domingo, 10 de junio de 2012

"La Mission", una historia contra la homofobia en el barrio de los hermanos Bratt


Félix Morriña

Para los estadounidenses los latinos somos iguales, somos machos, que arreglamos todo a golpes, desordenados, maleducados, intolerantes, religiosos, prejuiciosos e ignorantes, entre otras tantas cosas que se resumen en un mal estereotipo de la cultura latina. Con la salida al mercado de La Mission, película de Peter Bratt, en la que actúa el papel principal su hermano Benjamin Bratt, que encarna a “Che Rivera”, un ex convicto, un alcohólico en rehablitación, tatuado con imágenes que representan al cholo macho, pero con mucha disciplina física y mental, orgulloso de su origen latino, ferviente seguidor de la Virgen de Guadalupe y amante de los lujosos coches clásicos (Lowriders, a los que convierte en auténticas obras de arte en cuatro ruedas), la postura de los gringos debe modificarse respecto a cómo somos.
            Si bien es cierto en gran parte lo que nos caracteriza bajo ese estereotipo, existen también muy buenas historias que deben contarse desde el séptimo arte para entendernos mejor, como la que retrata Peter Bratt, cineasta de origen peruano que creció junto a su hermano Benjamin en el barrio del distrito de La Mission, ubicado en San Francisco, California, un sitio en el que cada vez más los chicanos se van apoderando de las calles, pero sin valorar por completo toda la esencia chola que les dio origen, por eso es importante señalar que se debe mantener vigente lo más valioso del pasado milenario indígena para no ser transculturizados por los gringos.
            Pero ese no es el tema central de la película, aunque sí está presente todo el tiempo, al igual que la excelente banda sonora que es tema aparte de la vida del cholo en los Estados Unidos. El tema central es la homosexualidad y de cómo habrá que tomárselo en serio dentro de las comunidades latinas en esa región del mundo, más allá de los prejuicios y del precio a pagar por llevar una vida diferente a los cánones establecidos. El adolescente hijo de “Che Rivera” es gay, afectando la forma de pensar y de vida de su padre, conductor de autobús en su propio barrio La Mission y artista de los Lowriders por la noche, junto a su pandilla.
            Como muchos saben, Benjamin Bratt es muy conocido en México, gracias a los tantos capítulos que protagonizó en la famosísima serie policiaca La Ley y el orden, en la que desempeña el papel de uno de los principales detectives. Él, al igual que su hermano, han tenido siempre presente la idea de mostrar el barrio en el que crecieron, junto a su enfermera madre soltera, que los educó para sobresalir de la violencia existente en La Mission, pero se dieron cuenta que era necesario abordar un tema tabú y defender esa preferencia, como un derecho civil ciudadano y humano.
            Sobre la película, el actor Benjamin Bratt dijo en una entrevista de hace dos años publicada en la internet que “la regla de oro para el cineasta es escribir lo que sabes, y por eso para nosotros fue más fácil plasmar la historia de un barrio, La Mission, que tenemos tan dentro del corazón”. Cuando el periodista Pablo Scarpellini le preguntó de la homosexualidad entre la comunidad latina, el famoso actor le explicó: “Creo que al final es una cuestión de percepción. Nos dijeron que por qué queríamos contar una historia de gays cuando ya se había tratado muchas veces, pero era algo novedoso en el mundo hispano. ¡Hay mucha estrechez mental a la hora de entender a los latinos en Hollywood!”.
            Por su parte, el cineasta Peter Bratt habló de cómo le podría ir a la película en términos de comercialización. “La primera regla en esta ciudad (Hollywood) es el vil metal, el dinero. Los grandes estudios no están dispuestos a aceptar una película si no le ven un mercado muy claro para ello”, acotó el director no sin antes mencionar que pensó muchas veces en los obstáculos a los que se enfrentaría La Mission, sangre de barrio, para lo cual crearon una productora para poder distribuirla con mejores condiciones.
            “Hemos creado una productora para continuar haciendo lo mismo. Tenemos muchas ideas, algunas del estilo de documental y nuestra misión es conseguir un lugar en el mercado para ellas”, enfatizó el actor Benjamin Bratt, quien está convencido del talento detrás de cámaras de su hermano Peter. “Me gusta su manera de pensar, como enlaza el arte del cine con la justicia social. Es un director visionario, porque empieza con la germinación de una simple idea y le otorga todos los matices posibles de la humanidad que nos rodea. El hecho de haber narrado una historia como ésta en un barrio con tantas presiones es algo valiente. Él es un provocador, y como todo buen artista provoca discusión. Esta película seguro es todo eso”, concretó el histrión de origen sudamericano.
            En otra entrevista realizada en Dallas, con la periodista Laura Hiros, Peter Bratt enfatizó sobre el contenido de su película, en la que mencionó que “todo empezó por mi curiosidad sobre las fuentes de violencia y como las relacionamos con la masculinidad, para mí el personaje de mi hermano es el arquetipo de un hombre que ha crecido con la violencia como única forma de relacionarse con el mundo y cuando enfrenta la homosexualidad de su hijo tiene que separarse de todo eso y crecer como ser humano”.
            En esa misma charla, Benjamín Bratt argumentó que fue un placer filmar en el lugar donde aún residen integrantes directos de su familia, pero que “no regresamos a nuestras raíces, nos dedicamos a celebrar algo que amamos. El personaje del ‘Che’, Peter lo basó en un conocido con ese nombre, él fundó uno de los clubes de autos antiguos del bario y es un conductor de camión de ruta que sigue viviendo en La Mission, lo único diferente es que él no tiene un hijo homosexual. Pero sí tiene una personalidad impresionante, es casi como actor, por lo que fue una gran inspiración”.
            Benjamín enfatizó que la película les encantó a la gente del barrio, al grado de que “la gente salía del cine con un tremendo orgullo de sus raíces, ver a la comunidad latina representada tridimensionalmente les impactó, pues todos sabemos que cuando Hollywood saca una cinta sobre latinos, no son multidimensionales ni precisos, lo que tratamos con esta cinta La Mission, además de los temas tabú, fue capturar el balance de la vida de estos seres humanos”.
            Finalmente, Peter redondea el contenido de La Mission, cinta ampliamente recomendable rodada en el 2009 y proyectada durante ese año y parte del 2010 en la Unión Americana, misma que ya puede conseguir en formato DVD para disfrutarla con su pandilla o gente mayor a los 15 años. Dura exactamente hora y media. “En esta película no hay una sola historia de latinos, o una sola historia de nuestro barrio, los latinos somos muy complejos, venimos en todos los tamaños y colores, este filme que aunque es muy urbana y específica de la cultura latina, está resonando ente otras minorías, como la afroamericana y la homosexual”, concretó Peter Bratt.

Twitter: @fmorrina

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