 años de haber caído a la Tierra. No sabes el gusto que me dio saber que tras una década de ausencia discográfica, por fin anunciabas en enero de este 2013, una nueva hostia plateada.  Lo malo fue que nos tenías en completa incertidumbre, porque no sabíamos cómo se iba a llamar el disco y cuándo estaría a la venta. Lo nombraste “The next day” y el Día Internacional de la Mujer salió como pan caliente a las estanterías.
Ese día, en el Museo del Barro-Casa de Cultura de Metepec teníamos un evento que me entretuvo gran parte de la jornada. Me prometí adquirir el tan añorado nuevo disco de David Bowie en los días subsiguientes. Desafortunadamente, la falta de pasta no me permitió comprarlo, pero mi colega y amigo Arturo Espinosa de Reforma-Metro sí lo hizo el mero 8 de marzo y me anunció el contenido “como la más grande joya del año”. No estaba equivocado. Para cuando me lo regaló Yaya con todo y sugerente dance table casero y prendas por doquier que me han hecho muy feliz, mis ojos quedaron mucho más nublados que la portada del disco, en la que haces referencia a otro material infaltable en toda fonoteca personal que merezca respeto: “Heroes” (1977).
En “The next day” haces un “anti” homenaje a tu álbum “Heroes” a través del diseño de Jonathan Barnbrook, quien también te diseñó “Heathen” (2002) y “Reality” (2003), sólo que en esta ocasión permitiste que sobrepusieran un recuadro blanco sobre tu imagen de finales de la década de los años 70. Lo mismo pasa con las imágenes del contenido del álbum, ése que nos permite pensar en una gira que nos haga soñar de nuevo con una visita a México, que supere lo mostrado en aquella mágica noche de octubre de 1997, cuando reinaguraste el Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez. Aún poseo todos los recortes de periódico sobre tu actuación, así como la acreditación respectiva de tu único show en la capital del país. Una verdadera joya para la posteridad.
Es hasta ahora, luego de tantas crisis y desgastes emocionales que me atrevo a escribir y hablar del contenido de “The next day”, porque el sencillo del disco no es fácil de asumir Camaleón del rock. Tu canción permite a todo ente sensible repensar en qué momento de nuestras vidas estamos. Definitivamente, es una rola para personas que están en un momento nodal de su vida, en el que tienes que decidir qué rumbo tomar. Se tiene que llegar a una madurez sentimental, como sociocultural para entenderla, y sobre todo, vivirla. ‘Where are we now?’ nos hace stop en la cara. Sé que a ti también te llegó de golpe, sobre todo porque citas lugares muy especiales de tu amada Alemania, nación donde vivió por muchos años tu hijo Duncan Jones. La letra te deja sin palabras:
            “Had to get the train/ From Potzdamer platz/ You never knew that/ That I could do that/ Just walking the dead./ Sitting in the Dschungel/ On Nurnberger strasse/ A man lost in time near KaDeWe/ Just walking the dead./ Where are we now?/ Where are we now?/ The moment you know/ You know you know./ Twenty thousand people/ Cross Bose Brucke/ fingers are crossed/ Just in case/ Walking the dead./  Where are we now?/ Where are we now?/ The moment you know/ You know you know./ As long as there’s sun/ As long as there’s sun/ As long as there’s rain/ As long as there’s rain/ As long as there’s fire/ As long as there’s fire/ As long as there’s me/ As long as there’s you”.
            “Tuve que tomar un tren/ Desde la plaza Potzdamer (el centro financiero de la ciudad tras la caída del Muro de Berlín)/ Tú nunca pensaste/ Que yo podría hacer tal cosa/ Simplemente paseando a los muertos./ Sentado en el Dschungel (una discoteca de Berlín)/ En Nurnberger strasse/ Un hombre perdido en el tiempo cerca de KaDeWe (una tienda glamurosa de ropa)/ Simplemente paseando a los muertos./ ¿Dónde estamos ahora?/ ¿Dónde estamos ahora?/ El momento en el que lo sabes/ Sabes que lo sabes./ 20 mil personas/ Cruzan Bose Brucke (un conocido puente berlinés)/ Los dedos cruzados/ Por si acaso/ Paseando a los muertos/ ¿Dónde estamos ahora?/ ¿Dónde estamos ahora?/ El momento en el que lo sabes/ Sabes que lo sabes./ Mientras haya sol/ Mientras haya sol/ Mientras  haya lluvia/ Mientras haya lluvia/ Mientras haya fuego/ Mientras haya fuego/ Mientras esté yo/ Mientras esté tú”.
