Félix
Morriña
A
sus 67 años Diana Ernestine Earle Ross, mejor conocida como Diana Ross, sigue
dando de qué hablar pese a que su último disco en estudio I Love You salió al mercado en el 2006. Siempre dentro de los
cánones musicales light de buen gusto
que marcan el estándar o crossover
(que van de las fusiones del pop, soul, funk y jazz). Su vida también ha sido
de esa manera, sin sobresaltos y marcando el sueño americano. Ella representa
el buen vivir para muchos sajones, en especial a los miembros ricos de raza
negra.
Queda claro que sus inicios con The Supremes a los
15 años de edad no fueron tan fáciles como mucho suponen, pero ella supo
sobrevivir a todos los embates, al grado de convertirse en una mujer exitosa a
nivel internacional, salvo ese caótico episodio de inicio del Siglo XXI cuando
intentó revivir a The Supremes con una gira titulada Return To Love, donde sus anteriores compañeras Mary Wilson y Cindy
Birdsong le dieron la espalda cuando se enteraron que Diana Ross ganaría la
ostentosa cantidad de 15 millones de dólares, mientras que ellas ganarían entre
uno y dos millones de dólares, respectivamente.
Pese a ello, Diana se encaprichó y salió de gira con
Lynda Laurence y Scherrie Payne, sustituyendo a las integrantes originales, lo
cual enfureció a la audiencia, al grado de que sólo vendieran pocas entradas
para nueve presentaciones en diversas ciudades de la Unión Americana. Después
de ese pasaje Diana se dedicó a producir, actuar y hacer escasas presentaciones.
Por esa etapa salieron al mercado los discos Blue (2006) y el mencionado I
Love You del mismo año. Antes de finalizar el siglo XX, Diana Ross grabó
algunos discos que no estuvieron editados en Estados Unidos, como A Very Special Season (1994), Voice Of Love (1996) y Gift Of Love (1997, sólo editado en
Japón) y algunos exclusivamente para los gringos, como Making Spirit Bright (…), luego llegó el silencio.
El motivo por el cual abordamos en esta columna a
Diana Ross es porque acaba de salir Diana
Ross, The Greatest, el cual contiene en dos discos 44 temas (22 por cada
hostia plateada) que resume la historia musical de la cantante, actriz y
productora. Según los expertos en Diana Ross este álbum doble representa para
los seguidores de la intérprete de “Baby Love”, “Love Child”, “Come See About
Me”, “Stop! In The Name Of Love”, “Reflections”, “The Happening”, “You Can’t
Hurry Love”, “Where Did Our Love Go” y “You Keep Me Hangin’ On” (todas cantadas
con The Supremes, incluyendo “I’m Gonna Make You Love Me” que la cantó también
con The Temptations) un selecto y plausible recorrido que los sitúa en el
momento y lugares exactos de cuando fueron difundidas.
Esos expertos, con los cuales coincido, indican que
las nuevas generaciones interesadas en conocer el pasado musical del sonido
Motown y posteriormente del crossover
pueden acercarse a este álbum doble para enterarse, no necesariamente de manera
cronológica, cómo se hacía música durante los primeros años de la segunda mitad
del siglo XX. Además de la etapa Motown de Diana Ross, hay en este producto
duetos importantes dentro de la carrera exitosa, tanto de la artista en
cuestión, como de los acompañantes. Hablo en específico de Lionel Richie,
Michael Jackson, Marvin Gaye, Ray Charles y Rod Stewart, quienes obtuvieron
buenos dividendos y éxito en su momento.
Diana Ross con Lionel Richie
cantan “Endless Love”; con Michael Jackson interpreta “Ease On Down The Rod”;
con Marvin Gaye “Stop, Look, Listen (To Your Heart)” y “You Are Everithing”;
con Ray Charles “Big Bad Love” y con Rod Stewart “I’ve Got A Crush On You”. Hay
una canción en concierto en este álbum doble, se trata de “What A Wonderful
World” de junio de 1989 en el Wembley Arena de Londres, Inglaterra, la cual
muestra a una Diana Ross en plenitud de capacidades sonoras.
En resumen, este trabajo de recopilación de los
tantos que existen en torno a la figura de Diana Ross, oficiales o piratas,
permitirán a los arriesgados jóvenes veinteañeros que le escuchen a pensar que
es sumamente aburrido, pero habrá sin duda algunos que digan todo lo contrario
y aprecien la calidad vocal de soprano de Diana Ross. Los que de alguna manera
crecimos escuchándola, nos permite refrescar la memoria y tararear algunas
canciones que fueron parte nodal de nuestro acervo sonoro en las décadas de los
años 80 y parte de los 90. De antemano, es oportuno volverla a escuchar ahora
que murió una de las mejores cantantes de este género, Whitney Houston, para
que recordarnos que la calidad musical debe continuar.
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