Félix Morriña
Antes
de conocerte físicamente yacías plácidamente cómoda bajo la lente de artistas
nacidos o radicados en Toluca pertenecientes al Grupo Des Enfoque, en
específico de los experimentados ojos de Juvencio Larrañaga, Diógenes Domínguez
o mi gran camarada y amigo Guillermo Romero Zarazúa, entre otros, que sabían
buscarte el ángulo exacto de sus deseos, sus intuiciones artísticas o
motivaciones erotómanas, de la experimentación fotográfica y la toma fija,
mientras tu figura se liberaba de los tabúes, se dejaba llevar por los sonidos
del obturador, del disparador, del flash, pero sobre todo de las voces, cuchicheos, susurros que sin duda motivaban
la libido de la sala, oficina, estudio, espacio natural o inventado sui generis
lugar. En eso radica también la belleza cuando es llevada por artistas de la
lente.
Esa libido expresada en las imágenes ha
sido transportada en cada exposición para ser recreada, para ser expuesta,
exhibida, proyectada en cada mentalidad, en cada cabeza de individuos que las
observaban, las ven y si saben que estás presente, aumenta más, como pasó con
este interlocutor y que constató con los desconocidos que acompañaron los
recorridos, las cantinas y demás zonas donde tu diminuto ser se dejaba
apreciar, querer, desear, admirar, seducir, poseer, pero sin tocarte de manera
física.
A veces la transgresión artística no
logra la posesión corpórea, pero cuando alguien lo concreta no hay manera de no
convertirlo en absoluta obsesión. A veces la seducción y conquista se da a la
inversa a través de la literatura, del periodismo o de otras manifestaciones
artísticas, como el performance
(individual, selectivo o colectivo) que permiten que “Ese oscuro objeto del
deseo” le pertenezca, en tiempo y espacio, a alguien de manera completa. Eso
sería la concreción y praxis de la belleza vuelta arte y viceversa.
Más allá de los términos conceptuales y
filosóficos sobre la trascendencia e importancia de la fotografía; más allá de
las verdades o mentiras sobre las mismas; más allá de lo que representan, lo
que significan, lo que manifiestan o dicen y recuerdan; más allá de la historia
detrás de cada una de ellas, su misterio, sus secretos y todo lo que ocultan,
esconden, engañan; tus poses, tus expresiones, tus sensaciones, tus vivencias,
tus estados de ánimo, tus revelaciones, tus verdades, tus cambios hormonales y
fisiológicos a lo largo de un lustro de intensos trabajos fotográficos, con
distintas técnicas en las que te han fotografiado y dado a conocer el Grupo Des
Enfoque, lo más importante es el atrevimiento tuyo de mostrarle al mundo lo que
se es sin miedo, sin temores, sin prejuicios con una actitud aptitud
envidiable.
Tus desnudos son una amenaza a la moral
local mexiquense, e inclusive mexicana, y un triunfo al arte, a la libertad
creativa y fisiológica, por no ser la modelo esculpida a base de sacrificios
sobrehumanos, sino más bien naturales; por no ser la tradicional, imponente e
impuesta figura de la modelo anglosajona o la mítica figura nacional recreada
por los medios masivos de comunicación, especialmente del duopolio. Tus
desnudos me han enseñado ver tu ser de otra forma, más allá de la plástica,
porque es un arma tan poderosa contra la ignorancia y contra las propias
acosadoras entidades coexistentes dentro mío, que luego atormentan, cual
fantasmas del pasado. Hay un nuevo comienzo desde esas tomas fotográficas,
desde la empíricas mías con ojo cartesiano, tras el anunciado parteaguas de
nueve meses de iniciación, como (re) nacimiento tuyo y mío.
Este tipo de arte, de expresión llana y
directa de alguien que se conoce a profundidad, día tras día, permiten el plausible
esfuerzo tuyo por desenmascarar tus propios ángeles-demonios internos para concretar
el equilibrio, el eterno equilibrio. Debo reconocerles los esfuerzos de mis
amigos artistas de la lente que me permitieron conocer otras facetas tuyas, en
otros momentos históricos, para que ahora con todo ese trabajo plástico
fotográfico sea convertido en elegante performance, bajo el sugerente título de
“La Flor de Yaya”. Será ese onírico e iconoclasta performance sustentado en las
obras del Grupo Des Enfoque, con motivo de tu trigésimo sexto aniversario de tu
natalicio.
La conexión con todas esas imágenes de
parte mía, con todo y el performance iniciado en Coyoacán en la casa estudio de
Monge, hace poco más de una semana, siempre van más allá de la expresión
plástica, del divertimento sensual-sexual y de la búsqueda por una foto
trascendental, porque van ligadas a la vida, a la mía en específico; a la
conquista, al perpetuo imaginario colectivo de la posesión, pero sobre todo a
la directa y proporcional conmigo, a la concreta idea de esas imágenes en
movimiento, cual única película nuestra, como también del arte que genera la
multiplicidad de nuestro deseo y del aferre a la existencia del otro, gracias
al crecimiento mutuo, pese a los altibajos propios del arte creativo en
movimiento de dos seres fortísimos y en constante confirmación.
Por ese motivo, el performance “La Flor
de Yaya” será dado a conocer públicamente en su justo momento, mientras basta
con este completo contexto homenaje a las fotografías de tres de los miembros
del Grupo Des Enfoque, que me han motivado a crear más arte sobre las expresiones
de artistas de la lente. ¡Felicidades Yaya!
Twitter:
@fmorrina
Facebook: Félix
Morriña
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