jueves, 28 de febrero de 2013

Conciertos de fin de semana para todos los gustos

Félix Morriña
La legendaria banda Chicago está de nueva cuenta en nuestro país para deleite de los amantes de las grandes bandas de metales dentro del art rock y el jazz. Ofrecerá tres conciertos en el país y el principal será este viernes 1 de marzo en la Arena Ciudad de México, ubicada en la delegación Azcapotzalco a partir de las 20 horas. Para esta visita a nuestro país, la banda contará con una producción espectacular, según informaron los organizadores y promotores. La agrupación está actualmente integrada por Robert Lamm, James Pankow, Lee Loughnane, Walter Parazaider, Jason Scheff, Tris Imboden, Keith Howland y Lou Pardini.
            El actual cantante es Jason Scheff, quien tiene un toque muy parecido al que poseía Peter Cetera en los años mozos de la big band rockera. Si bien no traen un disco nuevo bajo el brazo, Chicago interpretará un selecto set que recorrerá su larga historia que inició en 1967 en la llamada “Ciudad de los vientos”. El reciente disco se titula “Chicago XXXIV: Live in ‘75” sacado nuevamente al mercado en el 2011.
            Para los amantes de la música afrocaribeña, seguro les gustará asistir este mismo viernes 1 de marzo a El Plaza Condesa para ver y escuchar de las virtudes de La Sonora Ponceña, como parte de la serie “Latidos del mundo” que programa la promotora cultural Cristina King en ese foro, otrora cine de la colonia Condesa de la capital del país. Como muchos sabrán, La Sonora Ponceña grabó un disco a finales de los años 70 con la legendaria Celia Cruz, titulado “La ceiba”. Para ir calentando los motores, les recomiendo escuchen por todos los medios posibles ‘Ramona’, ‘Fuego en la 23’, ‘Bomba carambomba’, ‘Boranda’, ‘Como te quise yo’, ‘Piano salsero’, ‘Si alguna vez’, ‘Sigo pensando en ti’, ‘Sola vaya’ y ‘Te vas de mi’. La cita es a las 22 horas.
Por su parte, el cantautor Yahir Durán presentará su libro de narraciones “Amar adentro” en la cafetería Vitrola de Ediciones Pentagrama (esquina Córdoba y Coahuila, colonia Roma). Comentará el libro el connotado poeta Eduardo Langagne. La cita es a las 19:30 horas. Luego de la presentación, Yahir Durán ofrecerá un pequeño recital. Donativo, 80 pesos.
El sábado 2 de marzo, en la Arena Ciudad de México se llevará a cabo el Festival Viva la Salsa con la presencia de Víctor Manuel, Jerry Rivera, Maelo Ruiz, Toby Love, Nora de la famosa Orquesta de la Luz y la Sonora Carruseles. Un encuentro que no deben perderse los amantes del latin jazz comercial. Los precios van de los 300 a los mil 200 pesos.
La noche del domingo 3 de marzo, la banda dark gótica Clan Of Xymox presentará el contenido de su reciente álbum “Kindred Spirits” en El Plaza Condesa a partir de las 20 horas. En este disco rinden pleitesía a sus bandas influencia con covers de Depeche Mode, David Bowie, Siouxie and The Banshees, New Order y The Cure. Para los fieles amantes de estas agrupaciones, les podemos adelantar que se tratará de un concierto a la altura de las expectativas creadas. No queda más que decir: ¡Disfrútenlos y cuídense! Por allá nos vemos.

