Félix Morriña
¿Se imagina
usted ver juntos entre los 20 y 23 años de edad a Caetano Veloso, Chico
Buarque, Edu Lobo, Gilberto Gil, Roberto Carlos y Sergio Ricardo, entre otras
grandísimas figuras de la música popular brasileña en un programa de
televisión? ¿Creen que no fue posible esa reunión? Señoras y señores, todos
estos monstruos de la música en idioma portugués estuvieron juntos en el Tercer
Festival de la Música Popular
Brasileña de 1967, que transmitió la cadena televisiva más importante de esa
nación que no sólo ha dado el juego bonito y maravilloso del fútbol.
Incluyendo a este interlocutor, la
media docena de espectadores que se dio cita la noche del pasado lunes 26 de
marzo en la Gira
de Documentales Ambulante en Cinépolis Galerías Metepec, quedamos anonadados
por el blanco y negro del documental de los Terra y Calil, en el que vimos cómo
se desarrollaba un festival musical con todos sus bemoles, desde simpatizantes
de los concursantes, hasta los que habían sido pagados para abuchear a los que
consideraban un estorbo o pocas ganancias. La mafia de los espectáculos al rojo
vivo en directo. Los promotores, periodistas musicales, jueces y demás
parafernalia quedan al descubierto, como también las situaciones políticas que
existían en la época, como el hecho de que era mal visto por los nacionalistas
brasileños que sus artistas emplearan instrumentos de corte sajón, como era la
guitarra eléctrica.
Eran tiempos de efervescencia nacionalista,
pero como grandes artistas persuadieron a su público, a su raza, su visión del
mundo, mismo que compaginaba con los precursores del cambio en la década de los
años 70. Sin duda, uno de las más grandes propuestas de ese cambio lo gestó el
maestrazo Gilberto Gil, que años más tarde se llamó Tropicalismo, que sumaba la
bossa nova, con muchos otros sonidos nacionales con los sonidos del resto del
mundo. La cultura brasileña no volvió a ser la misma para el resto del mundo. ¡Qué
felicidad! ¡Qué alegría! ¡Qué documental! Ha sido la mejor inversión de tiempo
que he hecho en muchos años. Este documental me regresó a las salas de cine. No
deben dejar de verlo dentro de esta Gira de Documentales Ambulante. Dura 85
minutos y es una producción del 2010 con una historia nacida en 1967.
Pasando a la siguiente recomendación fílmica de
esta semana, puedo decirles que deben ver lo más pronto posible y en toda su
magnitud al maestro John Malkovich desempeñando el papel de un famoso
mentalista estadounidense que viene de actuar en pequeños foros de medianas
ciudades a ser una estrella de la televisión en la película El gran Buck Howard. Esta película
dirigida por Sean McGinly, estrenada en el 2008, es una comedia ácida (para
nada de risa fácil) en el que nos muestran todos los altibajos que viven las
estrellas que entretienen a grandes audiencias con trucos y efectos de magia,
como también nos presenta alternativas de sobrevivencia en un mundo en el que
cada vez es más difícil hacer reír y entretener.
Ver a Malkovich en este extraordinario papel,
nos indica que desarrollar un rol de comedia, con altas dosis de humor negro,
competencia desleal y ego desmedido no es cosa fácil. Los que tengan
oportunidad de conseguir en DVD este filme que acaba de salir al mercado en
este formato, tendrán la posibilidad de apreciar el trabajo detrás bambalinas
de los histriones de la magia y los trucos visuales, esos que cada vez son
menos apreciados porque han sido sustituidos por la tecnología. Seguro llegará
el momento en que se hagan encuentros anuales de representantes de la magia por
todo el mundo, justo cuando sea imposible reír, llorar o simplemente
sorprenderse.
De sólo recordar que luego de más de cinco mil
ocasiones de encontrar su dinero entre el público como parte de su espectáculo
principal, Howard no logra localizarlo en una función en la que se entera que
dicho dinero sería entregado para una causa benéfica, a uno le da por pensar
que lo hizo a propósito, mientras que los actores piensan que ha llegado el
momento del retiro. Y así fue, ahí la vida de Buck cambia radicalmente en la
historia fílmica.
Si a eso le agregamos que actúa Colin Hanks (el
hijo mayor de Tom Hanks, en el papel de Troy Gable, el asistente de Buck Howard
y eje narrativo de la película), Tom Hanks (como el papá de Troy), Steve Zahn
(como el promotor de espectáculos Kenny), la guapa Emily Blunt (en el papel de
la amante de Troy y enlace con los medios) y Adam Scott (como Alan Berkman), el
espectador saldrá ganando sonrisas desde casa, porque es una cinta que disfrutará
cualquier día después de una jornada laboral pesada.
Cualquiera de estas dos películas le dejará un
grato sabor de boca. Consígalas a como dé lugar. Hasta pronto.
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