Félix Morriña
No pude asistir al concierto de la agrupación
vanguardista, contemporánea, experimental y de música electrónica mexicana Mal’Akh
en El Baúl de Toluca, la noche del pasado viernes 20 de julio, debido a problemas
laborales en el municipio de Ocoyoacac, por la planeación de proyectos
culturales para el próximo trienio y por el inicio del Torneo Apertura de la
ahora llamada Liga MX 2012, que debo monitorear como parte de mis otros
ingresos para sobrevivir en esta parte del país, donde todo es muy caro. Luego
de haber recogido impresiones de colegas y amigos me di cuenta que me perdí
hasta un desfile de modas y la participación de otros músicos programados de
buen nivel. Dícese fue una noche redonda.
Me quedó claro que pude haber
hecho el suficiente esfuerzo para escuchar en vivo la propuesta de una de las
más prometedoras agrupaciones de música electrónica nacional, pero me confié de
haber visto los suficientes videos en Youtube días antes como para irme a
descansar. Además, el único disco que han producido Mal’Akh, Néctar (Discos intolerancia, 2012) lo he
escuchado lo suficiente como para arrastrar la pluma y decir que aparte del buen
rock que ejecutan, los efectos especiales electrónicos y urbanos que plasma el
tecladista Camilo Froideval le dan esa atmósfera experimental, por momentos demasiado
teatral y en otros denota cierta influencia de Portishead.
En otros instantes, Mal’Akh
tiene tintes de música de cuarteto de cuerdas o de cámara, pero perpetrados en
la música rock con sello electrónico. Lo que no puedes olvidar, ni evitar hacer
de lado son las mezclas logradas con las voces, en especial la de la muy
atractiva Ana Ragasol. Esa voz puede llegar muy lejos si la sigue puliendo. En
este proyecto va mucho más allá de cumplir. Pudo haber sido Néctar parte del repertorio de la 4AD de
haber nacido hace varios lustros cuando estaba en su mejor momento.
El resto de la banda está
integrada por el líder, compositor, guitarrista, bajista y encargado de algunos
efectos electrónicos, Felipe Pérez Santiago, y secundada por el baterista y
sampleísta Juan Antonio Arévalo. La voz de Ana se fortalece con esos efectos.
Es muy potente, aparte de que demuestra que le ha metido horas ensayo en serio.
Su registro nos da el nivel para mezclarse con otros instrumentos acústicos,
sampleos, secuencias pregrabadas y programaciones que en vivo van de la mano
con el rock tradicional, el rock básico de toda banda. Hay equilibrio.
Se tienen informes de que Mal’Akh
se formó en Barcelona hace cuatro años, pero nació como dúo (cello-guitarra
acústica y/o eléctrica) y se siguió hasta armar un ensamble mixto, entre lo
clásico y la música avantgarde. Para
ello se hizo valer del ex bajista de San Pacualito Rey, Adolfo Castañeda, quien
le dio al grupo la redondez deseada. Para la grabación del disco Néctar, Felipe Pérez Santiago se apoyó
en el guitarrista Alex Otaola (ex Santa Sabina), la voz de la bella Ely Guerra,
el violinista Jeffrey Zeigler (del afamado Kronos Quartet), Shara Worden (de My
Brightest Diamond), Luca Ortega (bataco de San Pascualito Rey) y Dan Zlotnik
(de la bandota Los Dorados, que también han venido a Toluca a tocar).
El diseño del disco es muy
conceptual y atractivo. En la foto de la portada está una ventana en forma de
óvalo de un edificio colonial del Centro Histórico de la Ciudad de México y en
el suelo está pintada una paloma con las alas abiertas. Es en blanco y negro,
como parte del concepto de sus fotografías. La dirección de arte corrió a cargo
de Franz De Paula.
El disco fue producido por el
propio afamado tecladista argentino Camilo Froideval, quien ya ganó un Grammy Latino
en el 2010 por la producción del quinto disco de estudio de Ely Guerra titulado
Hombre invisible (2009). Con Mal’Akh
los círculos se cierran en algún momento como parte también de su concepto
musical y eso se refleja en el contenido artístico del disco. Los títulos no podrían
ser menos conceptuales, entre los que destacan “Solid”, “Lux”, “Esfúmame”, “Noveau”,
“Nacht”, “Diamanche”, “Salzburg” y “Todo mal”, entre otras.
No queda más que disfrutar de
esta nueva propuesta mexicana llamada Mal’Akh. ¡Hasta la próxima!
Twitter:
@fmorrina
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