Félix Morriña
Corría
el año de 1998 cuando el Cine Ópera de la capital mexicana albergaba por vez
primera a la legendaria agrupación británica Bauhaus. ¡No lo podíamos creer
Yaya, en serio! Se nos estaba cumpliendo, a mi banda Los Malhechos en ese
septiembre, un añorado sueño para todos aquellos que crecimos con los álbumes
“In The Flat Field” (1980), el maravilloso y contundente “Mask” (1981), “The
Sky’s Gone Out” (1982) y “Burning From The Inside” (1983). Aparte los
compilatorios que tanto nos costaba adquirir en el Tianguis Cultural del Chopo
los sábados, entre ellos, “Swing The Heartache: The BBC Sessions” (1989) y
“Crackle-The Best Of Bauhuas” (1998). Es más, todavía los conservo en casete en
versión pirata, es decir, con una copia en grises de la portada original. ¡Fue
una noche inolvidable! ¡Memorable!
Yaya, éramos unos veinteañeros que
vestíamos todo el tiempo de negro porque nos creíamos góticos, punks y darkies.
Nos pintábamos, que no maquillábamos, los párpados, las pestañas, la boca, las
uñas, ¡ufff!, así nos veríamos que la gente se abría, se bajaba de la banqueta
porque a finales de los años 90, la gente se seguía comportando ajena a los
movimientos socioculturales latentes en el orbe. Fue una forma de persuadir y
convencer a la gente de que no éramos putos, gays, seres del tercer sexo, locas
y demás adjetivos calificativos propios de la época. No éramos raritos, ni
ambiguos pero parecíamos. ¿O sí?
El concierto ha quedado registrado en la
memoria colectiva, en los presentes que saturamos y provocamos que fuera el
último concierto a efectuarse en el gigantesco cine de la colonia San Rafael,
porque casi se nos caía encima por tanto brinco y tanta euforia; así como
también quedó editado en los medios de comunicación masiva nacionales; pero nos
hubiese gustado ver al cantante Peter Murphy, al guitarrista, saxofonista y
corista Daniel Ash; al baterista Kevin Haskins y al bajista David Jay, durante
la gira del emblemático disco “Mask” para cantar con todo lo que hay dentro de
jóvenes depresivos, inadaptados y desilusionados por la situación prevaleciente
en la nación mexica, tal y como lo decía constantemente Adán Atayde, mi
compañero de batalla en ese encuentro con la historia.
Imagínate Yaya a este interlocutor y
compañía berrear a los cuatro vientos en el Teatro Metropólitan, el próximo
jueves 8 de agosto, un día después de haber caído al mundo tu diminuto ser
celestial, ‘The Passion Of Lovers’, ‘Hollow Hills’, ‘Kick In The Eye’, ‘In Fear
Of Fear’, ‘Mask’, ‘Stigmata Martyr’, ‘A God In An Alcove’, ‘She’s In Parties’,
‘Who Killed Mr. Moonlight’, ‘Lagartija Nick’, ‘Sanity Assassin’, el genial
cover ‘Ziggy Stardust’ del Delgado Duque Blanco David Bowie; ‘In The Night’,
‘Terror Couple Kill Colonel’ y por supuesto ‘Bela Lugosi’s Dead’ y ‘Crowds’,
justo cuando Peter Murphy celebre, sin sus compañeros de viaje por sus
diferencias existenciales, 35 años de Bauhaus.
¡Yaya, debemos festejar tu renacimiento
durante el concierto en el recinto de Independencia 90, de mi enigmático Centro
Histórico de la Ciudad de México! Esa noche te recordaré los detalles de lo que
pasó la velada del 30 de noviembre del 2005, cuando Bauhaus se presentó por
segunda ocasión en México. Esta vez lo hizo en el Palacio de los Deportes. Esa
noche Los Malhechos y este “servibar y amigo” bailamos frenéticamente hasta
caer pasmados y en trance epiléptico, tal y como lo hacía Ian Curtis de Joy
Division en sus recitales. Esa noche dediqué cada una de las rolas a mi
primogénita que estaba a horas de nacer y sentía el apoyo de Nanni para no
saturarme de sentimientos encontrados. Para el 2 de diciembre, Bauhaus seguía
sonando en el altavoz, mientras Nina anunciaba su nacimiento para pasadas las
20 horas. ¡Fue delirante recibirla con la música de Bauhaus sonando aún en mi
cabeza!
