Félix Morriña
Recién
me llegó un correo electrónico del promotor cultural Eduardo Fragoso Salomón
invitándome a la presentación del libro del doctor en Filosofía Héctor Zagal, Gente como uno, en la librería Gandhi de
Coyoacán el pasado viernes 2 de diciembre. Desafortunadamente no pude asistir
por razones laborales y porque tenía cita pactada con el poeta Pedro Salvador
Ale para charlar sobre su reciente viaje a su natal Córdoba, Argentina, en
donde habían operado a su progenitora. Luego de ese episodio, me doy a la tarea
de consultar sobre el contenido del libro y me llevo la grata sorpresa que es
una novela acorde a los tiempos sobre “gente decente”: Blancos refinados,
elegantes, religiosos, aristócratas, ricos y racistas que tienen injerencia en
la vida pública nacional.
Aún no leo el libro y ya estoy
interesado en entrevistar a Zagal, porque el correo es muy completo al señalar
que es una crítica mordaz a la alta sociedad mexicana. El autor desenmascara
sin misericordia los turbios entresijos del poder. En él se habla del exquisito
botín que significa manejar a su antojo el mercado político y cultura nacional.
Los sitúa en las residencias de Bosques de Las Lomas, Santa Fe y San Pedro de
los Pinos, en donde se delimita el futuro del país.
“Gente
como uno denuncia con sarcasmo y humor negro algunos secretos de esas
familias decentes: La vergonzante homosexualidad, la devoción a la Santa
Muerte, la siembra de favores políticos, la violencia intrafamiliar, la
decadencia de los linajes de abolengo, los tratos con obispos, la explotación
sexual. En Gente como uno se oyen los
ecos de Oscar Wilde (La importancia de
llamarse Ernesto), de Carlos Fuentes (Las
buenas conciencias), pero al final impera la parodia de Los Buddenbrook de Thomas Mann”, así los
comparte en el correo el buen Eduardo Fragoso Salomón, por lo que de entrada
invita de inmediato a leer el libro.
Sobre su libro Héctor Zagal dijo:
“¿Por qué escribí esta novela? El detonante fue un pequeño suceso. Visité a un
conocido en sus oficinas situadas en un edificio muy elegante del rumbo de
Santa Fe, en el DF. Me asomé desde la ventana para disfrutar de la maravillosa
vista del Valle de México. A los pies del edificio alcancé a entrever unas
casitas con bonitos techos rojos. ‘No sabía que aquí hubiera un pueblito con
casitas típicas’, comenté. Mi anfitrión me respondió con una sonrisa: ‘Son
casas de lámina, es una ciudad perdida, pero la administración del edificio les
pintó los techos de rojo para que no afearan la vista’”.
El académico de la UNAM, del ITAM,
de la Universidad Panamericana e integrante del Sistema Nacional de
Investigadores, agregó que según el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval) en el 2010, se registran 52 millones de
mexicanos viviendo en situación de pobreza, es decir, el 46.2 por ciento de la
población. El Coneval indica que la línea de bienestar es de dos mil 114 pesos
mensuales en áreas urbanas, y de mil 329 pesos en áreas rurales. El 52 por
ciento de los mexicanos viven con menos de eso. Un 20 por ciento no llega
siquiera a los 700 pesos mensuales.
“¿Qué haría con 700 pesos mensuales?
México es un país racista —añade Héctor Zagal—El 54 por ciento de los mexicanos
afirma que se insulta por el color de piel y un 20 por ciento de la población
no estaría dispuesto a vivir con personas de otra raza. Visitemos un
restaurante elegante y observemos la clientela y el personal que labora en él.
¿Dónde están los morenos? De meseros, claro.
“Hace
un par de meses, justo cuando la novela en la imprenta, entablé una charla
afable con un muchacho que repartía volantes afuera de la universidad donde
trabajo. Tras unos minutos, el chico se animó a preguntarme: ‘¿Por qué ustedes
los ricos miran con desprecio a los pobres?, yo sólo estoy haciendo mi trabajo.
¿Qué pretendo con mi novela? Pues, al menos, que al acabar de leerla, la gente
diga: ‘Yo no quiero ser así’”, de esta manera concluye el coautor de AMLO: Historia política y personal
(Random House, 2004), sobre su reciente novela, la cual debemos conseguir a la
brevedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario