Félix Morriña
¿Alguien ha escuchado cantar al cineasta español Pedro
Almodóvar? ¿No? Bueno lo ha hecho en varias ocasiones, pero sólo dos canciones han
quedado registradas en el disco tributo a su persona, a su ingenio fílmico en The Almodóvar Experience (Music Brokers,
2012), en el que se incluye la música de grandes intérpretes, compositores y
cantautores que fueron fuente de inspiración para el director de Tacones lejanos (1991), Hable con ella (2002), Kika
(1993), ¿Qué he hecho yo para merecer
esto? (1984), Carne trémula
(1997), Matador (1986), Volver (2006) y la más reciente La piel que habito (2011). De hecho este
álbum doble incluye algunas de las canciones de las películas antes
mencionadas. Actualmente está rodando Los
amantes pasajeros.
Las canciones
que cantó Pedro Almodóvar con el carismático Fabio McNamara grabadas para el
disco en cuestión son “Gran ganga” y “Voy a ser mamá”, ambas irónicas como el
propio cineasta ibérico, más la segunda rola tratándose de un director gay. Este
disco por sí solo tiene su propio peso por las 24 canciones que contiene, pero
para los seguidores de la cinematografía de Almodóvar es necesario, es más no
puedes concebir las películas del nacido en Calzada de Calatrava en 1949 sin
escuchar “Un año de amor” de Gia Zambrano, “Lo dudo” de Los Panchos, “Ne me
quitte pas” de Jacques Brel, “Se me hizo fácil” de Buika, “Quizás, quizás,
quizás” de Nat King Cole y por supuesto “Piensa en mí” de Chavela Vargas, uno
de sus principales iconos de influencia mexicana.
Además
el disco contiene canciones de desamor, pasión, abandono y festejo como la excelsa
versión de “Cucurrucucu paloma” en voz de Trini López; una sentida “Ay amor” de
Bola de Nieve; el tango abolerado de “Volver” con el trío Los Panchos; las
rancherotas “Cuando nadie te quiera” y “En el último trago” del tata José
Alfredo Jiménez; “El rey” en la versión de Lola Beltrán; la motivadora y jamás
olvidada “Indita mía” del maestrazo El
Flaco Jiménez; la sensual “Soy lo prohibido” de Olga Guillot y la rockera “Raskayu”
de Alaska y Paco Chavel, entre otras, que te indican que The Almodóvar Experience debe estar en tu fonotoca personal.
Ahora
pasamos a otro homenaje fílmico, la del perro kelpie australiano llamado Red Dog, cuya película del mismo nombre
dirigida por Kriv Stenders y estelarizada por Noah Taylor, Josh Lucas y Rachel
Taylor, está basada en la novela de Louis De Bernieres, en la que narra la
historia de este perro que unió a una comunidad minera australiana en los años
70. Usted se preguntará ¿cómo un perro puede unir a los aislados habitantes del
resto de la isla enclavada en uno de los últimos resquicios del mundo, justo en
la época de explotación de recursos mineros en Australia? La respuesta de que
es posible podría dejarlo atónito, más si a usted no le agradan los animales, en
específico al considerado mejor amigo del hombre.
Esta película
sacada en formato DVD es encantadora, divertida, incluso conmovedora, está
llena de situaciones que le permiten al espectador repensar sobre el trato que
le damos a nuestras mascotas, que al final resultan ser parte de nuestras familias
y muchas veces participan en el proceso de unificación de las mismas, como
sucede en la película del 2011. Este filme definitivamente lo deben ver todos,
específicamente los dedicados al maltrato animal para ver si pueden tener niveles
de conciencia social. Imagínense lo que hizo Red Dog para que en el poblado australiano de tierra roja de
Dampier tenga una estatua en su memoria, lo cual sin duda deja a muchos que
hemos visto la cinta con nudos en la garganta, porque es mucho más honorable
poner una escultura de un perro que logró sensibilizar a un pueblo de rudos
mineros que un maldito político de pacotilla.
La
historia de Red Dog es verídica y
está registrada como una de las mejores en materia de civilidad en el trato de
la sociedad con los animales. Se sabe que Red
Dog nació en 1971 en Paraburdoo y murió el 21 de noviembre de 1979 en Dampier,
pero también se le rinde honores en Pilbara Wanderer. Se tiene conocimiento que
sólo tuvo un dueño, que él mismo escogió, porque el perro apareció un día en la
comunidad de Dampier cuando estaba formándose en la década de los años 70, pero
a la muerte por accidente de moto de su amo, el can decidió recorrer
prácticamente el país oceánico hasta regresar a su poblado de origen.
La sociedad
australiana consideró en esa época a Red
Dog como el perro de la comunidad, todos le daban de comer, todos lo
sentían como suyo, todos jugaban con él, todos le hacían fiesta, todos cuidaban
de él, como también él cuidaba de todos los miembros. Un digno ejemplo de
civilidad que el pueblo australiano nos heredó. Ojalá un día podamos brindar
ese apoyo a nuestros perros de la calle, pero antes debemos enseñar a sus
dueños a cuidar de cada uno de ellos, porque no nacieron de la nada. Hay mucho
por hacer en esa materia en este país.
Finalmente
llegamos a una película dominguera en DVD titulada Fast Lane, que no es otra cosa que versión femenina de Rápido y furioso, con las actuaciones de
Steven Bauer, Olivia Brown y Melina Lizette, entre otras. Ya saben la trama,
mujeres corriendo autos deportivos que se roban y que tienen pleito con una
banda rival. Como siempre habrá una mujer policía infiltrada que resuelve la
trama y mata a los malos y entrega al resto de la banda, que además de robar
autos, destartalarlos y venderlos en el extranjero, trafican con todo tipo de
drogas. Una cinta de acción para olvidar después de los 79 minutos de duración,
pero que se te quedará grabado en la memoria sus esculturales cuerpos y la
línea automotriz de los carros Ford Mustang. Hasta la próxima.
Twitter:
@fmorrina
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