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martes, 26 de febrero de 2013

“Goitia, un Dios para sí mismo”, filme sobre la vida sui generis del artista plástico mexicano


Félix Morriña
En la entrevista al excelente actor José Carlos Ruiz, incluida en el material extra del DVD sobre el filme “Goitia, un Dios para sí mismo” (1989) del director Diego López Rivera, el histrión señaló que fue todo un reto personificar al pintor zacatecano nacido en 1882 y fallecido en la capital del país en 1960, porque no había absolutamente nada claro sobre la vida personal del artista plástico. No había registro fidedigno que sirviera para el guión.
En aquella época José Carlos Ruiz dejó un proyecto en Veracruz con el cineasta Felipe Cazals para regresar a la ciudad capital y verse con el entonces desconocido director Diego López Rivera, quien lo convence para que ayudara a concretar el guión basado en la novela del pintor, porque hasta su llegada sólo había bosquejos e ideas sueltas, pero no un guión. El experimentado actor mencionó que fue a todos los sitios donde vivió Goitia para saber más de él y siempre se encontraba con la misma respuesta: “Era muy buena gente”. Desesperado, persuadió a cuanto personaje trató con el hermético artista, sin lograr nada, hasta que decidió transgredir los espacios prohibidos y hablar en sentido figurado con Goitia hasta lograr lo que se ve en la pantalla.
Una vez investigado lo suficiente, José Carlos Ruiz y el cineasta Diego López Rivera llamaron a Raúl Zermeño, Jorge González de León, Enrique Vargas y al hoy famoso poeta Javier Sicilia para que delimitaran el contenido del guión y el resultado es una obra digna que todo cinéfilo debe poseer en su filmografía particular, porque se trata de la historia de uno de los pintores mexicanos más reaccios a pertenecer a una corriente estética y un reaccionario del pensamiento cultural burocrático.
Como muchos saben, Francisco Goitia está situado entre los grandes precursores del Movimiento del Arte Contemporáneo Mexicano, pero nunca se sintió identificado con sus compañeros de generación, entre ellos, los muralistas David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Rufino Tamaño y Carlos Mérida. Gran parte de la vida creativa de Francisco Goitia la hizo aislado de las congratuladas tribus pictóricas de su época, dedicándose al dibujo y pintura de las comunidades indígenas del sureste mexicano, principalmente de Oaxaca, porque tenía la firme convicción de estar integrando a éstos al contexto sociocultural nacional, sin lograrlo por completo, porque la idiosincrasia de los nativos mexicanos veían a los mestizos como extraños.
Por otro lado, Goitia vivía muy atormentado y confundido de 1912 a 1940, porque su formación académica en la Academia de San Carlos y su aprendizaje en Barcelona, España; más el conflicto emocional que le generó los arbitrarios resultados de la Revolución Mexicana y sus enreverados sentimientos religiosos, provocaron que se afianzara su hermética y ermitaña personalidad, al grado de que muchos pensaran que encondía su homosexualidad, pero nunca se le confirmó. Lo cierto es que no se le conoció una mujer, ni tuvo hijos. Los expertos indican que Goitia tenía un profundo sentimiento religioso, al grado de ver al sexo como un pecado, por lo que decidió vivir como indican las sagradas escrituras, provocándole mayor confusión hasta el final de sus días.
En la película de Diego López Rivera se abordan los últimos años de vida de Goitia, sin dejar de lado un selecto recorrido por las vivencias más importantes del pintor hasta llegar a la pintura que siempre le faltó: Un autorretrato, que por cierto quedó inconcluso. Lo más atractivo del filme de 110 minutos es que no tiene una narración cronológica, cuenta con un reparto envidiable (José Carlos Ruiz, Patricia Reyes Spíndola, Alejandro Parodi, Ana Ofelia Murguía, Angélica Aragón, Alonso Echánove, Fernando Balzaretti, Martha Navarro, Ignacio Honorato Magaloni y Aurora Clavel), una muy buena fotografía por parte de Arturo de la Rosa y Jorge Suárez y la dirección de arte de Marisa Pecanins.
Antes de concluir esta columna, debo hacer un reconocimiento especial a la música original de Amparo Rubín, que logra dar los ambientes idóneos en los momentos más inestables de la trama sobre la vida y obra de Goitia. Esta película obtuvo el premio Catalina de Oro a la Mejor Fotografía en el Festival de Cine de Cartagena, Colombia, en 1990; así como el Ariel al Mejor Actor (José Carlos Ruiz); Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Argumento Original, Mejor Ambientación, Mejor Fotografía y Mejor Música.
Ojalá que después de esta lista de premios, logre persuadirlo para que usted estimado lector consiga este DVD ampliamente recomendable por parte de este interlocutor. ¡Hasta la próxima!

