martes, 2 de abril de 2013

Cuatro filmes para salir del letargo



Félix Morriña

Luego de unas merecidas vacaciones, estamos de regreso para hablar de cuatro filmes que fueron consumidos por este “servibar y amigo” durante estos “Días de guardar”, el primero de ellos titulado en español como “Al filo de la cornisa” (“The Ledge”, su nombre original, estrenada en el 2011) del director Matthew Chapman, en el que narra el tórrido romance de un ateo subgerente de hotel, otrora profesor  universitario, con una estudiante de música casada con un enfermizo evangelista que pretende a toda costa convertir a todo mundo, al grado de provocar en el ateo la necesidad de rescatar a la bella esposa de las fauces de la religión y de paso de su aburrido marido.
            Durante el proceso, el marido evangelista descubre el romance, estudia metódicamente la manera de castigar a la esposa infiel y de paso darle una lección al aventurado vecino que ha ido muy lejos. Desde luego, la trama incluye a un detective que intenta detener al ateo que ha decidió aventarse de la cornisa de un conocido edificio desde donde es observado por el religioso y de paso le cuenta su historia en una hora 20 minutos al policía, quien también entra en un duelo de diálogos por narrar las penas de ambos.
            La película de Chapman se paseó por el Festival Sundance sin mucho ruido, pero llamó la atención de algunos productores, sobre todo por el sencillo, pero atractivo reparto, que contempló a la guapa Liv Tyler (en el papel de la aburrida esposa), al contundente Terrence Howard (como el policía que debe resolver su problema marital, en la que descubre que sus hijos no lo son, porque ha sido infértil desde el nacimiento); Patrick Wilson (como el marido enfermizo por la religión) y Charlie Hunnam (el ateo que confirma sus creencias sociosicológicas y de paso rememorar su pasado, donde su hija perdió la vida en un accidente automovilístico).
            Si se aventó o no al vacío nuestro protagonista, usted lo deberá descubrir, sobre todo tratándose de un DVD de constantes descubrimientos, primero de cuán equivocado se puede estar con respecto a las creencias religiosas; luego, de que todos los involucrados en la trama, tienen su propio pasado que les condena y les pesa a la hora de resolver el guión del propio director Matthew Chapman. También la esposa aburrida descubre que puede enamorarse de bote pronto del vecino, con el único pretexto de que desea la amen, como a toda mujer y el enfermizo marido descubre que pudo haber sido más divertido en la cama con ella, e incluso, hasta pervertido, pero sus creencias no se lo permitieron.
            Hay una pareja gay en todo este asunto, como otros elementos a analizar para llegar a las conclusiones de final de filme, pero eso se los dejo de tarea, lo único que puedo hacer es alentarlo a verla y a discutir en pareja (con cama de por medio si lo desean para sentirse menos incómodos) sobre si alguno de los dos se aventaría al vacío por el otro. La toma de decisiones está en sus propias manos y el balón en su cancha. Suerte.
            El segundo filme que pasó por mis manos fue la mexicana “De día y de noche” de Alejandro Molina, en la cual describe en 90 minutos cómo los seres humanos están divididos en entidades que viven de día y otros de noche, sin que tengan conexión alguna de manera física (al principio), con el objetivo de controlar sus sentimientos y desconectarlos de la realidad cotidiana. En pocas palabras zombificarlos. Todo está sustentado en el ideal del control del pensamiento a través de un experimento generado por encargo a un científico por parte de una “secta” que desea generar una nueva raza humana.
Este filme de ficción del 2010 resulta interesante en cuanto al guión escrito por el propio Molina con el apoyo de Roberto Garza Angulo, por la situación experimental cognoscitiva del control de la raza humana, de llamarle a las cosas por otro nombre, de conectarse con los otros seres a través de ordenadores y de vestir y comer de manera diferente, pero sobre todo, de evitar la relaciones interpersonales y desvincularlos de los hijos. El asunto es aislarlos para evitar la convivencia y se salgan del plan maestro del sistema imperante en ese clan.
La premisa temática es bonísima, la fotografía de Germán Lammers cumplidora; la música incidental de Jóhann Johannsson atractiva; las actuaciones de Gala Montes, Manuel Balbi y Sandra Echevarría van más allá de lo esperado, pero fortalecidas por el experimental Juan Carlos Colombo, encargado de desempeñar el papel del científico regulador de la enzima implantada en el ADN que divide a los seres humanos en entidades de día y de noche. Finalmente, lo que la cinta nos indica es: a los humanos no los controla nadie.
La tercera película es “Golpe de genio” (“Ingenious”, 2009) de Jeff Balsmeyer, basada en una historia real, donde un par de amigos desde la infancia no la han hecho y desean, a los 40 y tantos años, armarla en grande. Nunca han trabajado formalmente por largos periodos, lo único que han hecho bien es tirar el dinero en las apuestas de todo tipo. Uno de ellos, el más centrado y con brillantes ideas, tiene una linda mujer que labura de azafata, que le apoya en todo momento y hasta lo llega a mantener; el otro, es un vividor con mucha suerte con las féminas. Ambos tienen un plan para hacerse ricos… y lo logran. La trama de Balsmeyer es recomendable para un fin de semana.
Para finalizar esta entrega, ¿se imagina usted que todas las acciones de un ser humano las pueda desempeñar objetos aparentemente inanimados? ¿Podría usted ser una llanta con sentimientos encontrados, muy descontrolado como para ser un asesino en serie? Suena estúpido, pero el experimento fílmico del francés Quentin Dupieux, titulado “Rubber, la llanta asesina” (2010) es una atractiva comedia de horror donde un neumático hace de las suyas con todo lo que encuentra a su paso.
El guión de Dupieux resulta genial si tomamos en cuenta que desde el principio de esta obra de 79 minutos aclara que muchas cosas en el séptimo arte son absurdas, sin sentido y por esa misma razón se conduce de esa manera en esta película ampliamente recomendable para todos aquellos que gozan del humor negro francés. Los que no hayan tenido esa experiencia, esta es su oportunidad. Por el momento es todo. Estamos en contacto.

Twitter: @fmorrina

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