Félix Morriña
La primera vez que se presentó en el Festival
Internacional Quimera de Metepec, el grupo argentino, asentado en territorio
mexicano con integrantes de esta nacionalidad, Paté de Fuá, fue dentro de la pasada
administración municipal del alcalde petista Óscar González Yáñez (OGY), hoy “flamante
diputado local”, donde por cierto colaboraba el promotor cultural Esteban
Farfán en la Dirección de Educación y Cultura, que dirigía el ortodoxo hombre
de izquierda, Mariano Villegas.
En esta ocasión, dentro de la
administración que heredara la hoy senadora priísta Ana Lilia Herrera Anzaldo,
al interino Jaime Efraín Hernández González, no hay la menor duda que Esteban Farfán
logró optimizar los recursos para que de nueva cuenta estuviera en la programación,
uno de los grupos más propositivos de la nación sudamericana, pero con el bonus extra de que traen disco nuevo
bajo el brazo, titulado Boquita pintada
(2011), el cual por cierto le ha ido muy bien en las presentaciones en vivo y en
ventas.
Como muchos sabrán y
recordarán, Paté de Fuá tiene la habilidad de fusionar “viejos ritmos”,
aparentemente diferentes, pero con mucha fuerza sonora intrínseca, como el
jazz, las tarantelas, el dixieland, las musette y el tango, lo que los
convierte en un grupo diferente que cuida muy a detalle el contenido de las
letras. Eso los ha hecho un sexteto insertado en el gusto de un exquisito sector
social nacional. Poco a poco, Paté de Fuá ha ido incrementando el número de
seguidores, gracias en buena parte, a la difusión de su música en estaciones de
radio y en los medios impresos, pero sobre todo en las redes sociales y el de boca
en boca por a su alta calidad sonora.
Con tan sólo cuatro discos, Música moderna (2007), El tren de la alegría (2009), Yo estuve ahí (en vivo desde el Teatro
Metropólitan, sacado en el 2011) y Boquita
pintada, Paté de Fuá ya tiene un lugar seguro en los anales de la música
contemporánea mexicana, con temas como “Celoso y desubicado”, “El fantasma
enamorado”, “Sin razón y despedida”, “Ojos brujos”, “Muñeca” y “¿A dónde vas?”,
entre otros de igual importancia dentro de su repertorio.
Ellos, los argentinos Yayo
González (director, compositor, guitarrista y cantante) y Guillermo Perata
(compositor, banjo y trompeta), que se hacen acompañar de los mexicanos Jorge Luri Molina (en el contrabajo), Alexis
Ruiz (en el vifráfono), Víctor Madariaga (en el acordeón y bandoneón) y Rodrigo
Barbosa (batería y chupetófono), se presentarán el próximo viernes 19 de
octubre en el Parque Juárez de la cabecera municipal del recién nombrado Pueblo
Mágico de Metepec a las 21:30 horas. Por si usted está cansado del laburo y no
desea ir hasta el reciento ferial para presenciar el Quimera Rock ese mismo día,
esta es una buena opción musical de calidad.
En cuanto al veterano cantante
rockero argentino, hincha de River Plate (algún error debía tener, porque no
todos son tan buenos, como uno que le va al Boca Juniors), Miguel Mateos, él
será el encargado de cerrar la vigésima primera edición de este festival tan
importante en la entidad mexiquense, por lo que tenemos entendido tratará de
hacer un set list acorde a los más de
30 años que tiene de trayectoria artística, en la que ha habido de todo.
Muchos lo recordarán como un
icono del rock de finales de los años 80, cuando el movimiento mercantil Rock en tu idioma estaba en pleno apogeo
y él lideraba junto a Soda Stereo, Radio Futura, Caifanes, Kenny y Los
Eléctricos, Neón, Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio, entre muchos otros,
esa época en la que el idioma de Cervantes volvió a colocarse en el gusto de
las masas a través del rock y sus derivados. En esos años, Migue Mateos ofrecía
conciertos espectaculares, con toda la parafernalia que existía y que
compraban-rentaban las transnacionales, pero tenía un registro vocal en vivo
que no terminaba de convencer. Al paso del tiempo, Mateos se dio cuenta que
debía mejorar las actuaciones en vivo y así lo hizo.
Luego de ese auge, Miguel
Mateos se fue a vivir a Estados Unidos, porque la Argentina era un país
inseguro sumergido en problemas socioeconómicos y además tuvo problemas con
algunas autoridades culturales que le amenazaron su integridad. Pese a ser
considerado por muchos como un músico comercialmente popero, Mateos tuvo sus
momentos de lucidez contracultural y reprobó-reprochó lo que consideraban sus
homólogos una arbitrariedad contra la libertad de expresión.
También ha tenido momentos de
bajeza, como diríamos algunos, porque después se involucró con grupos mexicanos
y latinos de una manera que puede uno olvidar u omitir, como Reik, Thalía y Franco
de Vita, que nada tienen que ver con movilizaciones sociales culturales, ni en
este país, ni en ningún otro lado. Sin embargo, en esta primera vez en el
Festival Internacional Quimera 2012, en la que viene a tocar sus éxitos de
antaño, que usted querido lector sin duda conoce, se podrá escuchar a un ser
maduro, consciente de su tiempo y que no hará boludeces, para que sea recordado
como un ente representativo de la argentinidad. ¡Por allá nos vemos!
Twitter:
@fmorrina
No hay comentarios:
Publicar un comentario