Félix Morriña
Para los estadounidenses los latinos somos iguales, somos
machos, que arreglamos todo a golpes, desordenados, maleducados, intolerantes,
religiosos, prejuiciosos e ignorantes, entre otras tantas cosas que se resumen
en un mal estereotipo de la cultura latina. Con la salida al mercado de La Mission, película de Peter Bratt, en la
que actúa el papel principal su hermano Benjamin Bratt, que encarna a “Che
Rivera”, un ex convicto, un alcohólico en rehablitación, tatuado con imágenes
que representan al cholo macho, pero con mucha disciplina física y mental,
orgulloso de su origen latino, ferviente seguidor de la Virgen de Guadalupe y amante
de los lujosos coches clásicos (Lowriders, a los que convierte en auténticas
obras de arte en cuatro ruedas), la postura de los gringos debe modificarse
respecto a cómo somos.
Si bien
es cierto en gran parte lo que nos caracteriza bajo ese estereotipo, existen
también muy buenas historias que deben contarse desde el séptimo arte para entendernos
mejor, como la que retrata Peter Bratt, cineasta de origen peruano que creció
junto a su hermano Benjamin en el barrio del distrito de La Mission, ubicado en San Francisco, California, un sitio en el
que cada vez más los chicanos se van apoderando de las calles, pero sin valorar
por completo toda la esencia chola que les dio origen, por eso es importante
señalar que se debe mantener vigente lo más valioso del pasado milenario
indígena para no ser transculturizados por los gringos.
Pero ese
no es el tema central de la película, aunque sí está presente todo el tiempo,
al igual que la excelente banda sonora que es tema aparte de la vida del cholo
en los Estados Unidos. El tema central es la homosexualidad y de cómo habrá que
tomárselo en serio dentro de las comunidades latinas en esa región del mundo,
más allá de los prejuicios y del precio a pagar por llevar una vida diferente a
los cánones establecidos. El adolescente hijo de “Che Rivera” es gay, afectando
la forma de pensar y de vida de su padre, conductor de autobús en su propio
barrio La Mission y artista de los
Lowriders por la noche, junto a su pandilla.
Como
muchos saben, Benjamin Bratt es muy conocido en México, gracias a los tantos
capítulos que protagonizó en la famosísima serie policiaca La Ley y el orden, en la que desempeña el papel de uno de los principales
detectives. Él, al igual que su hermano, han tenido siempre presente la idea de
mostrar el barrio en el que crecieron, junto a su enfermera madre soltera, que
los educó para sobresalir de la violencia existente en La Mission, pero se dieron cuenta que era necesario abordar un tema
tabú y defender esa preferencia, como un derecho civil ciudadano y humano.
Sobre la
película, el actor Benjamin Bratt dijo en una entrevista de hace dos años
publicada en la internet que “la regla de oro para el cineasta es escribir lo
que sabes, y por eso para nosotros fue más fácil plasmar la historia de un
barrio, La Mission, que tenemos tan
dentro del corazón”. Cuando el periodista Pablo Scarpellini le preguntó de la
homosexualidad entre la comunidad latina, el famoso actor le explicó: “Creo que
al final es una cuestión de percepción. Nos dijeron que por qué queríamos
contar una historia de gays cuando ya se había tratado muchas veces, pero era algo
novedoso en el mundo hispano. ¡Hay mucha estrechez mental a la hora de entender
a los latinos en Hollywood!”.
Por su
parte, el cineasta Peter Bratt habló de cómo le podría ir a la película en
términos de comercialización. “La primera regla en esta ciudad (Hollywood) es
el vil metal, el dinero. Los grandes estudios no están dispuestos a aceptar una
película si no le ven un mercado muy claro para ello”, acotó el director no sin
antes mencionar que pensó muchas veces en los obstáculos a los que se
enfrentaría La Mission, sangre de barrio,
para lo cual crearon una productora para poder distribuirla con mejores condiciones.
“Hemos
creado una productora para continuar haciendo lo mismo. Tenemos muchas ideas,
algunas del estilo de documental y nuestra misión es conseguir un lugar en el
mercado para ellas”, enfatizó el actor Benjamin Bratt, quien está convencido
del talento detrás de cámaras de su hermano Peter. “Me gusta su manera de
pensar, como enlaza el arte del cine con la justicia social. Es un director
visionario, porque empieza con la germinación de una simple idea y le otorga
todos los matices posibles de la humanidad que nos rodea. El hecho de haber
narrado una historia como ésta en un barrio con tantas presiones es algo
valiente. Él es un provocador, y como todo buen artista provoca discusión. Esta
película seguro es todo eso”, concretó el histrión de origen sudamericano.
En otra
entrevista realizada en Dallas, con la periodista Laura Hiros, Peter Bratt
enfatizó sobre el contenido de su película, en la que mencionó que “todo empezó
por mi curiosidad sobre las fuentes de violencia y como las relacionamos con la
masculinidad, para mí el personaje de mi hermano es el arquetipo de un hombre
que ha crecido con la violencia como única forma de relacionarse con el mundo y
cuando enfrenta la homosexualidad de su hijo tiene que separarse de todo eso y
crecer como ser humano”.
En esa
misma charla, Benjamín Bratt argumentó que fue un placer filmar en el lugar
donde aún residen integrantes directos de su familia, pero que “no regresamos a
nuestras raíces, nos dedicamos a celebrar algo que amamos. El personaje del ‘Che’,
Peter lo basó en un conocido con ese nombre, él fundó uno de los clubes de
autos antiguos del bario y es un conductor de camión de ruta que sigue viviendo
en La Mission, lo único diferente es
que él no tiene un hijo homosexual. Pero sí tiene una personalidad impresionante,
es casi como actor, por lo que fue una gran inspiración”.
Benjamín
enfatizó que la película les encantó a la gente del barrio, al grado de que “la
gente salía del cine con un tremendo orgullo de sus raíces, ver a la comunidad
latina representada tridimensionalmente les impactó, pues todos sabemos que
cuando Hollywood saca una cinta sobre latinos, no son multidimensionales ni
precisos, lo que tratamos con esta cinta La
Mission, además de los temas tabú, fue capturar el balance de la vida de
estos seres humanos”.
Finalmente,
Peter redondea el contenido de La Mission,
cinta ampliamente recomendable rodada en el 2009 y proyectada durante ese año y
parte del 2010 en la Unión Americana, misma que ya puede conseguir en formato
DVD para disfrutarla con su pandilla o gente mayor a los 15 años. Dura
exactamente hora y media. “En esta película no hay una sola historia de
latinos, o una sola historia de nuestro barrio, los latinos somos muy
complejos, venimos en todos los tamaños y colores, este filme que aunque es muy
urbana y específica de la cultura latina, está resonando ente otras minorías,
como la afroamericana y la homosexual”, concretó Peter Bratt.
Twitter:
@fmorrina
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