domingo, 31 de julio de 2011

Alberto Cortez y Frank Sinatra, vuelven a sorprender con nuevos productos discográficos

Félix Morriña

Debo confesar que me ha costado mucho asimilar a lo largo de dos décadas la obra del cantautor argentino, asentado en México desde hace muchos años, Alberto Cortez. Todavía recuerdo que sus pensamientos, su poesía era utilizada como motivación matutina para el personal que laborábamos en los centros comerciales allá por los años ochenta, al grado de que pasó de ser motivacional para convertirse en un martirio. Muchos terminábamos ignorándolo para evitar las discusiones con el gerente de la tienda departamental que lo ponía en los altavoces a volumen alto. Siempre pedíamos por escrito anónimo que lo quitaran porque nos llegó hartar.
            Pasaron los años, los viejos abuelos contaban historias altruistas de Alberto Cortez como si se tratase de un guía espiritual. Eso también nos molestaba a los jóvenes que deseábamos escuchar otro tipo de música y otro tipo de pasatiempos, como conquistar féminas. Luego lo ligaron con otro argentino idealista llamado Facundo Cabral y entonces, las cosas cambiaron para mí. Tuve la oportunidad de cubrir algunos conciertos de la gira “Lo Cortez no quita lo Cabral” y entonces descubrí el sentido de la obra de ambos y cambió mi percepción, por lo que siempre argumento que los discos de estos dos grandes de la música argentina y en general de Hispanoamérica, es música para personas con un criterio mayor, música para cuarentones o más, vamos, música madura.
            Para este momento de mi vida y después del cobarde asesinato de Facundo Cabral en Guatemala, el pasado 9 de julio, por el crimen organizado, escuchar el contenido de la edición especial en disco compacto y DVD de “Alberto Cortez Sinfónico” en el Auditorio Nacional, me hace sentir culpable de no haber puesto mucha más atención a sus discos, a su trayectoria que abarca medio siglo. Pero nunca es tarde para aprender lo mejor de los grandes. Así que los lectores acostumbrados a leer mis reseñas, crónicas, comentarios sobre rock y sus derivados u otro tipo de música vanguardista se verán sorprendidos de esta recomendación. Algunos estarán en la misma situación que yo, otros sacarán del clóset los desvencijados  vinilos de Alberto Cortez o Facundo Cabral y el resto sencillamente dirán abiertamente que les gustan sus obras.
            De entrada, cuando uno ve en el DVD cantar a Alberto Cortez  ‘Cuando un amigo se va’, no hay manera de evitar un nudo en la garganta y pensar en Facundo Cabral. Y sin duda, recuerdo a mi madre, a mis tías, a la familia aplaudir cuando cantaba en algún programa de televisión en blanco y negro, hace más de tres lustros, los temas ‘Castillos en el aire’, ‘No soy de aquí’, ‘Camina siempre adelante’, ‘Mi árbol y yo’, ‘Que suerte he tenido de nacer’, ‘El vino’, ‘Los ejes de mi carreta’, ‘Un cigarrillo, la lluvia y tú’. En definitiva, Alberto Cortez ha estado ahí en mi vida, sólo que ahora se hace presente con sentido.
            Recién dijo que todo lo que se recaude de las ventas de “Alberto Cortez sinfónico” será destinado a las labores altruistas de la Fundación Hermes Music, de la cual forma parte. La edición especial de este producto contiene algunos videos promocionales de lo que ha hecho esta fundación por los más desamparados en México. El disco compacto de igual manera es una obra que fortalece al DVD. Sobre cómo se dieron las cosas para que grabara con la Orquesta Sinfónica Juvenil de Jalapa, Alberto Cortez señaló:
            “Es natural que todos los que nos dedicamos a cantar nos subyugue la idea de hacerlo alguna vez acompañado por una orquesta gigantesca, es decir, por una orquesta sinfónica. Grabar además un disco con esa orquesta es algo así como el documento demostrativo de que alguna vez lo logramos, pero grabar un disco con una sinfónica, por la cantidad de músico que la integran, eleva los presupuestos a cifras no siempre rentables para la compañía productora. La lucha en el mercado discográfico no sólo se centra en convencer al consumidor de lo atractivo de ese producto, que solamente se consigue con una buena y carísima publicidad, sino también luchar a pecho descubierto con esa lacra infame que hemos dado en llamar piratería”.
            Alberto Cortez tiene la sospecha de que la piratería tiene elementos infiltrados en las compañías disqueras, porque de otra manera no se explica que cuando artistas de reconocido éxito, graban un nuevo disco y los piratas los tienen a la venta a precios irrisorios antes del lanzamiento oficial del mismo. Cortez exhorta a sus seguidores a que adquieran su disco original, porque el dinero que se recaude será destinado a buenas causas. Suplica a todos apoyen las actividades de la fundación. Yo haré lo propio.
            Pasando a la siguiente recomendación, acaba de salir un nuevo disco de Frank Sinatra que nos muestra sus mejores momentos en Las Vegas, ese espacio, ese escenario que convirtió al crooner en una figura mítica en una época en la que la ciudad estaba en creciente ascenso. En “Best Of Vegas” se recogen 14 conciertos (el disco contiene 17 tracks, por la obertura y los monólogos de Frank) efectuados en el Sands, Caesars Palace y el Golden Nugget en Las Vegas entre 1961 y 1987.
            Imagínense a Frank Sinatra cantar ‘Lady Is A Tramp’ en The Sands en 1961; ‘I’ve Got You Under My Skin’ en ese mismo lugar, pero en 1966; ‘All Or Nothing At All’ en el Caesars Palace en 1982; ‘Pennies From Heaven’ en The Golden Nugget en 1987. Es más, escuchar ‘Theme From New York, New York’ en el Caesars Palace en 1982, te hacen pensar que Sinatra tenía pacto con el Diablo porque nunca se nota decadencia en su voz, ni el mínimo cambio de un escenario a otro.
            Uno escucha el disco “Best Of Vegas” como si fuera un solo concierto y son momentos muy diferentes un corte del otro, pero la genialidad que representa Frank Sinatra permite seducirte de esa manera. Y si a eso le agregamos que en cada concierto trabajó con orquestas diferentes, entonces no queda más que aplaudir como foca todo el tiempo. Sinatra trabajó con la Orquesta de Antonio Morelli, la de Count Basie y Bill Miller, además de tener la compañía de Tony Mottola, Vincent Falcone, Jim Hughart e Irv Cottler. Una vez más, la figura musical emblemática de la Unión Americana nos vuelve a conquistar al ritmo de los chasquidos de sus dedos. Ojalá saquen en breve este disco en formato DVD. Gracias.



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