Félix Morriña
Todavía recuerdo aquella feliz velada en el Hard Rock de
la Ciudad de México hace algunos ayeres cuando se presentó el genial BB King
con todo y su inseparable seis cuerdas Lucille.
En aquella época el foro de Polanco, ubicado a unos pasos del Auditorio
Nacional, era un espacio idóneo para escuchar a un gigante como BB King. Por ahí
pasaron cientos de estrellas del rock internacional, como de la música
vanguardista, pero ahora es un centro de reunión de nerds, popis, yuppies y de
rockeros incipientes. Una verdadera lástima para los exigentes melómanos
actuales, sin embargo tuvo sus momentos de gloria como ese conciertazo que
ofreció Mister King ante poco menos de mil personas, capacidad del recinto
burgués.
El motivo
por el cual estoy escribiendo sobre BB King es que acaba de llegar a mis manos
un joyita titulada BB King, Live At The
Royal Albert Hall 2011, álbum doble del maestro del blues, quien no acaba
nunca de sorprendernos y cada día uno lo extraña más sobre el escenario. De
hecho, muchos nos atreveríamos a decir que BB King no vuelve a pisar suelo
mexicano para despedirnos con un concierto, ya sea en el Auditorio Nacional o
tres fechas en el Teatro Metropólitan para disfrutarlo en la intimidad, como se
disfruta el buen blues.
Pese a
que hay muchos materiales sobre BB King en el mercado, éste se destaca porque
tiene como invitados a singulares y reconocidos músicos, como Ronnie Wood (integrante
de The Rolling Stones), Mick Hucknall (el petirrojo líder y cantante de Simply
Red) y Slash (el controvertido ex guitarrista de Guns And Roses). También
aparecen el virtuoso guitarrista Derek Trucks y la cantante Susan Tedeschi, así
como otros músicos buenos, pero sin las luces de la marquesina. Como siempre,
BB King nos sorprende con cada obra suya y en este caso, le rinden pleitesía
los antes mencionados, quienes han mencionado al octagenario bluesista (1925, Estados
Unidos) como una de sus principales influencias.
Como el
título de la hostia plateada señala, el concierto ofrecido en el más importante
foro de Londres, The Royal Albert Hall, hace casi un año (el 28 de junio del
2011), fue grabado por la disquera y sacado como disco compacto con 10 rolas y de
regalo un DVD que resulta tan fascinante que tiemblas de emoción al ver a BB
King interpretar “I Need You So”, “You Are My Sunshine”, “Rock Me Baby”, “See
That My Grave Is Kept Clean” y “When The Saints Go Marching In”, entre otras
que se agolpan en la cabeza y no se dejan recordar, pero sí sentirlas. Si de
una buena inversión se trata en estas épocas difíciles en materia económica,
este disco sería una buena recomendación.
Quizá lo
único que no gusta a los amantes de la música de BB King es verlo todo el
concierto sentado, debido a que su pesado corpus es constantemente debilitado
por la diabetes, pero tratándose de él uno puede soportar cualquier cosa y
entender que nunca llegaremos a esa edad con ese nivel de conocimiento, ni de
proyección. Por todo lo anterior, este disco será, sin duda, de los mejores que
conozcamos en este 2012.
La
segunda producción que recomiendo en esta entrega es nada más y nada menos que
la banda sonora de la película sobre la vida y obra del máximo representante
del reggae y símbolo indiscutible de Jamaica, Bob Marley. La película dirigida
por Kevin MacDonald (One Day In September,
State Of Play, El último rey de Escocia, Touching
The Void y Life In A Day) fue
ovacionada en repetidas ocasiones en el Festival de Cine de Berlín celebrado en
febrero pasado, según informes en la red y que este interlocutor no ha podido
ver, pero que el buen Juan Heladio del Tianguis del Chopo será el encargado de
conseguirme para apreciarlo junto con el contenido de este álbum doble.
Apenas el pasado 11 de mayo,
acompañado de un litro de ron puse a todo volumen en casa una compilación de
Bob Marley con motivo de su trigésimo segundo (32 años) aniversario de su
muerte por cáncer, justo cuando tenía 36 años de edad. Y casi un mes después me
llega la banda sonora del filme en el que Kevin MacDonald muestra un retrato
íntimo y humano del legendario cantautor, símbolo de un mundo de posibilidades
de crecimiento desde la decadencia social y política que vivía Jamaica. “El
objetivo principal tiene que ser para enviar de vuelta al escucha un renovado
aprecio por la belleza sonora de Bob Marley y todo lo que hizo por su pueblo.
Sobre las canciones, intentamos incluir lo mejor de su obra y algunos
atrevimientos sonoros. El resultado ha sido ovacionado en el mundo y bien
recibido en Jamaica”, señaló el cineasta en una entrevista publicada en la
internet.
La banda sonora incluye el jammin hecho en 1978 con sus rivales
políticos Michael Manley y Edward Seaga, un gesto por la restauración pacífica
de Jamaica que apartaba las diferencias e ideales por un momento y situaba a
Bob Marley en la mira de los líderes políticos del mundo. Los dos discos siguen
de manera cronológica la película, por lo que sólo mencionaré algunas (“Judge Not”,
“Simmer Down”, “Small Axe”, “Mellow Mood”, “Concrete Jungle”, “Work”, “No
Woman, No Cry” y “I Shot The Sheriff”), para que después consigan el filme, lo
pongan a todo volumen y disfruten las delicias de mister Bob Marley. No hay
pierde con estos dos discos para el fin de semana. Hasta la próxima.
fmorrina@yahoo.com.mx
Twitter:
@fmorrina
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