Por otro lado, debo confesarte Yaya que
en una ocasión con las extremas crisis existenciales propias de un enfermizo
ser como yo, decidí matarme teniendo como fondo la sentidísima rola ‘Crowds’.
La desolación con la que la canta a piano Peter Murphy me hizo pedirle la mano
de la Soledad a la muerte. Me la dio tendiéndome una sutil trampa para que no
me dejara llevar por el whisky, el valium y la cocaína en dosis mortales. Desde
entonces sigo viviendo un sueño vertido pesadilla por momentos, y en muchas
ocasiones una dulce tragicomedia mexicana, tan surrealista como un ensueño del
que nunca he despertado. Recuerdo entonces estar en la sala de la casa de mis
progenitores con el altavoz a todo lo que da, cantando con vehemencia:
“What do you want of me/ What do you long from me/ A Slim Pixie, thin
and forlorn/ A count, white and drawn/ What do you make of me/ What can you
take from me/ Pallid landscapes off my frown/ Let me rip you up and down./ For
you I came to forsake/ Lay wide despise and hate/ I sing of you in my demented
songs/ For you and your stimulations/ Take what you can of me/ rip what you can
off me/ And this I’ll say to you/ And hope that it gets through./ You worthless bitch/ You fickle shit/ You
would spit on me/ You would make me spit/ And when the Judas hour arrives/ And
like the Jesus Jew you epitomize/ I’ll still be here as strong as you/ And I’ll
walk away in spite of you/… And I’ll walk away/ Walk away… Walk away (repeat)”.
“¿Qué
quieres de mí?/ Lo que haces lejos de mi/ Un duendecillo delgado y triste/ Un
recuento, blanco y dibujado/ ¿Qué piensa usted de mí?/ ¿Qué puede tener de mí?/
Paisajes pálidos de mi ceño/ Permítame que copie arriba y hacia abajo./ Para
que llegue a abandonar/ Coloqué todo el desprecio y el odio/ Yo canto mis
canciones con demencia/ Para usted y sus estímulos/ Tome lo que usted pueda de
mí/ Lo que de mí se pueda/ Y esto que voy a decir a usted/ Y esperamos qué se
consigue a través de…/ Eres una puta sin valor/ Mierda voluble/ Se le escupen
en mi/ Usted me hace escupir/ Y cuando el aullido de Judas surge…/ Y al igual
que los judíos que personifican a Jesús/ Yo todavía estaré aquí tan fuerte
como…/ Y voy a pie, a pesar de que…/ Y caminaré lejos/ Lejos… lejos (se
repite)”.
Yaya, para fortuna de mis seres queridos
y amados, sigo aquí al igual que los integrantes de Bauhaus, salvo que ellos ya
no se llevan bien y sólo se reunieron para hacer una pequeña gira para el
último disco del grupo, el excelso “Go Away White” (2008), el cual salió 25
años de distancia del anterior “Burning From The Inside” (1983). Cabe recordar
que el resto de los integrantes de Bauhaus formaron en su momento Love and
Rockets, una banda chingonérrima que también pisó suelo mexicano y lo hicieron
en el mencionado Cine Ópera, si las neuronas no me traicionan.
Por eso y más Yaya, no podemos faltar a
la cita con Peter Murphy cantando las rolas de su banda base Bauhaus. Esa noche
podrás descubrir el lado oscuro de la Morriña y la felicidad que proporciona la
longevidad musical de un grupo que me acompaña todas las noches en mis
pesadillas y paseos dantescos en épocas de rehabilitación etílica. Bauhaus me
salva, Peter Murphy es mi sagrado amuleto musical ¡Salud Dios Baco!
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