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miércoles, 20 de febrero de 2013

La inolvidable noche de Nick Cave and The Bad Seeds en el Plaza Condesa



Félix Morriña

For ¡Yaya!, for ¡Yaya!, because
‘God Is In The House’ and
‘Into My Arms’


Esperamos casi tres décadas estimado Nick Cave, 30 años de desolada espera cual Penélope a su Ulises, pero no importó si al final del túnel apareció tu intensa luz acompañada de tus “Malas Semillas”, esas que germinaron en el cuerpo y espíritu de tus más de mil asistentes al primero de dos conciertos en esta primera visita a México. Sé que se quedaron algunos miles más del interior del país que no pudieron trasladarse al Plaza Condesa para ver tu poderío en vivo y en directo. Aún conservas esa potente voz, aunque por momentos queríamos escuchar igual los desgarrados alaridos en algunos coros como en tus discos, o como en tus videos, donde nos provocas vivir intensamente cada vez que los vemos de nuevo en el rincón de la casa, donde muchas veces somos libres.
            Aún recuerdo Nick Cave cuando en un Cervantino adquirí un casete tuyo con un elegante “booklet” de cartón duro donde venían las letras de las canciones de tu memorable “Henry’s Dream” (1992), uno de tus discos más frescos del primer lustro de esa década, parteaguas en cuanto a conciertos en México, pero que nunca pensábamos que algún día sería motivo de una gira por estas tierras. Ese casete terminó siendo parte de la colección de materiales discográficos del buen Enrique Monge, uno de los mexicanos que tuvo la oportunidad de verte en vivo en París, Francia, hace algunos ayeres, pero que esta vez se quedó varado y no pudo escuchar el contenido de tu hostia plateada “Push The Sky Away”, el “leit motiv” que te trajo a casa de la raza de bronce.
Prácticamente el 90 por ciento de los que arribaron al inmueble de la colonia Condesa, la noche del pasado lunes 18 de febrero, llegaron una hora antes a la cita con Nick Cave and The Bad Seeds. Todos sabían que el maestrísimo empezaría puntual (21 horas) su contundente recital de hora y media, porque los verdaderos seguidores tienen esa información en mente, salvo uno que otro despistado impuntual a la mexicana se perdió media hora del creador de temas nodales para la generación de los hoy cuarentones y más. No hay excusa y no vale que exijan más rolas al repertorio si no llegaron a tiempo.
            Sin embargo, del “set list” programado para el primero de dos conciertos en México en el Plaza Condesa, otrora cine popular, a Nick Cave le faltaron tres canciones (‘You Funeral My Trial’, la infaltable ‘Love Letter’ y ‘Midnight Man’). No las tocaron por razones de salud, según los promotores, porque algunos de los integrantes estaban resfriados y le había afectado la altura de la Ciudad de México. Independientemente de esta situación, el concierto estuvo tan intenso que nadie reclamó en público, ni lo hizo patente a través de las redes sociales.
