Félix Morriña
“El desliz
nació de una fantasía que se vino gestando en la inquieta mente de Nina. Desde que
era una adolescente sintió gran atracción por el cine mexicano, por la época de
oro del cine nacional, por las divas de la pantalla grande, pero principalmente
por las cancioneras. Siempre quiso ser Toña La Negra, hasta que esa fantasía no
cupo, desbordó su mente y su alma y tuvo que aflorar”, de esta manera presentó
la cantautora blusera Nina Galindo su reciente producción discográfica que
integra 14 estupendas canciones como un homenaje a esa época del séptimo arte
nacional.
La
intérprete de “Perdida” de Chucho Navarro; “La mujer del puerto” de Manuel
Esperón; “Viajero” de Luis Alcaraz; “Amor de la calle” de Fernando Z.
Maldonado; “Cada noche un amor” de Agustín Lara y “Callejera” de Carlos Crespo,
entre otras que incluye este material editado y producido por Discos Pentagrama
en este año dijo que la idea nació una tarde de otoño de 1995 en la colonia
Roma, entre galletas de mantequilla y un buen café de grano, teniendo de fondo musical
a Tin Tán, justo cuando llevaba a cabo una reunión de trabajo de pre concierto.
De pronto, sin más, Nina Galindo se sentó en su lugar, sin decir palabra tomó
su café, se inclinó para dar un trago y al levantar la mirada tenía en los ojos
la chispa detonadora de ideas que al salir de sus labios se convirtió en una obsesión
que concluyó en El desliz.
“Quiero
grabar un disco de boleros dije y los muchachos estallaron en carcajadas por el
nerviosismo, pero sabían que hablaba en serio y en ese momento comenzó el vía
crucis más divertido de mi historia musical. Pasaron los meses y del tema nadie
se acordaba, o al menos nadie decía nada, cuando otra tarde en el mismo
departamento de la Roma, en condiciones más o menos similares a la anterior, sólo
que ahora eran galletas Marías, salí de la habitación con un papelito en la
mano para decirles:
“‘Éstas son las rolas que quiero
grabar, así que hay que conseguirse las versiones originales, porque las vamos
hacer blues’. La primera vez el personal se puso muy nervioso e incluso
hicieron cola para ir al baño. Todos estaban abrumados, algunos decían que iba
a ser un resbalón en mi carrera, pero otros dijeron que se trataba más de un
desliz, de ahí el nombre del disco”, argumentó la cantante.
Las rolas
que les mostró al guitarrista Jorge García, al bajista Guillermo Serna, al pianista
Ernesto Gómez Solana y al baterista Federico Luna eran “Cancionera nací” de
Cantarell; “El último deseo” de Laura Abitia; “Te vendes”, “Aventurera”, “Pervertida”
y “Ven acá” de Agustín Lara y “Bonita” de Luis Antonio Alcaraz, con lo cual
quedaron prendados al proyecto, en el que además invitaron en la trompeta a
Chilo Morán, a los saxofonistas Hugo Leyva y Miguel Ángel Samperio, al bajista José
Luis Montiel; a otro pianista, Felipe Ferrer y en los bongoes a Carlos Tovar,
con lo cual el producto terminó siendo una excelente aportación al blues desde
el bolero.
Quizá
les suene raro, pero detrás de El desliz
de Nina Galindo está escondido el disco From
The Craddle de Eric Clapton, según Jorge García Montemayor, el arreglista y
guitarrista de esta hostia plateada. “Una noche de insomnio, los duendes le
hablaron a Nina Galindo. From The Craddle
de Eric Clapton sonaba en el estéreo, aquél que hace meses tocara a Tin Tán.
Nina descubrió con sorpresa que podía cantar algunos temas seleccionados con la
base del disco de Clapton. El material llegó a mis manos y aparentemente los duendes
también, entonces comencé a crear todos y cada uno de los arreglos del disco.
Claro estaba que no se trataba de copiar a Clapton, el asunto era crear un
blues que mantuviera el estilo de Nina Galindo y que no se perdiera la esencia
original del bolero”, acotó García Montemayor.
Para la
realización de El desliz Nina Galindo
contó con el apoyo de José Antonio McGregor, Armando Chacha, Lorenzo Chávez y
Fernando Hijar, miembros de la Dirección General de Culturas Populares del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quienes metieron al
disco dentro del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias
(PACMYC) para poder invertir en su producción. Da mucho gusto saber que este
tipo de proyectos tengan el apoyo de las instituciones culturales, porque como
muchos saben, cuesta mucho trabajo conseguir dinero para maquilar este tipo de
trabajos discográficos.
Atrévase
a sumergirse en las cálidas aguas del blues abolerado de El desliz de Nina Galindo. ¡Hasta la próxima!
Twitter:
@fmorrina
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