Félix Morriña
Definitivamente hay gente que nace con estrella, nace en pañales de seda y no por ello han dejado de aportar al mundo con su talento para mejorarlo, como es el caso del violinista y modelo alemán, David Garrett (1980). Este hombre nacido como David Bongartz (decidió emplear el apellido de su madre, la bailarina estadounidense Dove, sin tener problemas con el padre germano, el jurista y subastador de violines, Georg), ha sacado al mercado su Legacy en disco compacto y en formato DVD, en el que se puede disfrutar de música clásica, entrevistas con su madre y promotores que cuentan cómo ha sido la exitosa carrera de Garrett. Además, hay materiales especiales para disfrutar.
Entre los temas que incluye este disco compacto están el “Concierto para violín en Re Mayor, Op. 61-1 Allegro ma non troppo” de Beethoven, “Caprice Viennois, Op. 2”, “Romance: Larghetto en un tema de Carl Maria von Weber”, “Tambourin Chinois, Op. 3” y “Liebesleid”, entre otras piezas de importancia de Fritz Kreisler. En este disco, Garrett decidió mostrar más su cara clásica que la rocker y popera, tal vez para irse alejando poco a poco del mote del “David Beckham de la escena clásica”.
Todo mundo sabe que David Garrett puede pasar de Vivaldi a Queen sin mayores pretensiones que demostrar sus habilidades con el violín. También ha dicho que no le molesta tocar a Michael Jackson, porque lo hace de igual manera que el jazz, el rock o los estándares clásicos. Él enfatiza que sólo son prejuicios de la crítica especializada, porque la gente lo aprecia por igual.
Entre las anécdotas más destacadas que podemos mencionar de este violinista y modelo está su caída en el Barbican Hall de Londres, después de ofrecer un concierto. Golpeó su exclusivo violín, todos estaban alarmados porque pensaban que se trataba de un Stradivarius, pero después se informó que lo había fabricado Giovanni Battista Guadagnini en 1772. Nadie preguntó en ese momento qué le había pasado a David Garrett, sino qué había pasado con el carísimo instrumento. El violín costó un millón de dólares y la reparación costó 120 mil dólares. También usa un violín de Antonio Stradivari de 1718.
Otra de las anécdotas de Garrett es su nombramiento como el “Violinista más rápido del mundo” registrado en el Libro Guinness de los Récords en mayo del 2008. La prueba fue lograda en el programa de televisión inglés Blue Peter, en el que el músico germano tocó sin fallos a una velocidad nunca antes vista y oída “El vuelo del moscardón” de Nikolái Rimski-Kórsakov. Ha conseguido en dos ocasiones este récord, en la primera tocó 13 notas por segundo y paró en el 66.56 segundos. La segunda ocasión Garrett consiguió tocar la misma pieza en tan sólo 65.26 segundos. Ha recibido el premio Echo Klassik en 2008.
Garrett tiene grabados hasta el momento 14 discos, de los cuales se destacan Mozart: Violinkonzerte Kv 218 und 271ª (1995), Paganini Caprices (1997), Tchaikovsky, Conus: Violin Concertos (2001), Rock Symphonies (2010) y Legacy (2011). David Garret ha pasado sin problema de la exigente música clásica al rock internacional. Desafortunadamente, su estética y su intervención dentro del mundo de la moda no le ha permitido por completo ser aceptado por la crítica especializada de la música seria, de conservatorio y la verdad hay algo de cierto. Sin embargo, usted puede ingresar al gusto por lo clásico a través de este destacado violinista alemán. Hasta la próxima.
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