Le bastaron a los fieles seguidores 90 minutos con casi una veintena de rolas para quedar satisfechos. Ya habían llorado en silencio cada uno de los sentidos temas (‘God Is In The House’, ‘Into My Arms’, ‘The Mercy Seat’ y ‘The Ship Song’), ya habían sacudido sus cuerpos en cada pertinente rola netamente rockera (‘Tupelo’, la inolvidable ‘Deanna’, ‘From Her To Eternity’, ‘Jack The Ripper’ y ‘Stagger Lee’), como las nuevas rolas del “Push The Sky Away”, las cuales por cierto el respetable se sabía al dedillo. No había ahí en el Plaza Condesa alguno que no supiese a qué había ido, es decir, a rendirle pleitesía a Nick Cave and The Bad Seeds.
            The Bad Seeds está conformada por el multiinstrumentista y compositor barbado Warren Ellis (toca con Nick Cave el violín, el piano y la guitarra y está en la agrupación desde 1993), el bajista Martyn P Casey (pertenece a las “Malas Semillas” desde 1991), el percusionista Thomas Wylder (está en la banda desde 1985), el percusionista Jim Sclavunos (forma parte desde 1996) y el pianista y tecladista Conway Savage (toca en la banda desde 1991). Cabe destacar que todos los Bad Seeds son australianos, salvo el suizo Thomas Wydler y el estadounidense Jim Sclavunos. En la banda hubo en algún tiempo alemanes (el excelso Blixa Bargeld y Roland Wolf) y los británicos Barry Adamson y James Johnston. Cabe destacar la potencia que aportó en su momento el guitarristas gringo Kid Congo Powers, pero eso fue entre 1986 y 1989.
            Del nuevo disco “Push The Sky Away”, Nick Cave tocó los temas ‘We No Who U R’, ‘Wide Lovely Eyes’, ‘Jubilee Street’, ‘Higgs Boson Blues’ y la que da título al nuevo material, con lo cual hizo un equilibrado concierto, mismo que permanecerá en la memoria colectiva de la clase media ilustrada de este país, ¿o debería decir de los adultos contemporáneos mexicanos? Para los que no saben mucho de este artista australiano que inició la banda en 1984, les puedo decir que Nick Cave acostumbra utilizar un juego de sombras con su silueta con la iluminación empleada para los conciertos, dando un aspecto teatral gótico muy característico de su idiosincrasia cultural. Sin duda, se trató de uno de los mejores conciertos que haya presenciado este interlocutor y por lo consultado por los demás colegas y amigos, también de los mil y tantos presentes.
            Aún no puedo morir en paz, porque falta que mis ojos alcancen a ver a Leonard Cohen y Tom Waits en este cada vez desesperanzador país. Si esperamos casi tres décadas para presenciar al lánguido australiano sobre un entarimado mexica, cuando ya habíamos perdido toda posibilidad y reclamamos a todo pulmón a Ocesa u otra empresa para que se arriesgara, esta vez sí que puedo imaginar a esos dos gigantes frente mío en años próximos. Seguro estoy que miles de mexicanos lo desean fervientemente. ¡Hasta la próxima!