            Todavía con el aroma de las prendas del dance table casero, rememoro el tema que sin duda ha sido el más controversial del nuevo disco de David Bowie, ‘The next day’, porque en él hace todo tipo de referencias que “atentan” contra los abusos de la iglesia católica. No hace mucho que Youtube lo volvió a subir, pero anteponiéndole que se trata de un video de contenido explícito. Bowie no ha hecho nada que no sepas ya, sólo que lo hizo de la mano del actorazo Gary Oldman como el excitado sacerdote y la actriz francesa ganadora del Oscar, Marion Cotillard, como la prostituta a canonizar. El guión lo hizo Bowie y la dirección quedó en manos de Floria Sigismondi, con quien ha hecho una excelente mancuerna para los videos de este vigésimo cuarto disco. En el video de ‘The next day’, Bowie sale vestido como profeta y frente suyo desfilan prostitutas, clientes como sacerdotes y algunas monjas que terminan sacudidas por sus estigmas en un pub llamado El Decamerón. Juzgue usted mismo:
            “Look into my eyes he tell her/ I’m gonna say goodbye he says yeah/ Do not cry she begs of him goodbye yeah/ All that day she thinks og his love yeah./ They whip him through the streets and alleys there/ The gormless and the baying crowd right there/ They can’t get enough of that doomsday song/ They can’t get enogh of it all./ Whisper./ Listen to the whores he tells her/ He fashions paper sculpture of then/ Then drags them to/ The river’s bank in the cart/ Their soggy paper bodies/ Wash ashore in the dark/ And the priest stiff in hate/ Now demanding fun begin/ Of his women dressed as men/ Fort he pleasure of that priest./ Here I am/ Not quite dying/ My body left to rot in a hollow tree/ Its branches throwing shadows/ On the gallows for me/ And The next day/ and the next day/ and another day…”.
            “Mírame a los ojos, le dice él a ella/ Voy a decirte algo, él dice, si/ No llores, ella le suplica adiós, si/ Y ese día ella piensa en su amor, si./ La azotan por las calles y callejones ahí/ La idiota y chillona multitud justo ahí/ Nunca tienen suficiente de esa canción del día del juicio final/ Nunca tienen suficiente de todo ello./ Susurra./ Escucha a las putas, él le dice a ella/ Él fabrica escultura de papel de ellas/ Entonces las arrastra/ A la orilla del río en la carreta/ Sus empapados cuerpos de papel/ Llegan a la orilla en la oscuridad/ Y el cura rígido en odio/ Ahora pidiendo que empiece la diversión/ De sus mujeres vestidas de hombres/ Por el placer de ese cura./ Aquí estoy/ No precisamente muriendo/ Mi cuerpo abandonado para pudrirse en el árbol hueco/ Sus ramas lanzando sombras/ En los ahorcamientos para mi/ Y al día siguiente/ Y el siguiente/ Y otro día…”.
            Debido al poco espacio asignado para esta columna, les puedo decir que los videos ‘The stars (Are out tonight)’ y ‘Valentine’s day’ son ampliamente recomendables porque muestran la dualidad, la ambivalencia, la doble sexualidad del también llamado Nathan Adler, Ziggy Stardust y Aladdin Sane, entre otras personalidades asumidas por mister David Bowie a lo largo de 50 años de trayectoria artística, pero sobre todo, porque el disco que lo regresa al escenario musical que tanta falta nos hacía, es impecable, bonísimo de principio a fin. Esta hostia plateada incluye tres bonus tracks que debe poner mucha atención, debido a su estructura sonora: ‘So she’, ‘Plan’ y ‘I’ll take you there’.
            No podemos dejar de lado, los temas duros, incluso bailables, bien pensados con una certeza auditiva única, gracias a la producción de Tony Visconti y las aportaciones de los músicos que grabaron el disco: el baterista Sterlin Campbell, el guitarrista Gerry Leonard, el saxofonista Steve Elson, el seis cuerdas David Torn, la bajista Gail Ann Dorsey y el otro bataco Zachary Alford, quienes hicieron un trabajo ejemplar, prácticamente memorable. ‘Love is lost’, ‘Dirty boys’, ‘If you can see me’, ‘I’d rather be high’, ‘Boss of me’ y ‘How does the grass grow?’, son los temas que les dejo de tarea queridos lectores, pero sobre todo escúchelos bajo los efectos de algún buen brebaje y atrévase a seducir al mundo.
            Por mi parte, voy con Yaya a la segunda vuelta de ese table dance, pero ahora no será casero, probaremos un poco las mieles de los placeres mundanos, trashumantes, descarnados, sofisticadamente infrahumanos, muy parisinos, ingleses o aztecas, lo que se dé primero, porque el Delgado Duque Blanco dictará cátedra erotómana esta noche, y el resto de las noches donde haya oscuridad para dar luz. ¡Gracias maestro!

Twitter: @fmorrina



1 comentario:

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