Félix
Morriña
Con mucho esfuerzo,
suficiente infraestructura y escasos recursos económicos, la directora del
Centro Cultural Regional de Ocoyoacac del Instituto Mexiquense de Cultura
(IMC), Carmen Raya, logró programar una semana para cubrir su encuentro anual
en una de las sedes más importantes del Alto Lerma para desarrollar actividades
recreativas, literarias, pedagógicas y la impartición de talleres de artes y
oficios. Con el apoyo del ayuntamiento que preside el perredista Joel Cerón
Tovar y de las distintas instancias culturales del Valle de Toluca, el
encuentro contó con la participación del cada vez más reconocido Octeto Vocal
del IMC, un encuentro con asociaciones civiles, una mesa redonda sobre el
quehacer de los arrieros de la zona y un encuentro de escritores radicados en
esta parte del Valle mexiquense.
Dentro
de la Octava Feria Cultural de Ocoyoacac se presentó un elaborado y propositivo
cuaderno interactivo para estudiantes de la Escuela Valentina Cantón Arjona,
Asociación Civil, que plantea mostrar a los alumnos la herencia natural y
cultural de su entorno, con el fin de despertar en el estudiantado la
sensibilidad, la curiosidad, la admiración, el respeto, el amor y el
sentimiento de orgullo por su patrimonio local, en específico los monumentos
históricos y espacio naturales de Ocoyoacac, como son los espacios de
Tlalcozpan, la Casa de Martín Chimaltécatl, el Templo de San Juan Coapanoaya, edificado
en el siglo XVI; el Templo de San Miguel Arcángel de 1560; la ex Hacienda de
Texcalpa, el Puente de Cantera de Río Hondito (1793), la Ruta de Independencia,
el Obelisco del Monte de las Cruces (1852), el Monumento a Leandro del Valle y
Santos Degollado (1976) y la Estación del Ferrocarril.
Ocoyoacac… legado de identidad y
cultura fue
coordinado por Jacqueline Irma Rocha Soto, directora de la Escuela Valentina
Cantón Arjona, AC, quien contó a su vez con la participación de los fotógrafos
locales Federico Montes Morales y los hermanos Lucía y Eduardo Montes Ortiz,
para reforzar el concepto pedagógico de fomentar en las comunidades escolares
una educación para la comprensión de una educación patrimonial para la
formación ciudadana. Entre otros objetivos de la docente Jacqueline Rocha Soto
está el de solicitar al alcalde Joel Cerón Tovar su apoyo para extender este
cuaderno de trabajo pedagógico a las demás escuelas del municipio y de proponer
a los directivos académicos la realización de un proyecto de rescate del
patrimonio municipal para que les permita integrarse a la Red de Escuelas
Asociadas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO), a la cual pertenece su plantel educativo.
Luego
de la cobertura de Asociaciones Civiles de Ocoyoacac, entre las que podemos
mencionar a los Emprendedores del Camino, Salas de Lectura Alas de Papel,
Ideosférica, Consejo Cultural de Atlapulco, Colectivo EcoSocial y lo que queda
de Huarache AC, una de las más importantes en la promoción de la cultura en
este municipio enclavado en La Marquesa, me dispuse a partir hacia la Plaza de
Toros México, no para lidiar con un toro, ni para cortar dos orejas, ni para
llevarme un rabo, ni mucho menos para levantar los brazos en señal de victoria,
sino para seducir a una fémina a mitad del majestuoso escenario a través del
son montuno y con el apoyo de la cubana Orquesta Buenavista Social Club en
medio de tremendo frío de la velada del martes 8 de noviembre.
Como
preámbulo a mi festejo de un año después de iniciada la cuarta década (que se
concretará el próximo 20 de noviembre), celebré por anticipado con una
huaracha, una rumba, un bolero y un son, entre otros sonidos caribeños que
salían de los instrumentos de esta memorable Orquesta liderada por la cantante
Omara Portuondo, quien ornamentó cada deseo corpóreo, cada historia contada,
cada anécdota amorosa de un cazador casado, mientras yo vuelto depredador
social amoroso, me dediqué a gozar, gozar, gozar.
Saqué
10 de mis mejores pasos para lustrar el entarimado provisto para la ocasión,
colocado al centro de la Monumental Plaza de Toros México, pero no bastaron
para llegar al limbo en ese momento. La Diosa Euterpe lidiaba con Zeus y con
Afrodita para negociar lo que seguiría en mi vida. Además, las amenazas de
Tláloc sobre nosotros se hacía cada vez más latente, pero al final comprendió
mi situación y apoyó la moción solicitada a través de los Dioses Orishas que
cantaba la Buenavista Social Club para que el chubasco huyera de la colonia Nápoles
y de la Ciudad de los Deportes.
Al
final del día, el cansancio hizo mella, tanto en mi compañera de viaje, como en
mi ego-alter ego y sobre todo porque vi a mi querida Omara Portuondo en las
últimas. La verdad, sentí que fue la última vez que vería sobre un escenario a
este fenomenal ser, representativo de la cubanía, de la música afroantillana y
de la historia sonora de una época que seguirá marcando a las nuevas
generaciones que busquen hacer cosas trascendentales con calidad. Por supuesto
que Omara lo sabe y por eso hizo sentidos homenajes a los maestros que se nos
adelantaron en el camino. Ustedes, amables lectores ya saben quiénes son y si
no, les invito a leer la columna anterior en mi blogspot donde menciono el
contexto en el que se presentaba esta Orquesta en México. La dirección, como
siempre a continuación. Hasta la próxima.
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