miércoles, 26 de octubre de 2011

"Morabeza", la sublime expresión del alma de María de Barros en Valle de Bravo


Félix Morriña



Por segunda ocasión en México, la cantante caboverdiana María de Barros presentará en el Festival de las Almas de Valle de Bravo, el contenido de su reciente producción Morabeza el próximo lunes 31 de octubre a partir de las 19:30 horas en el escenario principal del turístico municipio. Luego de su exitosa presentación en la vigésima edición del Festival Internacional Quimera de Metepec, el pasado viernes 21 del mes con la luna más bella del año, la exuberante intérprete africana seducirá al exigente público vallesano con piezas como “Nos Paraiso”, “Mundo Malvado”, “Funana Ca Tem Frontera”, “Fragilamor”, “Reggadera” y “Cabinda A Cunene” del álbum en cuestión, además de temas incluidos en sus discos Danca Ma Mi y  Nha Mundo.

La primera vez que se hizo presente en tierras mexiquenses, María de Barros fue invitada por el entonces alcalde de extracción petista, Óscar González Yáñez, y lo hizo en la escalinata del Calvario de Metepec. En aquella ocasión, este interlocutor registró tanto la entrevista como la posterior reseña y pudimos constatar que si no es la continuadora del trabajo creativo de su paisana senegalesa, la cantante de Cabo Verde, Cesaria Evora, es una de las más grandes voces contemporáneas del Continente negro.

El material de Morabeza (que significa una simple y sublime expresión del alma de los pobladores de Cabo Verde, Senegal, quienes son reconocidos por la hospitalidad que brindan a sus amigos y visitantes) contiene 11 canciones que dan continuidad al disco que vino a presentar hace cuatro años a Metepec, Danca Ma Mi, el cual cautivó al público metepequense, tal y como lo volvió hacer en esta gira, en la que contó con el apoyo de la alcade priísta Ana Lilia Herrera Anzaldo y que registraron cabalmente los fotógrafos acreditados.

Con motivo de esta gira, entrevistamos a esta talentosa, exquisita y exuberante belleza africana.

--¿Por qué tardar tanto tiempo en la grabación de un disco a otro, cuando muchos artistas lo hacen uno por año para poder promocionarlo y darlo a conocer en giras? ¿Será porque no tienes presiones de tu disquera y te das la libertad de elaborarlo bajo tu propio proceso creativo?

--Porque me gusta tomarme el tiempo suficiente para escoger la música y las letras que incluiré en los discos. Para mí es muy importante pensar en el mensaje que estoy enviando a la gente, por lo que debo sentirlo cada vez que canto esa canción. No me atrevería a interpretar el contenido de mis discos de manera automática, sin sentimiento, sin razón. Respeto mucho a todos aquellos que pueden cantar con el mismo sentimiento todos los días dentro de una gira. Yo debo darme el tiempo suficiente para grabar y hacer giras. Afortunadamente, dos de los productores que trabajan en mis discos son parte de mi banda. Somos muy unidos y durante las giras nos damos a la tarea de planear el contenido del próximo material discográfico.

--Durante el concierto del viernes 21 de octubre en la plaza Juárez de Metepec, dentro de la vigésima edición del Festival Internacional Quimera, me di cuenta de que faltaba algo en la producción musical, el teclado no estaba al 100 por ciento. De hecho en la grabación de Morabeza y tus otros discos, no hay teclados. ¿A qué se debe?

--La forma en que hacemos la música en vivo no siempre refleja lo que está grabado, precisamente porque somos mucho más orgánicos y superamos lo que está en el disco. Algunas veces hay fallas y la gente siente que falta algo, sin embargo, durante este recital fuimos aumentando el furor en la ejecución musical, porque no entramos directamente al jam session y fuimos poco a poco persuadiendo al público para que llegara a entusiasmarse. Eso se notó durante el concierto. El clima también tiene participación, el frío de Metepec fue superado conforme pasaban las canciones y la gente al final salió satisfecha. Ojalá que en Valle de Bravo, (el próximo lunes 31 de octubre, dentro del Festival de las Almas) nos vaya aún mejor.

            Por otro lado, en mis discos nunca tengo teclados, pero los uso en vivo porque sustituye a otros músicos que no puedo llevar en la gira porque nos resultaría muy cara la producción. En las grabaciones encontrarás violines o una pequeña orquesta o secciones de vientos, trompetas específicamente, que no podría llevar por todo el mundo, por eso los teclados. Si de pronto no se llega a escuchar tan fidedignamente, es por eso, pero nos entregamos por completo en cada concierto, cada noche.

--Cabo Verde, en específico Senegal, no escapa de la problemática socioeconómica y cultural de lo que sucede en el Continente Africano. ¿Cómo sobrellevas esta situación en tu entorno musical? ¿Sientes que tu música ayuda a amortiguar esa decadencia? ¿Tu música es un bálsamo para calmar toda esa grave problemática?

--Me da mucha tristeza lo que está pasando con los países del Continente Africano. De suerte que Senegal es una nación democrática, es un país muy humano, al grado de ser considerado la Cuba de África, porque el gobierno hace muy buen trabajo político, económico y social. Claro, también hay problemas como en todos lado, pero afortunadamente hemos podido sobresalir y apoyar a las naciones que nos piden ayuda. Me gustaría apoyar a nuestros hermanos del resto del Continente, quizá en algún momento me sume a las causas de instituciones internacionales como la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para resolver algunos conflictos. Mientras me gusta mucho la idea de ser un bálsamo para todos aquellos que se sienten afligidos.

            No queda más que invitar a nuestros lectores a que asistan al concierto de María de Barros en el turístico municipio mexiquense de Valle de Bravo. Allá no vemos.




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