Félix Morriña
Elegantísimo como siempre, pero ahora con un aire de feliz solemnidad creativa en uno de los más emblemáticos parques del mundo: Central Park. El famosísimo tenor italiano Andrea Bocelli (Toscana, 1958) vuelve al mercado discográfico con Andrea Bocelli. Concerto On The Night In Central Park, un producto lleno de sorpresas, porque en él hay duetos con figuras internacionales del pop y de la música clásica como los cantantes Tony Bennet y Celine Dion; el pianista David Foster, el trompetista Chris Botti, el flautista Andrea Griminelli y el violinista Nicola Benedetti, entre otros de igual importancia.
El disco se divide en dos actos, el primero aborda seis piezas pertenecientes a grandes óperas, como La Traviata, Rigoletto e Il Trovatore de Verdi; Giordano de Andrea Chénier, Les Pecheurs de Perles de Bizet y La Boheme de Puccini. La séptima pieza que incluye este primer acto (tercer track en el disco en cuestión) es un “Ave María” cantada en pleno corazón de Central Park con la complacencia de una exigente audiencia que atiborró los alrededores del escenario de The Great Lawn.
El segundo acto contiene nueve piezas de corte pop, en la que se da gusto para interpretar las canciones (algunas baladas italianas) que normalmente no están juntas en sus recitales: “Nel Blu, Dipinto Di Blu (Volare)”, “Funiculi Funicula”, “En Aranjuez con tu amor”, la sentidísima “Time To Say Goodbye (Con Te Partiro)”, “The Prayer” (a dueto con Celine Dion) y “New York, New York” (con el maestro Tony Bennett).
El disco cierra con “Nessun Dorma”, una pieza de la ópera Turandot de Puccini para no errar con el objetivo de este concierto celebrado el pasado 15 de septiembre de este año que está por concluir. ¿Imagínense celebrar un año más de la Independencia de México con un concierto de Bocelli en Nueva York? Muchos lo hubiéramos querido así, aunque no tacharan de malinchistas, pero no se preocupen porque no sucedió, ni se dará de nuevo, toda vez que este concierto y disco son un merecido homenaje de Andrea Bocelli a la “Ciudad Crisol del Mundo” y a la “Gran Manzana”.
El disco que está dedicado a la memoria del padre de Bocelli, Sandro, fue apoyado, al igual que los preparativos para que se llevara a cabo con rotundo éxito el concierto en Central Park, por nada más y nada menos que del alcalde (The Mayor Of The New York City) Michael Bloomberg, quien destacó las capacidades histriónicas del famoso tenor, quien lució dos trajes durante el concierto: uno color perlado con detalles en blanco y uno completamente oscuro de reconocido diseñador.
Como muchos saben y recordarán, Bocelli perdió la vista a la edad de 12 años tras un accidente de futbol que le produjo hemorragia cerebral y los antecedentes de glaucoma congénito que aceleraron el proceso. Previo a ese accidente, el tenor, compositor, productor musical y escritor estudió piano, flauta y saxofón, mismos que mejoró su ejecución con el paso del tiempo, para luego aprender a tocar la guitarra clásica, el trombón, el piano, arpa y percusiones.
Según el propio Bocelli, sus más grandes influencias dentro del bel canto son Enrico Caruso, Mario del Mónaco, Luciano Pavarotti y Franco Corelli, su apreciado maestro. Ha participado dentro de la ópera con Angela Gheorghiu, Anna Netrebko, Barbara Frittoli, Bryan Terfel, Cecilia Bartoli, Eva Mei, Ildebrando D’arcangelo, José Carreras, Luciano Pavarotti, Marisa Domashenko, Olga Borodina, Paoletta Marrocu, Plácido Domingo y Ana María Martínez. Con esta última soprano grabó para el disco Andrea Bocelli. Concerto On The Night In Central Park las piezas “Vicino A Te S’Acqueta” de Andrea Chénier y “Libiamo Ne’ Lieti Calici” de la ópera de Verdi, La Traviata.
Para este memorable concierto, que también se puede conseguir en video, Bocelli se apoyó en algunos momentos de la Filarmónica de Nueva York, bajo la dirección de Alan Gilbert y de la Westminster Symphonic Choir, cuya batuta está a cargo de Joe Miller. No queda más que seguir escuchando el contenido de este brillante disco, el cual fue escuchado en vivo por más de 60 mil personas en Central Park un 15 de septiembre de 2011, mientras un “servibar y amigo” bebía un tequila doble y sin fondo al lado de la alcaldesa de Metepec, Ana Lilia Herrera Anzaldo. ¡Por Dios!, ¿por qué no me largué a Nueva York?
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