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miércoles, 6 de febrero de 2013

Nina Galindo, la blusera de La Estanzuela para el mundo


 Félix Morriña

Era la oscura, fría y desértica noche del último martes del mes de enero del presente año cuando llegamos, mi pareja y yo, a La Estanzuela del Mineral del Chico, municipio vecino a Pachuca, Hidalgo, cuando nos recibió un tipazo llamado Jorge Cacho Hernández, representante y pareja sentimental de la cantante mexicana Nina Galindo (1 de junio de 1958), quien nos recibió en su casa en lo más alto de ese paraje que te permite aislarte de la cotidianidad y el bullicio. Llevan casi 10 años de vivir en ese lugar y el próximo 10 de marzo será su aniversario número 13 de estar en pareja y cerca de ocho de trabajar juntos en un proyecto de vida, hasta que ésta se acabe, o ellos acaben con ella. Lo que suceda primero.
         En esta entrega, les presentó una mínima parte de una larguísima entrevista con la intérprete de la mayoría de los compositores y cantantes del llamado Movimiento Rupestre, ése que en la segunda mitad de la década de los años 80 marcara un hito generacional en la forma de ver, aceptar y transformar el mundo del México posterior al terremoto de 1985. Hubo en la música mexicana un antes y un después de ese suceso que marcó a todos en esta nación.
         Esta entrevista saldrá publicada como parte del libro sobre el Movimiento Rupestre que se editará a mediados de este año. Aún no se sabe qué casa editora lo sacará al mercado, pero el coordinador es el promotor Jorge Pantoja, quien se hizo asesorar por el amigo y colega Rafael Catana, otro de los rupestres. Sin más, les transcribo los comentarios de Nina Galindo sobre su vida y obra.
         Nace en Los Ángeles, California, por un error geográfico hace 54 años (1 de junio de 1958), según ella, pero aclara el contexto por el cual sucedieron las cosas: “Mi mamá estaba trabajando en Los Ángeles haciendo teatro. Su madrina Lupita Castro es toda una institución en el arte escénico. Se encargaba de los carnavales allá. Mi mamá es de Mazatlán, mi papá es portorriqueño. Cuando yo tenía dos años se divorcian y de pronto mi madre se dijo: ‘Yo qué hago aquí en Estados Unidos, mejor me regreso a mi país’. Para cuando yo tenía 17 años, mi padre decide conocerme. En ese momento todos se dan cuenta de que yo estaba de ilegal en México. Le dice un amigo de mi mamá que trabajaba en la Secretaría de Gobernación: ‘Mira Martha (Ofelia Galindo, la actriz, mejor conocida por su papel de la “Maestra Canuta”  del programa “Cero en conducta”), o pagas una multa de 100 mil pesos o tengo que deportar a tu hija’. Para ese momento yo ya había hecho primaria, secundaria, ya iba en prepa, en fin, una vida aquí”.
         “Yo llegué a México desde los cuatro años de edad, cuando me trajo mi mamá. Cuando coincide que mi papá me quiere conocer y todo el numerito del pasaporte, total que me tuvieron que sacar pasaporte gringo, salí deportada en vacaciones escolares, cuando eran de dos meses, para conocer a mi papá, su mujer y mis hermanos. Regreso a México para seguir estudiando, pero como turista, no podía trabajar, ni estudiar como todos los demás (Carcajadas). Bueno, no hablo ni inglés, no lo entiendo, no me gusta, bueno, sí lo entiendo, pero no me atrevo a hablarlo, alucino a los gringos y no es por razones idiosincráticas, simplemente, me considero más mexicana que muchos de ustedes. Yo sí amo a este país, yo sí creo todavía ingenuamente en muchas cosas. Sí creo en la gente y creo que en las manos de la gente está el cambio.
         “Yo soy chilanga por derecho, porque me crie en la Ciudad de México. Cuando cumplo 19 años renuncio a la ciudadanía gringa, porque no podía hacer nada, pese a que seguía haciéndolo. Era ir a renovar mis derechos a cada rato. Era una lata. Luego entonces, me nacionalizó mexicana, muy a pesar de que muchos nos hagan sentir como ciudadanos de segunda clase. Te lo digo porque cada vez que tengo que renovar mi pasaporte mexicano, te investigan como si debieras todo. La verdad eso es molesto, porque somos ciudadanos del mundo. Luego de un tiempo, tengo la oportunidad de conocer a mi familia portorriqueña, estuve algún tiempo en Puerto Rico, total que yo tenía abuelos, una bisabuela de 110 años, pero yo me regresé a México porque en ese país tampoco encajaba mucho. Los jóvenes en esa época, con toda esa influencia estadounidense, estaban sometidos. Yo no encajaba, me sentía mucho mejor con gente de mucha más edad, simplemente mayor que yo. Ya la regreso, sigo con lo mío”.

