martes, 21 de febrero de 2012

De Botellita de Jerez en Ocoyoacac a los boleros góticos de Salvador y Los Eones


Félix Morriña

Me invitaron y comisionaron a ir por ellos hasta Tlalpan, a lo cual acepté con mucho gusto. Acompañé a Juan Felipe La Cuba, uno de los promotores del concierto. Una vez estando con ellos, la cosa se transformó, porque el estrés que implica estar detrás de la organización de un concierto de Botellita de Jerez no es cualquier cosa, más si no hay las suficientes condiciones laborales. No hubo vehículo oficial, ni viáticos, mucho menos pago de horas extras para el personal que se la partió para atender a los artistas invitados al Carnaval de Ocoyoacac 2012, planeado y ejecutado por la administración que preside Joel Cerón Tovar.
Al final todo se resolvió, gracias a la camaradería. Los integrantes originales de Botellita de Jerez (el guitarrista Sergio Arau; el bajista Armando Vega-Gil y el baterista Paco Barrios El Mastuerzo, todos además compositores y cantantes) no hicieron tanta bronca por trasladar en taxis del Distrito Federal a Ocoyoacac sus instrumentos musicales. Se solidarizaron como buenos hermanos, colegas y artistas de gran valía. No se consiguió una camioneta para trasladar el equipo musical personal de cada uno de ellos, por lo que agradecemos a los taxistas contratados en la Tierra del Ocote y La Marquesa que no se mancharan con los costos y no abusaran de la confianza mostrada.
Sobre el trayecto, la policía detuvo en Observatorio la Guaca Guacarocker, una combi (¡sí, una combi en la que viajan los músicos!) rotulada con el sello de la veterana banda. De inmediato, El Mastuerzo hizo valer su papel de secretario y tesorero del grupo, dándole un autógrafo al oficial y partir a toda prisa antes de que se dieran cuenta de que no traía una placa. Los Botellos, realmente se arriesgaron a que metieran al corralón a su querida combi, pero El Mastuezo dijo: “Con tal de tocar para esa banda de Ocoyoacac, vamos carnal Morriña”. Y así fue.
En punto de las 20:30 Botellita de Jerez subió al escenario para tocar 10 rolas por espacio de hora y media, más encore. Los temas fueron exclusivamente del primer periodo (que partió en 1984), por lo que la raza ocoyoaquense, mayoritariamente joven, disfrutó de “Guacarock”, “1, 2, 3 probando”, “Guarda mi corazón”, “Adicto”, “Saca”, “¿Te gusta a ti ese son?”, “Oh Dennis”, “Charrock And Roll”, “El Guacarrock del Santo”, “El Guacarrock de La Malinche”, “El Tlálocman” y de encore “Alarma de tos”.
La raza se portó a la altura de las expectativas. La plaza de los Insurgentes se llenó, pese a la poca o nula difusión, porque las autoridades municipales prefirieron la discreción para no tener tumultos que no pudieran controlar. No dispusieron de baños públicos portátiles, haciendo su agosto los comercios establecidos, sin queja de nadie. El consumo etílico fue moderado y las atenciones del público para con Botellita de Jerez fueron fraternalmente mutuas. Autógrafos por doquier y fotos hasta con bebés.
Muchos seguidores de la capital del estado y conocedores de la importancia que significa Botellita de Jerez para la cultura musical de este país, se trasladaron como pudieron a la plaza central de Ocoyoacac para pasar una buena velada con esta agrupación que influenció y abrió camino para que existieran Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio y Café Tacuba para mencionar tan sólo a dos de los grandes.
Desde este espacio agradezco ser amigo de estos camaradas que apoyaron la realización del concierto con todas las limitaciones propias de un encuentro gratuito en un municipio donde antes no habían sido invitados y muchos dudaban que se realizara. También a los colegas de Radio Mexiquense, Milenio, Ocoyoacac Tv, Rockmanía, revista Ágora Mexiquense y esta casa editora, entre otros, que se dieron cita para estar con Botellita de Jerez. Nos vemos en el siguiente Guacarrock.
            Pasando a otro tema, llegó a mis manos el disco Relicario. Bolero gótico II de Salvador y Los Eones, el cual contiene 13 rolas, algunas nacidas como boleros, otras como rancheras, pero convertidas todas al metal gótico por esta agrupación, lo cual a muchos ortodoxos y conservadores sonoros les provocará gran molestia por la transformación que sufren los temas clásicos “Bodas negras” de Julio Jaramillo, “Mi querido viejo” de Piero, “Preso número 9” cantada desde Nelson Ned hasta Joan Baez, pasando por Los Tres Caballeros y Gerardo Reyes, pero compuesta por Roberto Cantoral.
El tema “Ella” de José Alfredo Jiménez puede que no provoque mayor bronca, porque el buen camarada Salvador Moreno la ha cantado desde hace mucho tiempo, desde la época de La Castañeda, junto a otro tema de Javier Solís, “El Loco”, por lo que muchos jóvenes que las escucharon primero con Chava y luego llegaron a los temas originales, las han asimilado sin prejuicios. En el caso de “Callejero” del argentino Alberto Cortez, puedo atreverme a decir es el mejor tema del disco, muy por encima del tema promocional de otro argentino, Piero, con “Mi viejo”.
Cuando uno escucha a Salvador Moreno meterle feeling a la letra “Era callejero por derechos propio;/ su filosofía de la libertad/ fue ganar la suya, sin atar a otros/ y sobre los otros no pasar jamás./ Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño/ que condicionara su razón de ser./ Libre como el viento era nuestro perro,/ nuestro y de la calle que lo vio nacer./ Era un callejero con el sol a cuestas,/ fiel a su destino y a su parecer;/ sin tener horario para hacer la siesta/ ni rendirle cuentas al amanecer./ Era nuestro perrooooo, era nuestro perroooo…”, no queda más que comprársela, aceptarla y hacerla suya, de uno, de todos.
Sin embargo, la propuesta del otrora líder y cantante de La Castañeda, Salvador Moreno; el seis cuerdas Víctor Manuel, el bajista Juan Kahos Rentería, el guitarrista Kuauhtli Rentería y el baterista y percusionista Herbey Morales, no se queda sólo en hacer su versión libre dentro del metal gótico de temas memorables, sino que también compusieron sus propios temas para redondear el producto terminado: “Deja Vu”, “De noche” y “La X perfecta”.
Cabe destacar que este disco secunda con mejores condiciones a su antecesor titulado Amormuerte, el cual será reeditado por la independiente Prodics. Cuando escuche “Con mis propias manos”, “Nuestro juramento”, “Creo”, “Simón el enterrador”, la nostalgia ranchera abolerada llegará de inmediato para invitarle unos tragos y de paso hurgará en su memoria para saber quién es el autor y quién fue su mejor intérprete. Lo invito a practicar ese ejercicio mental, teniendo como fondo el contenido de Relicario. Bolero gótico II de Salvador y Los Eones. Estamos en contacto.


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