Félix Morriña
Cuando escucho decir al cantante, compositor y
guitarrista de U2, Bono, que tomó las gafas de Lou Reed, los pantalones de Jim
Morrison, la casaca de Elvis Presley, con algo de su cabello para transformarse
en otro Bono Vox durante las grabaciones del disco Achtung Baby, no queda más que aplaudir ese cambio que no sólo fue
físico, sino musical en la historia del grupo irlandés hace casi 21 años y que
se aprecian en las escenas del documental de Davis Guggenheim titulado U2: From The Sky Down, el cual fue
proyectado al aire libre la noche del pasado miércoles 28 de marzo en el
Andador Constitución de Toluca, dentro de la séptima Gira de Documentales
Ambulante 2012 en la que se dieron cita cerca de 150 personas de todas las
edades.
El
documental del 2011 homenajea los 20 años de la salida al mercado del disco que
fue parteaguas en la vida sonora de U2, porque hasta entonces la banda liderada
por Bono y secundada por Larry Mullen Jr. en la batería, The Edge en la
guitarra y Adam Clayton en el bajo, había estado inmersa en la música
estadounidense, en específico el blues, el country, el rock, el folk y todo lo
que quedó grabado en el excelente álbum Rattle
And Hum, el cual plasma perfectamente todo en blanco y negro, referencia de
un antes y después en la vida del grupo.
Por supuesto que el documental
abarca también los primeros años de la banda, incluyendo su etapa post punk en
Irlanda, misma con la que salieron de su nación con el apoyo de su generación y
que después pagarían muy cara su transformación en la Unión Americana cuando
fueron de gira para promocionar el disco Joshua
Tree. Al volver de la gira por Estados Unidos, su pueblo les recriminaba la
transformación de banda seria radical a una banda netamente comercial.
Todos los que vivimos ese
proceso también nos sentimos traicionados cuando U2 dejó las camisolas y
sombreros pueblerinos, con algunos ropajes centroamericanos neo hippies con
música y letras contestatarias, para dar paso a un grupo con ropajes de moda
entrada la década de los años 90, pero pronto nos dimos cuenta de que se
trataba de morir o transformarse. En el documental Bono cuenta cómo se dio ese
cambio extremo, desde el momento de que ya no encajaban con lo que estaban
haciendo y que sin perder su esencia, podrían cambiar y ofrecerles a los
seguidores una evolución.
Era el momento de dejar de
aventar pedradas a los demás para empezar a aventarlas a su propio tejado, como
Bono lo expresa en la película. Era el momento de arriesgarlos todo, de dejar
atrás la sobriedad, la seriedad, la grandilocuencia para empezar a divertirse,
a no tomarse demasiado serio todo; era el momento de degustar las mieles del
éxito logrado hasta entonces. También era el momento de experimentar con la
tecnología, era 1991 y la vida se empezaba a vivir de otra manera. Quedaban
atrás poco a poco las máquinas de escribir mecánicas para iniciarse en la
computación. El rock también debía adaptarse, renovarse, aceptar el cambio y U2
lo hizo a través del Achtung Baby.
El filme de 90 minutos nos
muestra desde las entrañas la vida del grupo, sus sentimientos encontrados, sus
broncas, sus rompimientos, sus intereses y los momentos en los que estuvieron a
punto de tirar la toalla, pero que fueron lo suficientemente capaces de entenderse
y hacer mancuerna con los productores y músicos Daniel Lanois, Brian Eno,
Flood, Steve Lillywhite y el manager Paul McGuiness, para dar el paso decisivo
que los mantiene ahora en la cima del éxito del rock internacional.
Hace casi 15 días, en este
espacio periodístico publiqué precisamente una columna sobre la edición de lujo
del disco en cuestión, por lo que pueden consultarla en el blog que aparece al
final del texto, mientras queda estimularlos a escuchar con otros oídos el Achtung Baby, como la demás discografía
del grupo, como también deberán conseguir el documental de Davis Guggenheim U2: From The Sky Down en el Tianguis
Cultural del Chopo en el puesto del maestro conocedor del séptimo arte, Juan
Heladio Ríos Ortega.
Pasando al siguiente tema, les
puedo decir que sentí un hoyo grandísimo entre el estómago y el corazón cuando
leí la nota sobre la muerte de la cantante de soul, jazz y rhythm and blues
Etta James. La escribió mi colega y amigo Xavier Quirarte en la sección de
Cultura de Milenio Diario, la mañana del sábado 21 de enero. Ella murió de
leucemia el día anterior a la edad de 73 años, luego de que fuera ingresada al
hospital Riverside Community de California, el 23 de diciembre del 2011. Desde
entonces no se recuperó.
Recuerdo que me hice el tonto
con la botella de Garañona que guardaba celosamente entre las revueltas cosas de
mi nueva casa para mejor ocasión, pero no soporté guardar silencios por la
intérprete de “At Last”, “Tell Mama”, “I Just Want To Make Love To You”, “W.O.M.A.N.”,
“I’D Rather Go Blind”, “If I Can Leave Your Hat On” y “A Sunday Kind Of Love”,
entre otros tantos éxitos que nos dio a lo largo de su trayectoria, que tuve
que chutármela. Sí ya sé que ella no merecía una botella de ese licor, pero no
había para más.
No me sentí mal, porque recordé
que a Etta James le gustaba la bronca sentimental e interpersonal, así como de los
excesos al por mayor, al grado de que se metía heroína como si fuesen dulces
para niños castigados. Recuerdo que me quedé dormido por el exceso etílico en
la entonces desacomodada sala de mi nuevo hogar, hasta que me dije que
adquiriría un disco reciente sobre ella. El día llegó el pasado fin de semana,
cuando adquirí en el Tianguis Cultural del Chopo At Last. The Best Of Etta James, que si bien no es la mejor obra de
ella, sí contiene 25 de los más conocidos temas de la nacida un 25 de enero de
1938 en Los Ángeles, California.
Pocos son los discos de éxitos
que me agradan, éste es uno de ellos, porque si bien muchos no sabes de ella y
tienen curiosidad, este material les ayudará o por lo menos podrán iniciarse en
el soul-blues-R&B por el buen camino. Se los recomiendo ampliamente, como
también la nota de mi amigo y colega Xavier Quirarte. ¡Salud!
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