miércoles, 7 de agosto de 2013

“La Flor de Yaya”, onírico e iconoclasta perfomance con Des Enfoque

Félix Morriña

Antes de conocerte físicamente yacías plácidamente cómoda bajo la lente de artistas nacidos o radicados en Toluca pertenecientes al Grupo Des Enfoque, en específico de los experimentados ojos de Juvencio Larrañaga, Diógenes Domínguez o mi gran camarada y amigo Guillermo Romero Zarazúa, entre otros, que sabían buscarte el ángulo exacto de sus deseos, sus intuiciones artísticas o motivaciones erotómanas, de la experimentación fotográfica y la toma fija, mientras tu figura se liberaba de los tabúes, se dejaba llevar por los sonidos del obturador, del disparador, del flash, pero sobre todo de las voces,  cuchicheos, susurros que sin duda motivaban la libido de la sala, oficina, estudio, espacio natural o inventado sui generis lugar. En eso radica también la belleza cuando es llevada por artistas de la lente.
Esa libido expresada en las imágenes ha sido transportada en cada exposición para ser recreada, para ser expuesta, exhibida, proyectada en cada mentalidad, en cada cabeza de individuos que las observaban, las ven y si saben que estás presente, aumenta más, como pasó con este interlocutor y que constató con los desconocidos que acompañaron los recorridos, las cantinas y demás zonas donde tu diminuto ser se dejaba apreciar, querer, desear, admirar, seducir, poseer, pero sin tocarte de manera física.
A veces la transgresión artística no logra la posesión corpórea, pero cuando alguien lo concreta no hay manera de no convertirlo en absoluta obsesión. A veces la seducción y conquista se da a la inversa a través de la literatura, del periodismo o de otras manifestaciones artísticas, como el  performance (individual, selectivo o colectivo) que permiten que “Ese oscuro objeto del deseo” le pertenezca, en tiempo y espacio, a alguien de manera completa. Eso sería la concreción y praxis de la belleza vuelta arte y viceversa.
Más allá de los términos conceptuales y filosóficos sobre la trascendencia e importancia de la fotografía; más allá de las verdades o mentiras sobre las mismas; más allá de lo que representan, lo que significan, lo que manifiestan o dicen y recuerdan; más allá de la historia detrás de cada una de ellas, su misterio, sus secretos y todo lo que ocultan, esconden, engañan; tus poses, tus expresiones, tus sensaciones, tus vivencias, tus estados de ánimo, tus revelaciones, tus verdades, tus cambios hormonales y fisiológicos a lo largo de un lustro de intensos trabajos fotográficos, con distintas técnicas en las que te han fotografiado y dado a conocer el Grupo Des Enfoque, lo más importante es el atrevimiento tuyo de mostrarle al mundo lo que se es sin miedo, sin temores, sin prejuicios con una actitud aptitud envidiable.
Tus desnudos son una amenaza a la moral local mexiquense, e inclusive mexicana, y un triunfo al arte, a la libertad creativa y fisiológica, por no ser la modelo esculpida a base de sacrificios sobrehumanos, sino más bien naturales; por no ser la tradicional, imponente e impuesta figura de la modelo anglosajona o la mítica figura nacional recreada por los medios masivos de comunicación, especialmente del duopolio. Tus desnudos me han enseñado ver tu ser de otra forma, más allá de la plástica, porque es un arma tan poderosa contra la ignorancia y contra las propias acosadoras entidades coexistentes dentro mío, que luego atormentan, cual fantasmas del pasado. Hay un nuevo comienzo desde esas tomas fotográficas, desde la empíricas mías con ojo cartesiano, tras el anunciado parteaguas de nueve meses de iniciación, como (re) nacimiento tuyo y mío.
Este tipo de arte, de expresión llana y directa de alguien que se conoce a profundidad, día tras día, permiten el plausible esfuerzo tuyo por desenmascarar tus propios ángeles-demonios internos para concretar el equilibrio, el eterno equilibrio. Debo reconocerles los esfuerzos de mis amigos artistas de la lente que me permitieron conocer otras facetas tuyas, en otros momentos históricos, para que ahora con todo ese trabajo plástico fotográfico sea convertido en elegante performance, bajo el sugerente título de “La Flor de Yaya”. Será ese onírico e iconoclasta performance sustentado en las obras del Grupo Des Enfoque, con motivo de tu trigésimo sexto aniversario de tu natalicio.
La conexión con todas esas imágenes de parte mía, con todo y el performance iniciado en Coyoacán en la casa estudio de Monge, hace poco más de una semana, siempre van más allá de la expresión plástica, del divertimento sensual-sexual y de la búsqueda por una foto trascendental, porque van ligadas a la vida, a la mía en específico; a la conquista, al perpetuo imaginario colectivo de la posesión, pero sobre todo a la directa y proporcional conmigo, a la concreta idea de esas imágenes en movimiento, cual única película nuestra, como también del arte que genera la multiplicidad de nuestro deseo y del aferre a la existencia del otro, gracias al crecimiento mutuo, pese a los altibajos propios del arte creativo en movimiento de dos seres fortísimos y en constante confirmación.
Por ese motivo, el performance “La Flor de Yaya” será dado a conocer públicamente en su justo momento, mientras basta con este completo contexto homenaje a las fotografías de tres de los miembros del Grupo Des Enfoque, que me han motivado a crear más arte sobre las expresiones de artistas de la lente. ¡Felicidades Yaya!

Twitter: @fmorrina
Facebook: Félix Morriña


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