SOBRE ROCKDRIGO GONZÁLEZ
“Conocí a Rockdrigo González en una fiesta en la casa de Roberto González, que vivía en Xochimilco. Cuando estaba platicando con Rockdrigo pensaba que me lo estaba ligando. Él era un enamorado hasta con las escobas (Carcajadas). ‘Oye, le dije, que Alejandro Lora anda diciendo que ‘Metro Balderas’ es de él y yo sé que es tuya’. Se sacó mucho de onda y a partir de ahí nos hicimos cuates. Más aún, porque alternábamos mucho en lo que era el Museo del Chopo. También recuerdo que nos juntábamos mucho en la casa de Rodrigo de Oryazábal para ensayar. Fue una época muy padre. Después de cantar algunas rolas de Roberto Ponce, le dije a Rockdrigo González que quería cantar algunas suyas. Estamos hablando de 1984. Yo deseaba cantar ‘Tiempo de híbridos’ y él me pedía ‘Ama de casa un poco triste’. Yo creo que me veía muy chavita, o muy dulce, no sé, pero yo quería esa rola. Realmente estuve poco tiempo con ellos. Hay cosas que tengo bloqueadas después del terremoto.
         “Canté esa canción por respetarlo, pero no porque fuera mi rola. Yo no tenía nada que ver con esa canción, lo hice por convicción. Luego me dio chance de cantar ‘Solares baldíos’ una vez que fui con Beto Ponce a su casa. ‘Grábamelas’, le dije. En ese periodo él estaba preparándose para grabar su disco. Hacía mucho ejercicio, se cuidaba mucho, estaba sano, para mí fue muy difícil comunicarme con él, porque te estaba hablando de cinco cosas al mismo tiempo. Era impactante, era un ‘Ciro pera loca’ en su casa, tenía inventos de no sé qué y la hacía de no sé qué. Era una relación de carnales, una relación bonita. Me decía: ‘Hay Nina, tú cuando estás hasta atrás, es cuando mejor cantas’. Yo creo que desde ahí tomo anís del Mono. (Carcajadas) en cada concierto. Por otro lado, Rockdrigo González está vigente, escuchas las rolas y sigue vigente”.

SOBRE BETSY PECANINS
“Están muy pendejos todos aquellos que piensan que Betsy está muy acabada, que ya fue. Ella es de las mejores cantantes que ha dado México. Para mí es una gran voz y yo le tengo un gran respeto y un gran cariño. Ella ha estado muy mal de salud, y esos pendejos que hablan de los vejetes van para allá, si es que llegan. A mí no me entereza morir muy vieja, ¿he? Y menos con lo que estoy viendo, porque esto no es vida para nadie. ¿Y qué pienso en definitiva de Betsy? Para mí es lo máximo, es una guerrera, por cómo ha logrado sobrevivir a todo lo que ha pasado. Ella está de pie, ella está dando clases, y ella está creando todo el tiempo.
         “A mí que no me toquen a Betsy porque es alguien que amo. Aparte, soy su amiga. No se metan con ella o se las verán conmigo de manera directa. Además, seamos honestos y sin ella no hubiera existido Real de Catorce. José Cruz Camargo es José Cruz Camargo, gracias a esa oportunidad que tuvieron los primeros integrantes de Real de Catorce al acompañar como músicos de soporte a Betsy Pecanins, así de sencillo. Eso, señoras y señores, es una enseñanza que hemos tenido todos los que nos dedicamos a esto en México. Además, el espacio de Betsy no lo va a llenar nadie, nadie, nadie.
         “Yo lo que hago es ‘Palenque Rock’ como dice Gerardo Enciso, pero lo que hace Betsy es blues. Tal vez por mis tonalidades me han encasillado en el blues, pero no, no se compara con la gran señora que es Betsy Pecanins. Yo lo que hago francamente es una fusión de muchas cosas. Es mi manera de cantar lo que me ha hecho pasar como blusera, pero nada que ver, nada. Es muy triste escuchar eso de que es una cantante vetusta por parte de gente pendeja y organizadores insensibles, es como si me hubieras puesto un cuete en la cola. Estoy muy indignada, muy encabronada”.
         Queridos lectores, esperen el resto de la entrevista para cuando salga el libro. Estamos en contacto. ¡Hasta la próxima!

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